Roca se declara "amante del arte" y colgaba sus cuadros

La mujer y la hija del presunto cerebro de la trama declaran que no controlaban las cuentas y que no saben nada sobre la compra de cuadros o décimos premiados

María Rosa Jimeno y su hermano Antonio, ayer, en un momento de la vista.
Ep / Málaga

07 de septiembre 2011 - 01:00

La mujer y la hija del presunto cerebro de la trama de corrupción en Marbella (Málaga), Juan Antonio Roca, negaron ayer en su declaración en el juicio del caso Malaya saber algo de los ingresos de boletos de lotería premiados realizados en cuentas abiertas a su nombre en una sucursal bancaria de Los Alcázares (Murcia), que, según dijeron las dos, no controlaban.

Tanto María Rosa Jimeno como María Roca Jimeno, acusadas de blanqueo de capitales, declararon que no realizaron ingresos en esas cuentas y que era Roca el que recibía la documentación bancaria. Éste declaró el lunes que él compró boletos premiados con dinero suyo y de su mujer e hizo los ingresos, asegurando que su familia no tenía conocimiento "de nada" de esto.

María Rosa Jimeno señaló que supone que se abriría esa cuenta en Los Alcázares porque "siempre hemos estado muy ligados a nuestra tierra", pero quiso dejar bien claro que no tenía control sobre la misma, aunque sí sobre las cuentas relacionadas con el negocio en la tienda de cosmética que tenía en Marbella.

La esposa del ex asesor de urbanismo aseguró que cuando declaró en instrucción dijo que "suponía que le había tocado la lotería, porque jugaba muchísimo y no podía declarar otra cosa porque era lo único que sabía". Sobre su hermano, Antonio Jimeno, también acusado en este bloque, dijo que lo veía en Navidad y en Semana Santa y hablaba algunas veces por teléfono con él, "poco más". Además, afirmó que no hizo uso del dinero.

Su hija también coincidió en los mismos argumentos al declarar que no dispuso del dinero que se ingresó en esa cuenta y fue un paso más allá cuando dijo que se enteró de los ingresos el día de su detención. "Era una cuenta que yo no llevaba, ni ninguna documentación relativa a ella recibía y mi padre no me comentaba las cosas", remató.

Por su parte, el cuñado de Roca, entonces director de la sucursal bancaria donde se ingresaron los premios, indicó que "inicialmente" no le llamó la atención que se realizaran ingresos en poco tiempo de más de 600.000 euros por premios en distintos tipos de sorteos "porque sabía que mi cuñado jugaba mucho" y aseguró que la entidad era conocedora de la cobranza de estos premios, apuntando que "hay mecanismos de alerta que nunca saltaron".

Antonio Jimeno, que a consecuencia de estos hecho fue despedido, dijo que en ese tiempo la entidad no le advirtió nada y que sabe que esta situación había ocurrido en otras ocasiones. Sí reconoció que en una ocasión le ofreció a Roca un boleto premiado, pero aseguró que la operación no se llevó a cabo porque éste "no mostró interés". También corroboró la versión del principal acusado de que era el que realizaba los ingresos y que su hermana no sabía nada.

Roca para terminar su declaración en este bloque realizó un canto de sus gustos para asegurar que ha sido "amante del arte desde siempre". "Tenía pinturas de autores con los que podía coincidir en Madrid en mi época de estudiante en el café Gijón, incluso tengo cuadros que se remontan a esa época, aunque es cierto que inversiones en obras de arte importantes las hago con posterioridad, cuando tengo una casa", precisó.

Para remarcarlo, apuntó que todos los cuadros intervenidos en esta operación, que según ha dicho no llegan a la cifra dada, estaban "colgados en un pared en un inmueble de mi propiedad". "No se me ha incautado cuadros en trasteros, almacenes o sótanos", destacó, queriendo dejar claro que eran para su uso y disfrute y no para reintroducirlos en el mercado o comerciar.

A preguntas de su defensa, precisó las inversiones realizadas en obras de arte, decoración y relojes, señalando que la cifra sería de unos 9,5 millones de euros y no los 26 millones que le achacan las acusaciones. Además, aclaró que "de los 5 millones que pagué al señor Fournets -marchante acusado-, la mitad fue antes de 1996", fecha hasta la que el delito de blanqueo aparece sólo asociado al narcotráfico.

Además, indicó que aproximadamente el 50% de lo adquirido a tanto a Fournets como a otro de los marchantes acusados, Pedro Peña, era decoración para inmuebles, como colchones, edredones, cortinas o, incluso, solerías, algo que, según corroboró, no tenía intención de revender ni comerciar con ello, como ocurría con los relojes, que eran para regalos.

9,5

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