¿Pueden unos rascacielos de 28, 30 y 32 plantas ser más amables con el medio ambiente que los árboles que podrían plantarse en la misma huella? El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, defiende que sí. La ecuación, para él, es básica: "Dos mil personas trabajando –no digo más si son cuatro mil– que puedan trabajar en las oficinas allí y no tengan que ir al Parque Tecnológico produce un ahorro de dióxido de carbono infinitamente superior a la absorción de CO2 de árboles que pudiéramos poner en la huella de esos edificios".

El alcalde ha seguido ahondando en que tener una ciudad "sostenible en el que la vivienda y el espacio de trabajo estén cerca, se pueda ir a pie, y ahí va a estar cerca porque va a haber residencias en los nuevos edificios o en los edificios colindantes es enormemente positivo desde el punto de vista ambiental". Contando con que los trabajadores de estas oficinas elijan residir cerca de su entorno de trabajo. 

De la Torre ha explicado que estos mismos datos se los ofreció a los representantes de la plataforma Bosque Urbano Málaga (BUM) en una reunión que tuvo con ellos a petición de la hoy ministra Ione Belarra –entonces secretaria de Estado para la Agenda 2030–, en la reunión el alcalde entendió "que ese tema les impactaba y les convencía".

A esto ha añadido que en el entorno de las torres "ya hay 60.000 metros cuadrados de zona verde más los que puede haber en la zona norte", añadiendo que las VPO que ya están previstas en la zona "son muy importantes para que la gente evite coger el coche". 

Estas declaraciones se producen a escasas horas de que este jueves termine la valoración de las propuestas técnicas sobre los diseños arquitectónicos presentadas y la apertura del sobre económico por parte de la Mesa de Contratación. Es decir, se conocerá –si no hay sorpresas de última hora– qué promotoras están en mejor posición para adquirir los terrenos de los antiguos depósitos de Repsol. Por otra parte, la plataforma Bosque Urbano de Málaga anuncia que iniciará un contencioso judicial contra la enajenación de los terrenos en los que el Ayuntamiento tiene un sector. 

Además, un informe jurídico de un prestigioso despacho nacional de abogados señala que el proceso que se está siguiendo en el proyecto urbanístico de los antiguos suelos de Repsol en Málaga corre el riesgo de ser declarado nulo por un defecto de tramitación. En el documento se subraya que el estudio de detalle no ha sido publicado íntegramente en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y, por tanto, podría declararse nulo, afectando al resto de instrumentos de planeamiento como el proyecto de reparcelación o de urbanización. Esos suelos están ahora en pleno proceso de venta por parte del Ayuntamiento de Málaga para levantar, entre otras instalaciones, tres grandes torres de hasta 32 plantas de altura con capacidad para hacer más de medio millar de viviendas y oficinas.