Málaga

Madre, amor y duelo

  • l Profesionales sacan su parte más humana para ayudar a afrontar el camino mas difícil que puede haber en la vida: la pérdida de un hijo

Sanitarias especializadas en duelo en las jornadas de la Asociación Alhelí

Sanitarias especializadas en duelo en las jornadas de la Asociación Alhelí / M.H. (Málaga)

La lógica humana prepara la mente para ver partir a los mayores, pero la vida se encarga de mostrar situaciones ilógicas que aplastan cualquier atisbo de estar cerca de la realidad y las va colocando en el camino de personas, que tras llorar, sufrir y aceptar, dejan de intentar encontrar una lógica a lo que no la tiene. Cargan con esa incógnita durante lo que queda de camino y comienzan a darle cariño hasta convertirla en un enjambre de amor, que pesa y dificulta el trayecto, pero no deja de ser solo una parte de la mochila de la vida.

La pérdida de un hijo para un padre o madre rompe con todos los esquemas, inunda como un tsunami las familias y se siente como lo que es: la mayor incongruencia de la vida. Afrontar un duelo de este tipo puede resultar algo inaccesible, provocando la sensación de que no va a haber más fases, de que todo se queda ahí, pero la vida no da lugar al descanso e incluso de las situaciones más horribles florecen ideas preciosas. La asociación Alhelí es una flor que nació tras la tormenta cuando su fundadora, Yolanda Verdugo, perdió a su madre y, tras años de sufrimiento, decidió proporcionar toda la ayuda que ella no había recibido cuando se encontró frente a uno de los mayores reto de su vida.

"Fundé la Asociación para dar la ayuda que yo no recibí cuando falleció mi madre”

Alhelí es una asociación malagueña especializada en duelo en la que se trabaja con el objetivo principal de ayudar a que los duelos no se conviertan en una patología. Operando desde la ternura, la paciencia y el amor, las psicólogas y trabajadoras sociales que la componen llevan cuatro años aportando su granito de arena para tratar con un tema que se sigue encontrando estigmatizado en la sociedad: la muerte. Durante estos meses han llevado a cabo el Programa de Intervención dirigido a mujeres en duelo por la pérdida de un hijo. De esta manera, una de las jornadas del programa reunió a nueve mujeres entre las que, además de encontrarse algunas de la psicólogas de la asociación, había ginecólogas, matronas y doctoras dedicadas a los cuidados paliativos pediátricos. El punto en común de ellas es que su profesión exige tratar con la muerte de niños. Todas ellas trataban de encontrar sinergias entre el trabajo de unas y otras cuando se requiere de la mayor astucia, conocimiento, paciencia y, sobre todo, amor. La tarde arrancó con la afirmación de que “los profesionales que tratan con la muerte deben estar formados en duelo”, todas estaban de acuerdo, y a partir de ahí, llegó la noche entre conversaciones cargadas de bondad que dejaban a la intemperie la parte más humana de estas profesionales.

“No sé donde se llevaron el cuerpo de mi hijo”, “no sabía qué pruebas médicas me estaban haciendo” fueron algunos de los testimonios que se repetían entre las paredes de Alhelí cuando llegaban padres y madres que han sufrido esta pérdida. El principal motivo de esta reunión era que esto deje de pasar y que se conozca mediante las experiencias cuál es la mejor manera de actuar como profesionales que se enfrentan a estas situaciones, vislumbrar qué necesita la psicóloga que le diga el médico que certifica la muerte a la futura paciente y viceversa.

"Las madres vienen cargadas de dudas y quieren conocer testimonios similares”

Tenemos que dar más horas de clase en el instituto de la empatía”, bromea la ginecóloga del Hospital Regional María Suárez, quien provoca que Chary Vázquez, una de las psicólogas de la Asociación Alhelí y madre que perdió a su hijo, cuente que jamás olvidará la frialdad con la que le trató el hombre de la funeraria en el hospital. Se deben explicar todos los pasos que se van a seguir, las pruebas que se van a realizar, es necesario dar detalles de la causa de la muerte, de la manera en la que se operó y de cómo transcurrieron los hechos. Esta es la conclusión a la que llegan estas mujeres. Para superar el duelo hay que intentar dar respuestas, nadie merece saber tantos detalles del fallecimiento de su hijo como sus propios padres, concluyen en la sesión.

En Alhelí tratan de que los progenitores poco a poco acepten y normalicen la tragedia para así conectar con la pérdida y poder construir un bonito espacio en la memoria trabajando desde el recuerdo positivo. “Las familias se sorprenden y se alegran cuando le preguntamos por el nombre del hijo perdido porque nunca nadie lo había hecho”. Las expertas coinciden en que el duelo es una experiencia diferente en cada persona y que cada una construye el recuerdo y tolera la pérdida de una manera distinta.

