Infraestructuras

Metro Málaga reparte desde su apertura 80 millones de beneficio entre sus socios

  • Es la suma de los dividendos repartidos por la sociedad desde la puesta en servicio del ferrocarril urbano 

  • Las cuentas de 2018 confirman un resultado positivo de 23,5 millones 

  • La Junta inyectó algo más de 70 millones a la concesionaria

Uno de los trenes del Metro, detenido junto a la parada Andalucía Tech, en la ampliación de la Universidad.

Uno de los trenes del Metro, detenido junto a la parada Andalucía Tech, en la ampliación de la Universidad. / Javier Albiñana

Los últimos resultados de Metro Málaga vuelven a dejar constancia del provechoso rendimiento económico que su explotación supone para sus actuales propietarios, dos fondos de inversión de origen francés y la propia Junta de Andalucía. Las cuentas de 2018, a las que tuvo acceso este periódico, cifran en algo más de 23,5 millones de euros el beneficio obtenido por la sociedad concesionaria, lo que supone casi 1,6 millones más que el ejercicio anterior. De esta suma global, 21.157.153 euros se corresponden con los dividendos a repartir entre los tres actores implicados (1,4 millones más), mientras que 2.350.794 euros se destinan a reserva legal de la entidad.

Los tres nombres propios son los del fondo galo Infravía Inversión, que tiene en sus manos el 33,39% de las acciones, lo que le hace merecedor de poco más de 7 millones de euros por el ejercicio pasado; Mirova, la división especializada en inversiones del banco francés Natixis, que posee de manera directa un 32,36%, lo que redunda en algo más de 6,8 millones, y de manera compartida otro 10,56% (casi 2,2 millones).

Este último porcentaje se corresponde con el entregado por Comsa a la sociedad Mircom, participada en un 80% por Mirova (el otro 20% lo es por Comsa Concesiones). La tercera implicada es la Junta que, a través de la Agencia de Obra Pública de Andalucía (Aopa), mantiene con un 23,69% de las acciones, lo que le reporta del año 2018 algo más de 5 millones de euros.

El análisis de las cuentas de Metro Málaga desde la puesta en servicio de la infraestructura, a finales de julio de 2014, constata el crecimiento de los beneficios a repartir entre sus accionistas. De los 10 millones repartidos en 2014 se pasó a 14 millones en 2015, el primer ejercicio completo de explotación. Esta suma fue de 15 millones en 2016. Desde ese momento los dividendos asignados a los socios crecieron a casi 20 millones en 2017 y a los más de 21,1 millones de 2018. En total, del orden de 80 millones.

Bien es cierto que se trata de una suma económica repartida entre los muchos socios privados que desde el inicio de las operaciones han estado vinculados al proyecto. De las firmas que estaban presentes en el arranque de la explotación sólo permanece la Agencia de Obra Pública, dado que los originarios del proyecto han ido desprendiéndose de manera paulatina de su participación.

Sirva de ejemplo los movimientos registrados en los últimos tres años. A finales de 2015, Azvi, Cajamar y Sando vendieron por unos 108 millones su participación, cercana al 39%, a un fondo australiano, Macquaire (a través de la sociedad Dacuri Investco Limited), e InfraVía. En abril de 2016, Macquaire, también junto a InfraVía, compró el 10,01% en manos de FCC (pagado por 27,4 millones). Tras esta acción, el fondo australiano vendió su participación al fondo Mirova, gestionado por el banco francés Natixis. El 27 de septiembre de 2017, en solitario, InfraVía compró a Vera su 1,03%. A mediados del año pasado, de nuevo Infravía y Mirova se hicieron con el 15,31% que estaba en posesión de Globalvía.

La bonanza económica que, a las claras, se extrae de las cuentas oficiales de la mercantil no tendrán freno hasta finalizar el contrato de concesión, vigente hasta el año 2042. Fundamentalmente porque el acuerdo contractual firmado en su día por la Junta con Metro Málaga fija una Tasa Interna de Retorno (TIR) del 10,3%. Es decir, los accionistas tienen garantizado un retorno de beneficios aplicable al capital social, que se sitúa en algo más de 140 millones de euros.

El cuarto año completo de explotación del ferrocarril urbano, los trenes movieron poco más de 6,3 millones de pasajeros (frente a los un 5.746.420 de 2017), un 9,3% más, con unos 200.000 usuarios más de los previstos en el modelo de plan económico-financiero de la empresa.

De acuerdo con la información contenida en la memoria de la concesionaria, aunque el crecimiento fue paulatino en todo el ejercicio, el pico más significativo tuvo lugar en septiembre, con un 25,52%, crecimiento motivado por el Campeonato del Mundo de Atletismo Máster celebrado en el radio de influencia de la línea 1, seguido de enero, con un 13,52%, y de octubre con un 12,78% de aumento. A cierre del 2018 la demanda acumulada era de 24.331.273 viajeros.

A pesar de esta subida, la realidad es que el aporte económico que suponen los usuarios en el capítulo de ingresos sigue siendo muy reducido, ya que apenas supusieron 5.149.194 euros (casi 1,3 millones más que en 2017) de los casi 56,4 millones del importe neto de la cifra de negocios. El resto de la suma se componen de casi 35,5 millones de la aportación de la Junta por el denominado parámetro A, con el que se busca "alcanzar el equilibrio económico-financiero de la concesión"; y otros 15,7 millones que aparecen bajo la denominación ingreso financiero, acuerdo de concesión. A estos dos últimos conceptos hay que agregar los 17,5 millones también del acuerdo de concesión pero devengados y no cobrados correspondiente al cuarto trimestre del ejercicio 2018 y que fueron liquidados el pasado 30 de enero.

Con todo, algo más de 70 millones aportados para compensar el abaratamiento del viaje a los usuarios, así como sufragar la pérdida de pasajeros que tiene la empresa con motivo del retraso en la puesta en servicio de la red del suburbano. Este periodo recibe la denominación de transitorio y queda extendido al menos hasta noviembre de 2020.

Esta es la última fecha comprometida entre la Junta y la concesionaria para la llegada de los trenes a la Alameda Principal. Sin embargo, esto queda en duda después de que la propia Administración regional, en sus presupuestos de 2019, ya hable formalmente de que la terminación de la obra y la puesta en servicio de la red previsto (sin el tramo en superficie hasta el Civil) tendrá lugar a lo largo de 2021.

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