El PSOE se reivindica como primera fuerza en Málaga ante la subida del PP y de Vox
Los socialistas, pese a perder unos 26.000 votos, mantienen sus cuatro escaños
Los populares ganan un diputado, así como Vox
Ciudadanos se desinfla y se deja casi 93.000 votos
Málaga/Ni los seis meses de bloqueo institucional ni la obligación de tener que acudir nuevamente a las urnas pasan factura a Pedro Sánchez y al PSOE en la provincia de Málaga. El electorado malagueño vuelve a depositar su confianza en la formación socialista que, grosso modo, repite los resultados ya obtenidos en la cita del 28 de abril. La victoria ahora cosechada es si cabe más meritoria si se tiene en cuenta que se produce en un escenario de supuesto hartazgo. A pesar de ello, en el periodo entre convocatorias pierde del orden de 26.000 votos.
Por un lado, las urnas mantienen la confianza en la candidatura encabezada por Ignacio López; por otro, confirman la radicalización de una parte importante del electorado conservador que en la anterior convocatoria se decantó por Ciudadanos, que se desploma. Ahora, opta, principalmente, por Vox. Un partido que hace poco más de tres años recibía apenas el 0,24% de los sufragios y que ahora crece hasta casi un 21,5%, al punto de aparecer ante el votante de derechas como alternativa cierta. El escrutinio final le deja a 0,1% del PP (800 votos).
La lectura de los resultados constata, al mismo tiempo, que el Partido Popular malagueño recupera terreno suficiente como para aumentar su número de diputados. De dos pasa a tres, dando entrada al ex concejal Mario Cortés, principal damnificado en las anteriores nacionales. El suspense en torno a este tercer diputado se mantuvo hasta que se cruzó el umbral del 92% del escrutinio. Hasta ese momento, ese asiento por Málaga era para el partido de Santiago Abascal.
Finalmente, Pablo Montesinos pudo responder a la confianza depositada por el presidente nacional, Pablo Casado, quien lo convirtió en número uno por Málaga a la Cámara Baja. Una mejora, no obstante, que no oculta el hecho de que el 21,6% logrado sigue siendo de los peores resultados en su historia.
Y en la medida en que el voto conservador premia a Vox, censura y de qué manera a Cs. El globo naranja se desinfla. Pasa a ser la quinta formación en porcentaje de votos, por detrás incluso de Unidas Podemos. La penalización a la posición de Albert Rivera es mayúscula, dando continuidad a una respuesta negativa que ya quedó en evidencia en las municipales de mayo.
Ni la experiencia de gobierno en coalición con el PP en Andalucía ha servido para disuadir a quienes ahora huyen. En el camino de las dos últimas generales una variación a la baja de casi once puntos (en términos absolutos unas 92.8s00 papeletas menos). Sólo un escaño tendrá el partido naranja en Madrid, con Guillermo Díaz como ocupante; queda fuera Irene Rivera.
La respuesta es igualmente adversa para la coalición de Podemos e Izquierda Unida, que sigue sin ser vista por el electorado de izquierdas como una alternativa al PSOE. Como ocurre con Cs, se deja un escaño en el camino, aunque se garantiza la presencia de uno de los líderes nacionales de formación, Alberto Garzón. El desgaste de su marca se alarga en el tiempo en cada una de las convocatorias electorales celebradas. El 13% que ahora obtiene es 1,5% inferior al dato del pasado mes de abril y está casi siete puntos por debajo de los comicios de junio de 2016.
El nivel de participación en la provincia mejoró por la tarde. Se quedó finalmente en casi el 67%, poco más de dos puntos menos que el 28 de abril. En las mesas se contabilizaron algo más de 8.100 votos en blanco. La cifra solo supone el 1,11% del total, pero crece respecto al 0,89% anterior.
En el Senado, los representantes por Málaga repiten: Miguel Ángel Heredia, Estefanía Martín Palop y José Aurelio Aguilar Román, por el PSOE, y Ángeles Muñoz, por el PP.
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