Operación contra el dopaje: 1 millón de dosis en Málaga
La agencia antidopaje aboga por más formación para frenar un negocio que salpica al deporte de élite y se extiende a los gimnasios
Aumentan los controles fuera de competición
El excesivo culto al cuerpo ha provocado el aumento del consumo de sustancias que obligan a sobrepasar la delgada línea entre lo que se puede y lo que se desea alcanzar. La última operación contra el presunto tráfico de dopantes para culturistas se ha saldado con la intervención de 3 millones de dosis de hormona de crecimiento -uno de los mayores alijos de Europa- y la detención de 14 personas, entre ellas el competidor y dueño de dos gimnasios en la Costa del Sol Francisco Mula, que junto a otro de los arrestados está en prisión. Aunque la actuación también se ha desarrollado en la localidad valenciana de Gandía y Valladolid, una tercera parte de la incautación de los anabolizantes se ha llevado a cabo en la provincia de Málaga.
La Agencia Española para la Protección de la Salud en el Deporte (Aepsad) subraya que el dopaje no solo salpica al deporte de élite, sino que también se da entre usuarios de centros deportivos y atletas ni siquiera federados. "Muchas de estas utilizaciones fraudulentas se ven en gimnasios. Intentan burlar las normas de conducción de las competiciones y el espíritu deportivo", explica el jefe de oficiales de control de dopaje de dicho organismo, Antonio de Campos.
El problema ha adquirido tal dimensión que hace varios años hubo que incluir en el código penal un artículo en el que se penalizan las conductas relacionadas con el consumo de sustancias para potenciar el rendimiento, de forma que la prevención ya no queda supeditada a la legislación administrativa. "Estamos teniendo problemas muy serios. En distintos puntos de España coincide que hay tanto usuarios como proveedores ilegales", detalla el experto, quien recuerda que también incurren en un delito aquellos profesionales de la salud que distribuyen esta sustancia o la inyectan "sin una justificación terapéutica". "Hay un público sensible que por querer permanecer en una competición o ganar premios puede verse tentado para recurrir a estos atajos ilegales. Caen en estas redes y se convierten en multiplicadores. Eso debe evitarse", apostilla.
¿Pero los controles antidopaje son realmente suficientes? El presidente de la Agencia Española para la Protección de la Salud en el Deporte resalta el crecimiento exponencial de aquellos que se realizan fuera de competición -y adaptados a cada disciplina- para que la lucha resulte más efectiva. "A veces, las sustancias se administran antes para que la cantidad sea tan pequeña que puedan burlarse los análisis de orina y sangre", añade De Campos.
Asimismo, aboga por fomentar la formación a los escolares, usuarios de gimnasios y veteranos -susceptibles de usar estas sustancias- de cara a impedir casos en un futuro. Una labor a la que la propia agencia contribuye con charlas y cursos a deportistas que suelen conseguir los anabolizantes a través de una producción en un lugar cercano o bien de proveedores, que cuentan con sus propios grupos de usuarios.
La introducción de dopantes en España desde países del sudeste asiático y del este de Europa está promoviendo el tráfico no solo de estos productos sino también de falsificaciones de medicamentos, que aunque tienen apariencia de fármacos no son más que bolas de yeso pintadas. La intervención policial, como la que afecta a Málaga y que ha sido la punta del iceberg de una investigación laboriosa, permite, en palabras del jefe de control, "evitar atentar contra la desigualdad en las competiciones y los efectos sobre la salud".
La agencia destaca que la fabricación y venta ilegal de medicamentos para deportistas no solo se erige en un negocio cada vez más lucrativo que ensucia la imagen del sector y mueve "muchísimos millones de euros", sino que además causa efectos adversos. "Los anabolizantes aumentan la masa muscular y la preparación para el ejercicio de una forma demasiado rápida y lesiva, esos músculos degeneran enseguida. Puede haber fallos cardiacos, muerte súbita, trombosis y embolias, lesiones en la piel y problemas de fertilidad", asevera De Campos.
Los anabolizantes se mezclan en la oferta del narcotráfico
La lucha para tratar de atajar el fenómeno del dopaje es muy similar a la que las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado mantienen activa contra el narcotráfico. La distribución de anabolizantes -el tipo de sustancia más conocida para incrementar la masa- se erige en un comercio cada vez más rentable que atrae a las mafias. "No es un negocio tan lucrativo como la droga, pero los investigadores han observado cómo personas con antecedentes por narcotráfico se han pasado al tráfico ilícito de medicamentos porque las penas son mucho menores", apuntan desde la Guardia Civil, que, aun así, considera que cerca del 70% del mercado negro de estos fármacos se comercializa a través de internet y, en un amplio porcentaje, son falsificaciones. Las páginas webs se erigen de esta forma en ese océano sin control en el que cualquiera tiene acceso a este tipo de sustancias prohibidas. "Lamentablemente, internet da mucha información sobre quién puede proveerlas, en qué lugar y de qué modo", se lamenta el jefe de oficiales de control de dopaje de la Agencia Española para la Protección de la Salud en el Deporte, Antonio de Campos. Una posibilidad que, sin embargo, también ayuda a la Policía a detectar la venta y el consumo ilegal y trabajar por poner coto a ese mercadeo, impulsado en muchas ocasiones por organizaciones.
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