Málaga

Málaga avanza en la detección precoz del picudo rojo mediante el uso de sensores sísmicos

  • Los dispositivos serán instalados en 204 ejemplares, 138 de ellos en el Paseo del Parque 

  • Formaliza el contrato para desarrollar el proyecto con Grupo Raga

Imagen de las palmeras del Parque de Málaga.

Imagen de las palmeras del Parque de Málaga. / Javier Albiñana.

La apuesta del Ayuntamiento de Málaga por prevenir la aparición del picudo rojo en las palmeras de la ciudad mediante el uso de sensores sísmicos queda desbloqueada. Tras un primer intento fallido de contratar este servicio, el Consistorio formalizó a finales del año pasado el contrato con la firma seleccionada para llevar a acabo este proyecto. De acuerdo con los datos oficiales, se trata de Grupo Raga, que tiene por delante un plazo de cuatro meses para el desarrollo de la iniciativa, Su oferta económica se cifra en 79.438 euros, IVA incluido.

El uso de estos elementos supone toda una novedad en el modo de afrontar la lucha contra este insecto, especialmente atraído por las palmeras. El plan pasa por instalar estos dispositivos en 204 ejemplares repartidos en el Paseo del Parque (138), la Alameda de Colón (43), el Hospital Noble (12), la Plaza de la Marina (7) y la Plaza Poeta Alfonso Canales (4). 

La trascendencia de la actuación es elevada si se tiene en cuenta lo ocurrido hace una década, cuando la presencia del picudo se convirtió en una plaga de difícil y costoso control. Sus efectos se dejan notar en el amarillamiento y marchitamiento de las hojas de las palmeras hasta su muerte. "El principal problema es que la plaga no se detecta desde el exterior por lo que cuando se manifiesta la planta está muy afectada", se destacaba en el pliego de condiciones que rige este procedimiento.

Asumida esta premisa, lo que se busca es responder a las recomendaciones que hacen los especialistas, en el sentido de frenar la plaga mediante actuaciones preventivas. Entre ellas se cita la detección precoz de la presencia del picudo. De acuerdo con las previsiones municipales, con la creación de esta red de sensores se podrá limitar los tratamientos curativos, al centrarlos solo en los ejemplares realmente afectados.

Ante esta situación, gana en importancia el "proyecto piloto" que se va a desarrollar en las palmeras. De hecho, las 204 seleccionadas suponen apenas el 6% de todos los ejemplares que tiene registradas el Ayuntamiento en los parques municipales. Una de las particularidades del sistema es que cuenta con un banco de sonidos en el que se registran entre 2.000 y 3.000 sonidos de la mordeduras del picudo.

De acuerdo con los apuntes técnicos, estos sensores se instalarán unos 20 centímetros por debajo del inicio de la copa de la palmera. No obstante, se precisa que en aquellas palmeras en las que el ataque se produce mayoritariamente en su parte más alta, el dispositivo deberá colocarse en su estípite, orientado a la zona sur, y a una distancia aproximada de un metro de la yema apical. En el caso de los ejemplares donde los ataques son en hijuelos, el sensor seguirá en la misma zona sur pero a un metro del suelo para obtener una mayor efectividad.

El sensor empezará a registrar y memorizar los movimientos sísmicos que se producen en el interior de la palmera, discriminando todos ellos (movimientos por aire, las vibraciones del suelo, las producidas por otros insectos...) a excepción de la producida por la mordedura de una larva de picudo rojo en la cápsula cefálica.

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