Málaga

Paula, la joven asesinada por su ex novio en Torremolinos, fue apuñalada en la espalda

Policías nacionales junto a la vivienda en la que se produjo el asesinato

Policías nacionales junto a la vivienda en la que se produjo el asesinato / Javier Albiñana

Paula, la joven asesinada, presuntamente, a manos de la que había sido hasta poco antes su pareja sentimental y padre de uno de sus tres hijos, murió acuchillada. El cadáver presentaba numerosas heridas de arma blanca en distintas zonas del cuerpo, entre ellas las piernas y la espalda, lo que podría indicar que el supuesto autor pudo atacarla sorpresivamente en un instante de la discusión que ambos estaban manteniendo. La víctima, que tenía 28 años, sufrió también cortes en las manos que, según se investiga, le provocaría cuando trataba de defenderse. Así se desprende de la autopsia que este jueves un grupo de forenses le practicaron en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, han informado fuentes próximas al caso.

"Disfrutando de la vida". Ese fue el último estado que Paula compartió en WhatsApp mientras disfrutaba de su desayuno favorito: un Cola Cao -aunque tan solo fuera un cacao soluble- y un pitufo de jamón serrano. Era martes, tenía descanso en la cocina de La Tómbola, y estaba "radiante". Con el dinero que recibió del bote del lunes por la noche se compró un vestido blanco, unos zapatos y una colonia. A la noche, salió a disfrutar con algunos compañeros de trabajo. 

A la mañana siguiente, sobre las 12:00, el estado de WhatsApp se borró de su perfil. Apenas media hora antes, la que había sido su pareja supuestamente la asesinó a puñaladas en el domicilio que compartían y del que, según fuentes cercanas a la mujer, lo había echado. 

Paula y Marco, un ciudadano italiano de 45 años, iniciaron una relación sentimental hace más de tres. Fue en 2022 cuando tuvieron un hijo en común -aunque no era el primero de ninguno de los dos-. "Se los quitaron porque no tenían nada", cuenta una de las amigas y compañeras de trabajo de la víctima mortal.

"Al tiempo de entrar en el restaurante, nos empezó a decir que ella no se quería ir del trabajo y que no quería descansar porque se lo pasaba mejor que en su casa", relata. Fue en ese momento cuando ambas comenzaron a entablar una relación de amistad y Paula encontró en el restaurante su refugio, su lugar para desahogarse. "Me ha contado barbaridades de las que yo no daba crédito", confiesa. 

Su pareja, Marco, también comenzó a trabajar en La Tómbola. Si bien, apenas una semana más tarde, fue despedido después de que rompiera supuestamente la puerta de un baño exclusivo para empleados, siempre según la versión de esta testigo, cuyo hermano es dueño de la empresa que gestiona el restaurante donde ambos trabajaban. Fue precisamente este quien decidió darle trabajo como pizzero en otro de sus negocios "para que pudieran recuperar a los niños". Finalmente, terminó siendo despedido también de este puesto tras ausentarse tres días. 

Investigan la desaparición de otra pareja del presunto asesino

Paralelamente, la Policía investiga la desaparición de otra pareja del presunto autor de la muerte de Paula. La joven, Sibora Gagani, es una albanesa de 22 años cuya pista se perdió en el verano de 2014. Fue vista por última vez el verano de 2014 en Torremolinos, donde se había mudado con su pareja, Marco G., un italiano al que conoció en Nettuno, municipio de la ciudad metropolitana de Roma Capital, donde ambos residían. Precisamente fue este la última persona que tuvo contacto con ella. A los familiares de la joven les explicó que se había marchado sin previo aviso y él tampoco sabía dónde se encontraba. 

La huida

El presunto asesino habría escapado del domicilio tras cometer el crimen, por lo que los vecinos y trabajadores de la zona comenzaron a difundir y compartir rápidamente una foto con el rostro del individuo. Esta imagen, además de permitir que una vecina lo localizara a media tarde a pocos metros del domicilio de la víctima mortal, llegó también a la familia de Sibora Gagani. Fue una compañera de trabajo de la joven, que se dedicaba a la hostelería, la que reenvió inmediatamente la publicación a su madre. Al verlo, la progenitora de la desaparecida tuvo claro de que se trataba de la misma persona con la que su hija había mantenido una relación, pues ella misma lo había conocido en persona, cuenta a este periódico, traducida por una de las hermanas de Sibora.

Sibora Gagani -que utilizaba documentación falsa italiana con el nombre de Simona Faraone- empezó una relación sentimental con Marco en 2009 en Italia, donde ya estuvieron conviviendo. Pero, un año más tarde, siempre según el relato de su familia, él decidió viajar a España, país donde ya había residido, para buscar trabajo. La mujer también lo acompañó, aunque por temporadas. 

En 2013, Sibora regresó a Italia con la intención de dejar la relación con Marco y no regresar a España. Le contó a su madre que no quería vivir más con él, pero asegura que nunca le mencionó que fuese víctima de malos tratos por parte de él. Ese mismo año, la joven cambió de opinión, voló de vuelta a Torremolinos para darse una nueva oportunidad con su novio, pero esta vez en viviendas cercanas, pero diferentes. 

Unos meses más tarde, en verano de 2014, con tan solo 22 años, Sibora desapareció. Su madre denunció los hechos en Italia, por lo que los agentes de la Policía Nacional comenzaron a trabajar con las autoridades del país transalpino, llegando incluso a pedir la colaboración ciudadana ante la dificultad para encontrar a la joven. El caso, ahora, podría dar un revés. 

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