Investigan cultivar nuevos frutos tropicales de Asia y Suramérica en la Axarquía
El centro experimental de La Mayora estudia la implantación de productos como el lichi, el longan y la pitaya, difíciles de encontrar en el mercado y muy costosos · Las condiciones climatológicas garantizan su desarrollo en esta zona de Málaga
Las especiales condiciones climatológicas de la costa este de la provincia de Málaga hacen de este lugar el único de Europa , junto al litoral granadino, donde es viable cultivar productos subtropicales. Esa ventaja quiere ser aprovechada por los investigadores del centro experimental de La Mayora, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ubicado en Algarrobo, para introducir nuevos cultivos tropicales de países suramericanos y asiáticos como el lichi, el longan o la pitaya.
Son productos muy caros y difíciles de encontrar normalmente en el mercado europeo, porque sólo se cultivan en países como Vietnam, Tailandia, Bolivia, Guatemala, Perú o Costa Rica y tardan demasiado tiempo en llegar aquí. Los científicos de La Mayora llevan casi una década investigando la posibilidad de cultivarlos en la comarca de la Axarquía y todo apunta a que es posible.
El proyecto, financiado por la Unión Europea y que coordina el responsable del grupo de Fruticultura Subtropical del centro experimental, Iñaki Hormaza, se ha centrado en el estudio de estas tres especies por ser las que mayor interés comercial pueden tener en Europa y las que mejor se adaptarían al clima de esta zona de España, que se caracteriza por unos inviernos suaves sin heladas y unos veranos en los que las temperaturas no suelen alcanzar valores muy altos.
Y resulta que las tres son viables. Según el investigador, el lichi y el longan podrían empezar ya a cultivarse en la Axarquía y la costa granadina. "Así se conseguiría diversificar la oferta actual de productos subtropicales y garantizar que lleguen frescos sin necesidad de aplicar productos fitosanitarios y de manera rápida al mercado europeo", aseguró.
Estas dos especies, que son muy habituales en Vietnam, Tailandia y las Islas Mauricio y que tienen un sabor similar al de la uva, aunque de mayor tamaño, se han adaptado perfectamente a las condiciones climatológicas de la zona y algunos agricultores ya han mostrado su interés para producir estos nuevos frutos comercialmente.
Con la pitaya, un tipo de cactus originario de la selva de los países suramericanos, la implantación aún podría tardar un poco más porque la investigación no ha concluido del todo. Aunque los científicos han concluido que es quizás la especie que mejor se adaptaría a las escasas precipitaciones que suele haber en la Axarquía y su fruto es similar a un kiwi.
El único problema, según explicó Hormaza, es que la polinización de esta especie debe llevarse a cabo de manera manual ya que en su lugar de origen es un tipo de murciélago el que se encarga. "Tiene que hacerse por la noche que es cuando la flor se abre, aunque hemos concluido que no importa a qué hora sea", señaló.
No es la primera vez que el cultivo de estos frutos subtropicales intenta introducirse en España. El científico aseguró que a principios de los años 90 hubo agricultores de la Axarquía que empezaron a cultivar el lichi "pero con la variedad más apta para este clima y resultó ser un absoluto fracaso".
La actual oferta de productos subtropicales cultivados en la zona se basa únicamente en el aguacate, la chirimoya y el mango. Las dos primeras comenzaron a cultivarse comercialmente en la costa este de la provincia de Málaga en la década de los 70 y el mango no se introdujo hasta principios de los 90.
Pero aún así, los investigadores de La Mayora continúan estudiando nuevas técnicas para mejorar la producción y las variedades más adecuadas para la zona. En el caso del mango, se están analizando 50 variedades distintas. Color, forma, cantidad de azúcar, acidez o tiempo de desarrollo son algunos de los criterios que se tienen en cuenta.
Tras muchos años de experimentos, Hormaza concluyó que la especie más recomendada para esta zona es la conocida como kent y keitt y que "permitirían que la recogida de la fruta que ahora se hace a finales de septiembre fuese más escalonada y que los precios en el mercado fueran por tanto más rentables".
En cuanto a la chirimoya, también hay varios tipos en experimentación.
Pero el proyecto que lleva a cabo este centro, en colaboración con grupos de investigación de todo el mundo, también tiene otra misión y es mejorar las técnicas de cultivo en los países de los que son originarios estos cultivos. En muchos de ellos se sigue haciendo de manera tradicional y "lo que pretendemos es enseñar a los agricultores a conseguir productos de mayor calidad para optimizar la producción y obtener así mayores ingresos". En Bolivia, Ecuador, Perú, Guatemala, Costa Rica y Vietnam ya se ha conseguido.
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