Málaga

La Junta reactiva la idea de hacer visible el fuerte de San Lorenzo en la Alameda

  • La idea es colocar un suelo transparente en el lado norte para que los peatones vean el muro oeste

Vista del traslado de uno de los trozos del muro este del fuerte de San Lorenzo, operación realizada el pasado mes de marzo.

Vista del traslado de uno de los trozos del muro este del fuerte de San Lorenzo, operación realizada el pasado mes de marzo.

La posibilidad de que los vecinos que deambulen sobre la futura calzada peatonal norte de la Alameda Principal visualicen parte de los restos del fuerte de San Lorenzo se reabre. Tras ponerse encima de la mesa casi con el arranque de los trabajos arqueológicos realizados con motivo de las obras del tramo del Metro entre el Guadalmedina y la estación Atarazanas, ser descartado por considerarse inapropiado a ojos de la Gerencia de Urbanismo, la propuesta cobra de nuevo vida.

Fuentes de la Administración regional confirmaron a este periódico la existencia de conversaciones entre la Agencia de Obra Pública, como responsable directa de la ejecución del suburbano, con la Delegación de Cultura y el Ayuntamiento de la capital para avanzar en este camino.

Consenso en avanzar en esta línea por parte de Fomento, Cultura y el Ayuntamiento

"Hay un consenso entre las tres administraciones", destacaron las fuentes consultadas, que precisaron que en la actualidad se está estudiando la mejor solución para hacer posible la observación desde la calle de parte de la muralla oeste de la antigua fortaleza, que data de los siglos XVI-XVII. A la espera de que se concreten los detalles técnicos, la fórmula que parece cobrar ventaja es la misma que ya en su momento empleó el Consistorio en la calle Alcazabilla, donde inicialmente abrió dos puntos para que los vecinos pudiesen contemplar restos del Teatro Romano existentes en el subsuelo.

Si bien uno de ellos fue finalmente clausurado por problemas con el mecanismo instalado, el otro se mantiene activo. Se trata en concreto del que cuenta con una pirámide acristalada a través de la cual los viandantes pueden observar las piezas romanas halladas durante las obras de urbanización de esa misma calle. "Esta solución, desde un punto de vista de mantenimiento y seguridad, es la más óptima, y sobre ese esquema se está trabajando, pero aún está pendiente de adoptarse una decisión final y de definir dicha solución a nivel de detalle", aclararon las fuentes.

Otras fuentes consultadas apuntaron, además, que la intención es la de emplear un sistema "que permita ventilación, al objeto de que no haya problemas como los ocurrido en Alcazabilla, donde se generaban hongos". Conforme a los avances producidos, parece que se diluyen las reservas expresadas por la Gerencia de Urbanismo en el marco del proyecto de reurbanización de la Alameda. "Hacer visible algo que cae en una parte de la zona peatonal obligaría a abrir una tronera extraña; no acaba de quedar claro; no se está contemplando porque se le ven más inconvenientes que ventajas", explicaron a principios de año fuentes municipales. De hecho, el proyecto técnico diseñado por este departamento, ya en ejecución en la parte central de la avenida, sí fija la instalación de una especie de marca en la superficie delimitando la forma que tiene el fuerte de San Lorenzo. Finalmente, todo apunta a que al menos en la parte norte de la Alameda, será posible ver desde arriba los restos encontrados en el desarrollo de los trabajos del suburbano.

Otra de las cuestiones que está sobre la mesa es justamente la relacionada con el modo en que se va a garantizar el mantenimiento del muro oeste. El proyecto de intervención original se asemejaba al desarrollado en los Callejones del Perchel, con la muralla nazarí, incluyendo la ejecución de una "cortina de pilotes secantes y estableciendo un procedimiento constructivo de almenas/estructuras-cajón, que alberguen cada uno de los elementos del muro".

Sin embargo, se está sondenado la posibilidad de variar el modus operandi y desarrollar la misma técnica empleada con el muro este del fuerte; es decir, trocear la estructura y retirarla por piezas, para, una vez ejecutada la infraestructura del túnel, reponerlo en su lugar original. Según las fuentes consultadas, este procedimiento "puede resultar más económico y más rápido".

La intervención llevada a cabo a mediados del pasado mes de marzo con el muro este permitió ver a una grúa de cientos de toneladas de peso izar los pedazos de esta parte de la estructura. La delicadeza de cada movimiento contrastó con el volumen de las piezas a desplazar, cada una de las cuales alcanzaba las 30 toneladas. Para facilitar su retirada, la muralla fue cortada en cuatro segmentos mediante hilo de diamante, logrando cortes limpios y que la pérdida de material original fuese inferior al centímetro.

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