Málaga se viste de marenga
La procesiones, marítimas y terrestres, de la Virgen del Carmen Coronada y la Virgen del Carmen de Huelin reúnen por toda la capital a una gran cantidad de fieles, devotos y turistas
Con los despuntes del alba repicaban las dos campanas de la Iglesia del Carmen, anunciando que su Señora se disponía a recorrer las calles de Málaga. Los devotos malagueños esperaban desde antes de las 8:00 para poder ver a la Virgen del Carmen, su virgen, recorrer el Perchel, el centro histórico y el Puerto.
En la salida, submarinistas y marengos se turnan en los varales, quienes junto a las autoridades de la Marina, la Real Liga Naval y las autoridades portuarias, dejan patente el carácter marinero de la Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen Coronada. Aunque son los de la camisa blanca, el fajín rojo y las alpargatas negras, los encargados de portarla por toda Málaga.
Durante todo el recorrido vespertino la Virgen del Carmen recibía el aliento de cerca de medio millar de fieles, que al compás de un cantando rosario la acompañaban con paso corto y firme hasta la Catedral de la Encarnación. A las 9:45, la imagen de Navas Parejo asomaba ya en la Plaza del Obispo, dispuesta para subir por las escaleras de la puerta central de la Manquita, donde la recibió Monseñor Francisco García Nota, deán de la Santa Iglesia Catedral Basílica, entre los aplausos y gritos de júbilo del resto de público que la esperaba en la puerta. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, así como el concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, se dispusieron para llevarla desde el santo entorno hasta la Capilla preparada en la zona portuaria. El primero agarró el martillo para dirigir el trono, mientras que Díaz, vestido de marengo, arrimo el hombro y se colocó de cabeza de varal.
El remolcador Diheciocho Santander fue el encargado de llevar a la Virgen del Carmen en su procesión marítima. Alrededor de sesenta embarcaciones acompañaron a la bendición de las aguas de la bahía, así como a la ofrenda floral que realizan conjuntamente la Coronada, con la imagen del Carmen de los submarinistas.
El director espiritual, el Padre Manuel Segura, pidió una oración por “todos aquellos que dedican su vida al mar, especialmente a aquellos que han perdido la vida por ella”, y tras un momento de silencio y reflexión, se dio paso a la salve marinera que fue cantada por las diferentes embarcaciones. María Flores Guerrero, pregonera de la Semana Santa de Málaga 2009, mostró su agradecimiento al hermano mayor, Pedro Damián Jiménez, por haber podido estar en la procesión marítima, así como destacó “la magnífica organización de la que hace gala la Archicofradía” pese a los impedimentos con los que se ha encontrado este año por parte de la capitanía marítima por las medidas de seguridad. Este año el remolcador se ha visto un poco más vacío que en anteriores debido dichas restricciones, pero con las mismas lágrimas de devoción de siempre.
En la procesión terrestre de vuelta, el momento emotivo se produjo en la iglesia carmelita Stella Maris, donde la mecieron con especial cariño. Aunque la verdadera emoción brotó cuando se acercaba a la calles del Perchel de vuelta, con espectáculo pirotécnico en el Puente de la Misericordia, y paso tranquilo y acompasado en el trono cuando pasaba por calle Ancha y al frente se veía la Iglesia del Carmen y a su derecha su Casa de Hermandad.
Desde San Patricio, y estrenando trono de seis varales de Ruiz Liébana, se paseó por Huelin otra Virgen del Carmen. Recorrió las calles del barrio, hasta llegar al Paseo Marítimo Antonio Machado donde se embarcó en una jábega. Montada en la nave más malagueña posible, recorrió las playas de San Andrés, y tras algo más de una hora volvió al paseo marítimo, para dirigirse a calle Mendoza entre aclamaciones populares de los fieles. Después de enfilar calle Las Navas, la banda de cornetas y tambores, veía de reojo su lugar de ensaño, el mercado de Huelin, mientras que encerraba con el cariño que se le tiene a una Madre.
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