Porfirio Smerdou, el 'Schindler de Málaga, símbolo de una tercera España al que nadie reivindicó

Porfirio Smerdou, el cónsul mexicano conocido como el 'Schindler de Málaga' que refugió a centenares de personas en su casa de la capital malagueña durante la Guerra Civil, representó a "una tercera España que resultaba bastante incómoda, porque nadie le defendió", según Miguel Ángel Hernández Arango, director de un documental que rescata su figura.

"Nadie reclamó su figura como héroe propio, porque no se alineó con ningún bando", ha afirmado a Efe Hernández Arango, que presentó este miércoles en Málaga el largometraje documental La lista de Porfirio.

Empezó a conocer al personaje cuando rodaba otro documental, El Paseo de los Canadienses, en este caso sobre la huida a pie por la carretera de Málaga a Almería durante la Guerra Civil, y descubrió que "había muchas historias que eran conocidas a nivel local, pero no tanto fuera".

Al director, lo que más le atrajo de Smerdou fue que "representa un espíritu de concordia que habría sido necesario que se hubiera prodigado más entonces y también en los tiempos convulsos actuales".

"Buscó el hermanamiento independientemente de las ideologías. Él quería salvar vidas y le daba igual la ideología que tuvieran", ha afirmado Hernández Arango, que cree que representa además "lo que debería ser la memoria histórica, encontrar un punto de unión en el que no hay ni vencidos ni vencedores, ni buenos ni malos".

Cuando se produjo el golpe en julio de 1936, Smerdou descubrió que empezaron a actuar grupos "al margen de la propia República que funcionaban de forma anárquica, empezaban a tomarse la justicia por su mano y a atacar los barrios más ricos de la ciudad, como el Limonar".

El cónsul vivía precisamente en el Limonar, en Villa Maya, una casa modesta comparada con las mansiones que la rodeaban, y comenzó a actuar cuando un conocido le pidió ayuda y decidió refugiarle en su vivienda.

"Estadísticamente, refugió a más nacionales que republicanos, pero fue porque, cuando entraron las tropas de Franco en Málaga y empezó a refugiar a republicanos, no le dejaron que siguieran", ha explicado el director.

En total fueron más de 500 los refugiados a lo largo del conflicto, aunque al mismo tiempo solo cabían unas sesenta personas en una casa en la que, debido a sus dimensiones, "coordinar la logística de las comidas, los baños y la higiene debió de ser bastante complicado".

El documental, producido por Quinta Planta y patrocinado por la Fundación Málaga, incluye una reproducción infográfica basada en los diarios de Villa Maya con un croquis en el que se detalla cómo se acomodaba simultáneamente a sesenta personas.

Una de las aportaciones del documental es haber sido grabado en la propia Villa Maya en noviembre de 2018, poco antes de su demolición el pasado marzo.

"La casa estaba en malas condiciones y arquitectónicamente no tenía mucho valor. El valor que tenía se debía a lo que había pasado ahí dentro, y pasear por sus habitaciones y pensar en el miedo que pasaron tantas personas allí era bastante sobrecogedor", ha señalado Hernández Arango.

Entre los testimonios recogidos está el de Guillermo Jiménez Smerdou, sobrino del cónsul, quien confesó que la última vez que había pisado Villa Maya fue, siendo un niño, el 18 de julio de 1936.

También presta su testimonio el periodista Diego Carcedo, que dio a conocer la figura de Smerdou al gran público con la publicación en 2003 de su libro El Schindler de la Guerra Civil.

"Diego Carcedo había escrito la historia del embajador español en Hungría que salvó a muchos judíos en la Segunda Guerra Mundial, y cuando publicó ese libro el propio Porfirio lo leyó, se puso en contacto con él y le contó que tenía una historia parecida", de la que surgió El Schindler de la Guerra Civil.

Ahora, en este documental, que todavía no tiene distribución en salas y va a comenzar su recorrido por festivales, Hernández Arango ha vuelto a jugar con el título de la película La lista de Schindler al haber "paralelismos" entre ambas figuras, pese a haber también diferencias.

"Porfirio salvó a menos personas, pero, si rascas la historia, Schindler era un empresario que quería mano de obra para su fábrica, mientras que Porfirio no tuvo ninguna motivación espuria, solo salvar vidas, para lo que puso en riesgo su vida y la de su familia".