Mijas se llena de rugidos de motor

En 1903 William S. Harley y su amigo Arthur Davidson fundaron la conocida marca de motos Harley Davidson y en ese momento estos jóvenes estadounidenses no sabían que sus motocicletas de gran cilindrada iban a convertirse en un modo de vida para muchas personas de todo el mundo. Han pasado 110 años desde entonces y las Harley Davidson son las motos más conocidas y admiradas por su diseño estético y por ser un símbolo de libertad. Por ello, ayer Mijas pueblo se convirtió en el punto de encuentro de los amantes de los rugidos del motor y de la gasolina, ya que esta localidad ha acogido durante este fin de semana la tercera Concentración Anual de la Federación Española de Harley Ryders (III Cafe-HDC).

El presidente del Club Harley Davidson Málaga, Antonio Campos, entidad que se ha encargado en esta ocasión de organizar el evento, explicó que a lo largo de estos días se han reunido en la localidad costasoleña más de seiscientos moteros llegados de toda España e, incluso, de otras partes de Europa. La fiesta comenzó el pasado viernes en el Hipódromo Costa del Sol, ya que allí se celebraron conciertos de música y degustaciones gastronómicas. "Ha venido gente de toda España e incluso de las islas. También de Bélgica, Holanda… Ésta es una buena oportunidad para que la gente conozca la Costa del Sol y sobre todo Mijas, ya que este municipio nos ha acogido muy bien", explicó Campos.

Ayer por la mañana los moteros se trasladaron a Mijas pueblo, en concreto a la conocida plaza Virgen de la Peña. Su llegada se convirtió en un auténtico espectáculo, pues por un rato éste tranquilo núcleo se llenó de ruido y de chicos y chicas "duros" vestidos de cuero. Por ello el público no dudó en fotografiar las grandes motos, ya que allí se podían ver Harley Davidson de todo tipo, incluida una en tonos rosas y morados que causó sensación por su originalidad.

"Es increíble porque nunca había visto tantas Harleys juntas. No sabía que en España había tanta afición por estas motos y sólo espero que me dejen montarme en alguna", afirmó Bea Vélez, una vecina del pueblo. Pero lo más curioso de la reunión es que la mayoría de los asistentes llevaban chalecos en los que se podían leer al club al que pertenecían y su lugar de procedencia, lo que daba una idea de lo heterogénea que era. Entre ellos se encontraba Pedro Gómez de Cantabria, que había realizado tres paradas por España antes de llegar a Mijas montado en su moto. "Desde 1999 tengo una Harley y me la compré porque me gustaba. Es adictiva y te da mucha independencia para viajar, algo que a lo mejor no te da un coche", explicaba ayer.

En ese mismo argumento coincidió José Mínguez de Madrid, quien afirmó que esta clase de motos "enganchan" y que su precio no están alto como se puede pensar, pues una Harley puede costar entre 8.000 y 45.000 euros. Una cantidad de dinero que te da ruedas llenas de libertad.