Málaga

El Parque de Málaga, una vez más, lugar de acampada para las personas 'sintecho'

Dos tiendas de campaña instaladas en el Parque de Málaga.

Dos tiendas de campaña instaladas en el Parque de Málaga. / CARLOS GUERRERO

Dos tiendas de campaña al inicio del Parque de Málaga, en pleno centro de la capital, sorprenden a quienes transitan por la zona. Enfrente, el majestuoso Hotel AC Málaga Palacio, donde la habitación más modesta alcanza casi los 200 euros por noche -mucho más en época navideña-. A apenas 500 metros, el Ayuntamiento. Las dos realidades de una ciudad que atrae cada vez a más turistas con un alto poder adquisitivo y a su vez ahoga a la población con menos recursos.

No es ninguna novedad que este jardín botánico -considerado uno de los más importantes a nivel europeo por su exótica flora- se convierte cada dos por tres en asentamiento para las personas sintecho. Ni los matorrales ni la frondosa vegetación oculta las tiendas de campaña instaladas desde hace al menos tres semanas en esta zona. Quienes transitan se percatan. Algunos, miran aunque sin detenimiento; otros, sorprendidos, comentan. Una clase formada por al menos 30 menores caminan junto a ellas. Una niña grita: ¡Mira, profe, dos tiendas de campaña!

Son las 13:00 de un viernes. El sol pega ya directamente sobre las casas portátiles y sus inquilinos comienzan a desperezarse. Paco, vecino de la zona, cuenta que normalmente suelen desmontar las tiendas a primera hora de la mañana -y volver a montarlas ya entrada la madrugada- para no tener demasiados problemas. Las guardan en grandes y negras bolsas de basura para a continuación esconderlas entre los matorrales

Sus habitantes, Adrián y Sebastián, originarios de Rumanía, apenas chapurrean el español aunque ya llevan algún tiempo en el país. Antes pasaron por Barcelona. En la capital malagueña se ganan la vida como pueden. Ahora aprovechan el popular espectáculo de luces y sonido de calle Larios con motivo de la Navidad para disfrazarse y dar a los más pequeños globos con diferentes formas. Al final del día solo consiguen unos euros. Explican que estarían encantados de alquilar una vivienda, pero no pueden. Tampoco han conseguido cama en ningún albergue de la ciudad, cuentan.

Dani lleva barriendo el Parque de Málaga desde hace más de un mes. Lo hace de lunes a viernes, desde las 7:00 hasta las 13:45. A veces no puede limpiar la zona en la que despliegan las tiendas de campaña, aunque reconoce que la incomodidad que le generan es insignificante. No obstante, asegura que hace ya semanas que dio aviso a su encargado para que alertara a la Policía Local de Málaga. De momento, al menos durante su jornada laboral, afirma que no ha visto presencia de agentes. Paco (vecino) tampoco -dice-. "Protestamos porque el parque se encuentra en un estado de abandono permanente", critica. 

"Protestamos porque el parque se encuentra en un estado de abandono permanente"

A pocos metros de las tiendas, una madre juega con su hija en uno de los parques infantiles que se ubican en el jardín. Sus columpios también los utilizan, en ocasiones, personas sin hogar para pernoctar; muestra de ello, los cartones colocados en una casita de madera. A Carmen no le sorprende que el Parque de Málaga se haya convertido en zona de acampada, no es la primera vez que ocurre, puntualiza. Tras años viviendo en plaza Mitjana, explica que han tomado la decisión de mudarse a una zona residencial. "Vivir aquí con un niño es muy complicado porque no hay zonas infantiles y las que hay están muy mal".

Cuando cae el sol, la suciedad y otros problemas de mantenimiento -tanto del asfalto como del mobiliario del parque- que denuncian los vecinos parecen pasar desapercibida. Pero, entonces es el momento de las ratas. En un ligero paseo por el jardín botánico, que no supera la media hora, este periódico se cruza con al menos una docena de ellas. Salen en busca de alimento y en esta zona de arboleda hay bastante de eso. Roen los culos de las bolsas de basura colocados en las papeleras para hacerse con su menú. Está claro que han perdido el miedo a los humanos. 

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