Málaga

Pedro Marín Cots, el 'azote' de la política municipal, se jubila

Pedro Marín Cots, en una foto de archivo.

Pedro Marín Cots, en una foto de archivo. / Javier Albiñana (Málaga)

Pedro Marín Cots, el director del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), y azote del Ayuntamiento a pesar de ser funcionario público, se jubila. El Análisis de los Indicadores Urbanos de 2022 es el último libro que firma el funcionario, que llevaba ligado al Ayuntamiento desde el Plan General de Ordenación Urbana de 1983, al que entró como economista en 1981. 

"Quiero descansar ya y hacer otras cosas", narra al otro lado del teléfono, a la vez que cuenta que no va a dejar los estudios académicos, "tengo ganas de hacer otros proyectos con amigos, sin dejar los análisis, pero desde otra perspectiva". Son 42 años ligados al equipo municipal desde que comenzase su andadura. Como director del OMAU lleva ya 18 años y no que designen un sucesor "al menos hasta que pasen las elecciones". 

Marín Cots, que siempre se ha mostrado muy reivindicativo en lo que tiene que ver con el modelo de ciudad, el devenir urbanístico y demográfico de la ciudad, ha vuelto a dejar en su último análisis del avance en relación a la Agenda Sostenible su mirada crítica sobre el estado de la ciudad. El que también fuera Responsable de Programas Europeos –trajo muchísimos de proyectos FEDER para la ciudad–, no deja de señalar la desigualdad entre los barrios. 

Fue Marín Cots quien señaló que el aumento de precios de la vivienda estaba empujando a los malagueños a los municipios limítrofes debido a que el comprador extranjero –con mayor poder adquisitivo– estaba creciendo. También le señaló al alcalde en junio del pasado año que el proyecto de la Expo no hacía ninguna mención a la Agenda Urbana 2015 (fue pionera en Europa) y le pidió que "no hiciera una Expo del pasado" y revolucionara las formas. 

Desde el punto de vista de Marín Cots, el urbanismo actual de la ciudad tiene reminiscencias del desarrollismo, "la propuesta de la torre del puerto, el denominado plan de Málaga Litoral, la construcción prevista en lo que era una zona verde denominada por los vecinos residentes Bosque Urbano, la apuesta por una exposición universal precisamente sobre la sostenibilidad urbana, o el incumplimiento generalizado de los objetivos iniciales de la renovación de la ciudad histórica, muestran una imagen de vuelta a los años setenta donde las prioridades de grupos económicos prevalecían sobre la forma urbana como reflejo de un planeamiento inexistente, y hoy en día frecuentemente superado". 

No sólo eso, sino que la turistificación y la gentrificación del Centro –y cada ve de más barrios de la ciudad– también están en su punto de mira, "el turismo es una actividad económica imprescindible en la actualidad para Málaga para la generación de empleo, aunque no suponga un aumento de los niveles medios de renta. Sin embargo, como ya ocurrió desde los años sesenta en la Costa del Sol, el turismo no es inocuo, deja efectos adversos". 

"En la dinámica poblacional de Málaga se ha introducido por tanto cambios importantes que como consecuencia de la primera gentrificación turística, ha supuesto la substitución de la antigua población residente por otra nueva de mayores prestaciones económicas, situación que como veremos se inició en el Centro Histórico, pero se ha ido extendiendo a toda la ciudad, principalmente a los barrios más atractivos", continúa.

Si bien señala que el turismo impulsó una primera gentrificación, también avisa de una segunda, ligada al atractivo cultural y tecnológico de la ciudad, que vendría de la mano de empleados de alta cualificación y conocimiento, "lo que se conoce como ciudad creativa".

Sin embargo, duda de que esta gentrificación –como ya sucedió con la primera– pueda elevar los niveles de renta del común de los malagueños, "el motivo por el cual la gran riqueza generada por la actividad turística y la construcción no haya revertido en un mayor grado en la población muestra las debilidades de un sistema cuyo capital es frecuentemente exógeno, y cada vez en mayor medida por la globalización de la economía. Tampoco la productividad del turismo y de la construcción puede competir con la industria de transformación o de los servicios".

Se irá Marín Cots, pero quedará su visión critica de la ciudad, siempre en pos del avance sin desigualdad

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios