La Policía Nacional se propone frenar el “odio y el fanatismo” en internet

Día del Patrón de la Policía Nacional

La persecución del terrorismo, el crimen organizado y la trata de seres humanos, otros de los objetivos en los que los investigadores fijarán especialmente su atención

Policías nacionales, durante la celebración del acto con motivo del Día del Patrón / Javier Albiñana

Internet sigue siendo el medio perfecto para difundir odio, fanatismo y propaganda terrorista,

facilitando los procesos de radicalización y dificultando su detención”. Así lo indicó ayer el comisario provincial jefe de la Policía Nacional de Málaga, Manuel Javier Peña Echeverría, quien advirtió que los investigadores estarán “especialmente atentos” al ciberespacio para poner coto a estos delitos. Otros de los objetivos están relacionados con la persecución del terrorismo, el crimen organizado y la trata de seres humanos.

La Policía, que este miércoles celebró con la imposición de 73 medallas el Día del Patrón, los Ángeles Custodios, pretende además desarrollar “fórmulas de autoinspección y análisis” de los hechos delictivos y “perfeccionar” nuevas formas de “identificar de la manera más rápida” a los autores, al objeto de conseguir “eficiencia” y adaptarse a los nuevos retos.

Criminalidad

El máximo responsable de la Comisaría central considera que este año no ha sido “especialmente negativo” en cuanto a las cifras de criminalidad, que en la provincia de Málaga ha registrado un incremento del 2,6% entre enero y junio y, del 5,7%, en el caso de la capital. “Las infracciones se han mantenido en índices aceptables”, detalló el mando policial, que a renglón seguido reconoció las “incidencias complicadas” a las que los agentes han tenido que enfrentarse. En este sentido, destacó “la lacra de la violencia de género” –que este año se ha cobrado ya cuatro víctimas– y la existencia de grupos itinerantes dedicados al robo en domicilios, “que tanto preocupan”.

Durante este ejercicio, los investigadores han conseguido “objetivos” con “brillantes servicios policiales”, entre otros, destacó la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, la liberación de un presunto narcotraficante que había sido secuestrado en Marbella y que acabó detenido por tráfico de drogas. Los padres de la víctima habían recibido llamadas que exigían 165.000 euros por la vida de su hijo, del que vieron imágenes para que tuvieran constancia de que el rapto era real.

Otro de los éxitos policiales está relacionado con la llamada banda de los suecos, una de las más sanguinarias de la Costa del Sol. Los investigadores detuvieron a los dos supuestos responsables de dos homicidios cometidos en Málaga.

Asimismo, han esclarecido el robo de un muestrario de joyas valoradas en 600.000 euros en Marbella, que se saldó con dos arrestos. La desarticulación de un grupo de 86 personas que supuestamente estafaba a comercios y financieras con nóminas falsas permitió resolver un fraude que superó el millón de euros.

Un entrenador que fingía ser una chica en la Red

La Policía Nacional considera esencial el papel que desempeñan las familias para prevenir el acoso a sus hijos a través de las redes sociales, un océano en el que estos pueden ser víctimas o convertirse en infractores. María José Aranda, que pertenece al grupo de Ciberdelincuencia del Cuerpo Nacional de Policía de Málaga, incide en que los padres son siempre los “responsables” de dónde navegan sus hijos, con quiénes hablan y qué imágenes difunden. “A un niño con 7, 8 o 10 años no se le puede dejar que se meta con un móvil en el baño. Induce a que ocurran cosas”, defiende la agente.

Aranda es una de las 73 policías que ayer recibieron la medalla al mérito policial. En su caso, el reconocimiento corresponde a la investigación que el verano de 2018 se saldó con la detención de un entrenador de fútbol que, supuestamente, abusaba de menores y se hacía pasar por una chica. Desde entonces permanece en prisión a la espera de juicio.

La actuación policial dio comienzo tras recibir la denuncia de unos padres que alertaban de que su hijo estaba siendo acosado a través de internet. A esa se unieron varias alertas más de menores que jugaban en distintos equipos y que en algún momento habían sido entrenados por la misma persona. Las pesquisas permitieron comprobar que el presunto autor de los hechos había ocultado su verdadera identidad y fingía ser una chica, algo que las víctimas, de entre 8 y 12 años, desconocieron hasta que la Policía les informó de ello.

Los investigadores averiguaron que el denominador común de todos los menores era un entrenador que los conocía personalmente. “Era bastante insistente y amenazante con los niños, que lo pasaban muy mal. Varios de ellos habían sufrido tocamientos”, recuerda la policía galardonada.

Algunas de las víctimas incluso se habían quedado a dormir en casa del supuesto acosador. Cuando despertaban, veían que tenían los pantalones bajados y, en ese momento, eran conscientes de la situación que estaban viviendo. Los padres de otros menores, que “eran más cautos” aunque desconocedores de lo ocurrido, habían prohibido a sus hijos dormir en casa de esta persona porque el día siguiente tenían que jugar un partido. En palabras de la investigadora, la labor de las familias no se basa en “leer todas las conversaciones” que los menores mantienen a través de las redes sociales pero sí en “controlar” con qué desconocidos se relacionan.

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