El Papa conmociona al mundo con su renuncia

El Pontífice justifica la decisión en la "incapacidad" acumulada los últimos meses para ejercer bien el ministerio La última renuncia a la sede de San Pedro se produjo en 1415

Benedicto XVI reza ante el Muro de las Lamentaciones, símbolo de la religión hebrea, en 2011.
Agencias Roma

12 de febrero 2013 - 01:00

El papa Benedicto XVI, a punto de cumplir 86 años, sorprendió ayer al mundo con el anuncio de su renuncia a ser Sumo Pontífice, que hará efectiva el 28 de febrero. Hay que remontarse a 1415, con Gregorio XII, para encontrar un Papa que tome esta decisión por la que en toda la historia del catolicismo se han decantado cinco pontífices.

La decisión fue dada a conocer por el propio Joseph Ratzinger al término del Consistorio Ordinario Público en el que se aprobaron tres causas de canonización. A su finalización, leyó un mensaje en latín en el que aseguraba que "después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino". El Papa ha asegurado ser "muy consciente de la seriedad de este acto" que ejecuta "con plena libertad". Por ello, ha destacado que renuncia al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que le fue confiado por medio de los cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, "desde el 28 de febrero de 2013, a las 20:00, la sede de San Pedro quedará vacante".

Benedicto XVI destacó que es "muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también, y en no menor grado, sufriendo y rezando". En este sentido, agregó que "sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu". El Pontífice ha indicado que tal vigor "en los últimos meses, ha disminuido" de tal forma que reconoce su "incapacidad para ejercer bien el ministerio que le fue encomendado".

Al finalizar su declaración dio las "gracias de corazón por todo el amor y el trabajo" con el cual han llevado junto a él el peso de su ministerio y ha pedido "perdón" por sus defectos. También ha avanzado que en el futuro, "quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria".

Esta renuncia fue planteada por el propio Pontífice tras el viaje realizado en marzo de 2012 a Cuba, Brasil y México, según señala L'Osservatore Romano, el rotativo oficial del Vaticano. Dicho medio de comunicación también asegura que los únicos que hasta ayer conocían tal decisión eran el ex camarlengo cardenal Sodano y el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.

Poco después, el portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha asegurado que la decisión de Benedicto XVI de renunciar al ministerio les ha acogido por sorpresa dado que, además, ayer era un día festivo.

Lombardi explicó que el Pontífice se acoge de este modo al artículo 332, párrafo 2, del Código de Derecho Canónico que establece que "si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie".

Además, el portavoz del Vaticano señaló que esta decisión del Pontífice es "coherente" con la declaración que ya hizo en 2010 Benedicto XVI en el libro La luz del Mundo al afirmar que "cuando el peligro es grande no se puede escapar, no es el momento para renunciar. Se puede renunciar en un periodo de tranquilidad". Lombardi aseguró que no hay ninguna enfermedad en curso del Pontífice que haya influido en una decisión que ha adoptado con "lucidez".

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