Málaga

Trabajar 37 horas y media: una "imposición" que genera rechazo en el sector empresarial malagueño

Un operario en la planta de envasado de Ly Company en Alhaurín de la Torre.

Un operario en la planta de envasado de Ly Company en Alhaurín de la Torre. / M. G.

La medida estrella del acuerdo entre PSOE y Sumar para poder formar un Gobierno de coalición, la reducción de la jornada laboral de las 40 horas semanales establecidas por el Estatuto de los Trabajadores del año 84 a 37 horas y media, ha caído como una bomba entre los empresarios malagueños. Consideran que al subir los costes laborales, puesto que tendrían que contratar a más personal, se encarecerá la producción, bajará la rentabilidad y esto repercutirá directamente en una subida de precios para el cliente final. Además, rechazan la medida por ser "impuesta" sin contar con los agentes sociales y señalan que los sectores económicos son muy diversos y no todos se pueden someter a las mismas condiciones. Como es habitual, del otro lado se encuentran los sindicatos, que desmontan una a una estas afirmaciones y aseguran que es hora de actualizarse según la tendencia europea actual. 

"Nos parece intolerable que se imponga una medida a nivel general que influya directamente contra la cuenta de resultados de los empresarios, que somos los que generamos empleo, los que levantamos el país, si perjudican a las empresas van a conseguir que haya menos y que las que estemos muramos", considera José González Villodres, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Málaga.

González Villodres señala que debe de ser el empleador quien considere si la medida "es razonable o no" para su negocio y subraya que hay sectores como la hostelería, la construcción y la industria en las que reducir el horario laboral influiría directamente en su productividad. "Los empresarios estamos de acuerdo en que las condiciones sean buenas y los trabajos estén bien, pero no que las medidas no consensuadas se impongan", agrega. 

Javier Frutos, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos), incide en que "la economía es muy heterogénea y cada sector tiene sus particularidades, pero en todos hay acuerdos laborales estatales y convenios colectivos que regulan las condiciones laborales y no parece muy adecuada esta imposición". La hostelería, señala Frutos, "sufrirá igual que los demás sectores productivos, un incremento de costes laborales que posiblemente generarán más inflación y descenderá de la rentabilidad, que no es solo dinero para el empresario sino capacidad de generar puestos de trabajo como se ha hecho en todo este 2023". 

El presidente de Mahos considera que "el número de horas trabajadas y la competitividad de un sector concreto están muy relacionadas, obviamente, si se trabaja menos se tiende a producir menos". Este descenso podría hacer peligrar la tendencia de contrataciones en la hostelería andaluza, que no ha recuperado todavía la rentabilidad desde la pandemia y "medidas como esta comprometen aún más esa recuperación y eso podría equivaler a no generar tanto empleo como se está haciendo". 

Inflación y pérdida de competitividad

Francisco Arrebola es CEO de Roox, una fábrica de elementos de visibilidad y equipamiento comercial en la que hacen desde mobiliario para tiendas hasta cartelería y publicidad. La central está en Rute pero tienen sede en Málaga y cuentan con 70 empleados en jornadas completas de 40 horas semanales. Arrebola se queja de que estas decisiones se tomen "sin tener un conocimiento técnico" y asegura que afecta directamente a la productividad. 

"Puedes negociar en función de cada sector y en relación a las horas de trabajo y la capacidad de generar riqueza, si una empresa tiene mucha productividad podrá asumir esas 37 horas y media semanales, pero en el sector agrícola, industrial o de servicios no somos competitivos en el mercado y se necesitan muchos recursos de manos de obra para general algo de riqueza", apunta el CEO de Roox. "No puedes tomar una decisión tan generalista porque depende de cada sector, cada convenio, de cada empresa, si me apuras", señala. 

Lo que también expresa con contundencia es que "esto es un coste más que se le añade al empresario, supondría pérdida de competitividad". Quitar dos horas y media a la semana por empleado le supondría tener que contratar a unas cinco personas a jornada completa para el mismo rendimiento, entre 15.000 y 20.000 euros más, "que puede ser la diferencia entre que me interese seguir la actividad o cerrarla", detalla. "Lo que es sencillo es legislar con el bolsillo de otro", apostilla. 

