Como buen matemático, Juan Jesús Larrubia sabe que la cuadratura del círculo no es posible. Pero casi lo ha conseguido en el centro que dirige, el IES Universidad Laboral, en el barrio del Atabal. No ha sido nada fácil organizar el protocolo Covid en un instituto con 89 unidades y 190 profesores que tiene, además, una sección delegada de otro centro, el nuevo instituto de Teatinos, con otras 19 unidades más y un aula específica.

Pero los equipos directivos de ambos centros y los coordinadores Covid han conseguido que en todos los espacios se respete la distancia mínima exigida por las autoridades sanitarias, materializar las instrucciones educativas y aportar tranquilidad a las familias.

Larrubia explica que lo primero que hicieron fue calcular el “aforo Covid de todos los espacios del instituto”. Hicieron tablas y estimaron cuántos alumnos cabían en cada lugar en función de sus metros cuadrados. En primero de Secundaria tenían aprobadas 7 unidades de 30 alumnos. Dos talleres de tecnología se han convertido en clase para acoger a dos grupos de 30, ya que sus dimensiones eran mayores.

Con los 150 alumnos restantes se han creado seis grupos de 25 alumnos. En segundo han hecho la misma solución. Han podido hacer dos grupos más para tener unidades de 25 alumnos en lugar de 30 y poder mantener en todo momento el metro y medio de distancia. Los refuerzos docentes han sido cuatro para cada centro, aunque la Universidad Laboral tiene el doble de alumnos en Secundaria.

En el IES Universidad Laboral realizan toda jornada de forma presencial de primero a cuarto de ESO. En la Sección Delegada (SESO), tercero de Secundaria tiene cinco horas a la semana de seguimiento telemático en casa. De esta forma, pasan cinco horas presenciales en el centro cada día, salen a las dos menos cuarto y tienen una hora más de docencia en sus domicilios. Esta fórmula permite que un profesor puede atender a varios grupos a la vez sin problemas de aforo.

El Bachillerato será semipresencial

En primero y segundo de Bachillerato se ha optado por una “enseñanza semipresencial sincrónica, es decir, que se emiten las clases y las siguen en directo desde sus casas, como se va a hacer en la Universidad”, comenta Larrubia. Cada una de las 15 unidades de Bachillerato se ha desgranado en dos subgrupos que se turnan la presencialidad por días. Si el grupo A esta semana acude al centro lunes, miércoles y viernes, el B lo hará martes y jueves y al contrario la siguiente semana.

Los exámenes van a ser presenciales y todo el alumno con diversidad funcional, que necesite apoyo educativo, que tenga condiciones sociales desfavorecidas o se recomiende su presencialidad, estarán siempre en el centro. También podrán estar siempre en casa si son alumnos de riesgo y un médico no recomienda su asistencia al instituto.

Uno de los ciclos superiores que se imparten en el centro en una imagen del pasado curso.

De esta forma se han conseguido grupos de 17 ó 18 alumnos en clase acompañados por el resto desde casa. “Las familias y los alumnos se han comprometido a no distribuir ni alterar las imágenes de las clases, que van a seguir en un horario perfectamente establecidos, los profesores pasarán lista y podrán solicitar el uso de cámaras para comprobar que están sus alumnos al otro lado”, indica el director del centro.

La Formación Profesional seguirá presencial

En cuanto a la Formación Profesional, se va a mantener presencial de forma íntegra. “Tenemos muchos ciclos con una ratio de 20 y los podemos atender en sus aulas y los de 30 se han convertido en dos de 20 y hemos podido incluso aumentar las plazas”, señala Larrubia. Algunas enseñanzas se han pasado al horario de tarde.

También han tenido que hacer cambios de espacios, la sala de profesores se ha convertido en aula y la biblioteca en sala de profesores. El laboratorio de idiomas también es ahora una clase y las aulas de informática no podrán tener la rotación acostumbrada porque no se pueden desinfectar después de cada uso.

Una entrada y salida escalonada, la división del centro en diversas parcelas y los recreos en distintos horarios son otras medidas utilizadas para dotar al centro de mayor seguridad. A eso se une la obligatoriedad del uso de la mascarilla y una mayor limpieza. El protocolo ha contado con el respaldo mayoritario del claustro y el apoyo unánime del consejo escolar.