"Cuando damos la noticia de una muerte, lo que esas personas necesitan es silencio”

Esta fue otra de las ideas claves de la jornada, ya que las profesionales comenzaban la sesión con la intención de definir conceptos como ¿en qué fase deja un duelo de ser perinatal? Durante la mesa de trabajo concluyeron que la mejor manera de denominarlo sería duelo por la pérdida de un hijo, de manera genérica, para ayudar a todas las madres, ya que explicaron que es igual de importante apoyar a la madre que perdió a su hijo de tres años que a la madre que decidió interrumpir su embarazo a las pocas semanas de gestación. En la asociación proporcionan ayuda en cualquier caso y comentan que en este tipo de situaciones han llegado familias que momifican la pérdida, dejando la habitación del hijo intacta. “Hacemos hincapié en que soltar no es olvidar”, cuenta Noelia Espinosa otra de las psicólogas de Alhelí. “Hay madres que deciden llevar consigo algún tipo de collar o incluso que se tatúan ciertos elementos que les recuerda a sus hijos, en algunos casos estas madres no están dejando soltar, pero en otros significan que han encontrado su manera de recordar”, afirma Noelia.

Alhelí pretende constatarse como un acogedor espacio para estas personas. “Cuando vives una pérdida instantáneamente comienzas a recibir gran cantidad de mensajes de la gente de tu alrededor”, comenta María Suárez, una de las ginecóloga del Hospital Regional. Por su parte, Gloria Mateo, médica especializada en cuidados paliativos de niños, afirma: “Si algo he aprendido es que lo que las personas que sufren una pérdida necesitan es silencio”. Las expertas convergen en que cuando entras en esta fase de shock cada estímulo que se recibe tiene un gran poder y que todo lo que se viva durante los momentos próximos a conocer la noticia marca el proceso de duelo. “Escúchate a ti misma” es una frase repetida en terapia. Las madres llegan con una gran cantidad de consejos recibidos, que a pesar de la buena voluntad, es información inexperta. Además la mayoría durante el duelo deben asumir gran carga familiar y tratan de intentar cohibir el drama para sostener la estabilidad en casa. “Cada una marca el camino en el que va a trabajar la pérdida”, explica Chary. “Cuando llegan matrimonios, los hombres afirman que vienen por apoyar a las mujeres y que ellos no necesitan ayuda, pero conforme avanza la terapia, estos comienzan a abrirse”, apunta Noelia.

"Trabajar la culpa es el 80% de la terapia de los duelos por la muerte de hijos”

Otro de los grandes retos en este tipo de procesos es que cuando se muere un hijo el sentimiento de culpa se instala en la mente y empieza a distorsionar la realidad. Las terapeutas cuentan que trabajar este sentimiento es de los aspectos más difíciles del duelo. “No tendría que haber llevado a mi hijo ese día al colegio”, fue una afirmación que albergó los pensamientos de Chary durante meses. El instinto cuidador de los progenitores hace que estos sientan que podrían haber evitado lo inevitable y que se achaquen la pérdida como si pudieran haberla frenado. “El 80% de la terapia de duelo perinatal consiste en superar el sentimiento de culpa que se establece cuando la distorsión de la realidad te hace creer que has fracasado en tu tarea como cuidador”, cuenta Noelia.

Se puede decir que existe una belleza colateral después de la muerte, y si esta afirmación la da una madre que perdió a su hijo queda exenta de ser contrastada, si además Chary añade que “me quedaba un poco de aliento y lo invertí en mi trabajo en la asociación”, poco más se puede decir al respecto. Alhelí es el cobijo del dolor, de las dudas, de recuerdo y del amor, donde pequeños últimos alientos se convierten día a día en batallas ganadas. Los guerreros de esta lucha vencen cuando entienden que la pelea no se acaba y que lo mejor es salirse de la primera línea de defensa porque no se puede vencer lo invencible. Estos soldados empiezan a ser héroes y dejan de batallar, tratando de contemplar la muerte como parte de la vida. En su escenario particular, que abre el telón cargado de dolor, dudas, culpa e inseguridades, estos padres y madres consiguen abrazar el recuerdo, cada vez más fuerte. Se funden en un abrazo eterno, y cuando la función gira en torno a este abrazo, los otros espectadores no tienen más que marcharse, porque la función terminó y ahora va a empezar otra en la que no tienen permitida la entrada.

Chary Vázquez: "No se supera, se aprende a vivir con ello"

Chary Vázquez. Chary Vázquez.

Chary Vázquez.

La psicóloga de la Asociación Alhelí que perdió a su hijo explica que reciben a las madres llenas de preguntas y queriendo conocer testimonios de familias que atravesaron este duelo. “La pregunta que más me repiten es que cómo he sido capaz de volver a quedarme embarazada”, explica. “No se supera, se aprende a vivir con ello. El duelo finaliza cuando dejas de tener la esperanza de que va a volver y asumes que siempre quedará su recuerdo”.

Amalia Ruiz: "No hay psicólogos para tratar los abortos"

Amalia Ruiz. Amalia Ruiz.

Amalia Ruiz.

Trabaja como matrona en el Hospital Costa del Sol y se esfuerza día a día porque las interrupciones de embarazo no se hagan en los paritorios ordinarios. “Extraemos un feto muerto de una madre que a la vez oye llantos de bebés recién nacidos”, asegura. Amalia explica que los recursos de psicología del centro no permiten hacerles un seguimiento a estas mujeres. “Comunicamos que deben abortar y no sabemos más de esas madres”.

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