Curro Rodríguez, creador de Ly Company, empezó a envasar agua en tetrabrik en 2015 con el propósito de aportar su granito de arena y minimizar el impacto climático del plástico en los productos de un solo uso. El agua envasada es el producto que más se consume en el mundo y el que más crece y esto le valió al empresario malagueño para crecer y expandirse desde Alhaurín de la Torre a México, Italia, República Dominicana, Alemania y su próxima apertura en Dubái. "Somos una de las cinco empresas de mayor crecimiento de Europa y la que más crece de Andalucía", comenta. 

En Málaga tiene empleadas a unas 65 personas, que se rigen por el convenio del sector de envasado de bebidas y trabajan 40 horas semanales. "Con los trabajadores hay que ser justos y cumplir el convenio pactado por los agentes sociales", dice Rodríguez. "Aceptaremos lo que nos digan, pero si por cada 16 trabajadores voy a tener que contratar uno más, el precio del producto va a subir, y se notará en la cesta de la compra, por lo que el consumidor tiene que ser consciente", añade. 

"Todo lo que sea subir costes tiene efectos en el mercado, tanto en mi negocio como en el de cualquiera, las medidas las acataré, como tantas otras, pero hay que informar bien de lo que traen consigo", resalta el empresario y considera que "cuando una empresa va bien, el mejor activo que puedes tener son los trabajadores, rinden mucho más de lo que cuestan". 

Los sindicatos desmontan el argumento de la productividad

"En la UGT llevamos décadas solicitando las 35 horas semanales", dice Soledad Ruiz, secretaria general de UGT Málaga. Y asegura que hay sectores completos que ya están a 37,5 horas "y no ha bajado la productividad". Sin embargo, destaca, "hay cuatro millones de trabajadores en España que no están sujetos a convenios colectivos y continúan con las 40 horas desde el año 84". 

"Los países más avanzados y más productivos son los que tienen las jornadas más cortas: Alemania, Francia y Países Bajos y está demostrado por las grandes empresas que no afecta a la productividad, al contrario", estima Ruiz y subraya que sería un elemento fundamental para la conciliación, no se producirían tantas interrupciones de carrera en las mujeres y esto redundaría en una menor brecha de género.

"El problema fundamental que tenemos son los fraudes de contratación, no hay camareros porque nadie quiere estar contratado por cuatro horas y trabajar 12", apunta la líder sindical de UGT. "Tenemos que coger los sectores más importantes de Málaga, mejorar las condiciones laborales y tratar de que sea atractivo para la gente joven, que puedan hacer carrera profesional", agrega. 

Para Soledad Ruiz la clave está en que "la gente ya no quiere trabajar tantas horas, se valora más la reducción del tiempo que las subidas salariales, según todos los estudios, hay un cambio generacional, sobre todo a raíz de la pandemia, que busca una mayor vida personal y familiar y el trabajador será más productivo cuanto más feliz sea". 

Fernando Muñoz, secretario general de CCOO Málaga, apunta que Málaga sería una de las grandes beneficiarias de Andalucía porque estamos por encima de la media andaluza, de la intercomunitaria y la española. De media se trabajan 1.792 horas anuales en la provincia malagueña, cuatro por encima del acuerdo entre PSOE y Sumar. Una de cada tres empresas malagueñas tienen jornadas por encima de las 37 horas y media semanales. 

"Esto puede suponer más contrataciones para aquellas empresas que tengan más de 16 trabajadores, pero no necesariamente, se puede hacer una distribución de la jornada y una compensación con días de libranza, la productividad no se va a ver mermada porque ya hay empresas en las que trabajan menos de 37 horas y son igual de productivas", añade Muñoz. 

"Un empresario europeo cuida al trabajador y uno malagueño cree que por trabajar más horas y pagar menos va a ir mejor, pero se equivoca", considera el secretario general de CCOO y concluye que esta reducción horaria "es algo provechoso y posible, obliga a un cambio de mentalidad del empresario, que tiene que cuidar al trabajador, que no es de usar y tirar". 

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