'Operación Iceberg'. Así se llama el nuevo reto de la expedición Desafío Ártico liderada por el explorador malagueño Manuel Calvo y cuyo objetivo es traer un iceberg de Groenlandia hasta Málaga, para concienciar sobre los efectos del cambio climático. En esta aventura le acompañarán cinco jóvenes que han superado un cáncer y un director de cine novel que grabará un documental.

El VIII expedición Desafío 2023, patrocinada por la Diputación de Málaga y la Fundación Dingonatura, será del 12 al 29 de julio. El viaje les llevará hasta el sur de Groenlandia para conocer el Ártico y los efectos del cambio climático y, a su vuelta, llevarán un iceberg hasta Málaga para mostrar que las consecuencias del calentamiento son globales.

Así lo ha explicado Manuel Calvo este miércoles en Madrid, en la presentación de su octavo desafío ártico. El propio Calvo ha recordado que los objetivos de la gesta son tres: concienciar sobre el cambio climático, fomentar el deporte y difundir la historia y la relación indisoluble y necesaria para vivir del hombre y el perro en el entorno polar. Además, el desafío pretende reconocer a los adolescentes que han superado un cáncer a través de la vivencia de una experiencia única, lejos de su entorno familiar y sanitario.

Los cinco jóvenes, dos mujeres y tres hombres liderados por Calvo y su equipo, en el que también viaja un director de cine novel recorrerán durante 16 días más de 300 kilómetros en los que además de la belleza del entorno tomarán datos y recogerán muestras de hielo que a su vuelta entregarán a la Universidad de Málaga para su investigación.

"Los jóvenes disfrutarán y al mismo tiempo conocerán la realidad en un entorno que les permitirá dejar atrás la burbuja de protección y preservación en la que, lógicamente, han vivido durante su enfermedad. Será un reto para ellos poder lograr esta hazaña. Son un ejemplo de superación", ha manifestado el líder de la expedición y responsable de proyectos en la Fundación Dingonatura.

Calvo ha viajado en numerosas ocasiones al Ártico, donde ha ido observando el retroceso del hielo y el deshielo del permafrost, que llega a afectar a las casas de los inuits (esquimales), que se cimentan en esta tierra helada.

"Lo que está pasando en el Ártico no solo se queda en el Ártico"

Por ello, quiere incidir en la aceleración de este problema global. Para ello, viajará con un joven director de cine que filmará un documental que incluye imágenes de los mismos emplazamientos que otra expedición de Calvo en 2018 a la misma zona con el fin de comparar la situación en apenas cinco años de diferencia.

"El cambio climático es, por desgracia una realidad. Basta de que los políticos se tiren la pelota", ha subrayado el expedicionario que, precisamente, en aras de concienciar a la población de que "lo que está pasando en el Ártico no solo se queda en el Ártico".

Calvo recuerda que este fenómeno es global y por ello, los expedicionarios llevarán un iceberg hasta Málaga, que irremediablemente se derretirá en pleno agosto, con el fin de difundir la gravedad del problema.

No obstante, la expedición medirá la huella ecológica tanto del viaje en sí como del traslado del iceberg y posteriormente las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas serán compensadas con la plantación de un bosque.

Durante la presentación, la presidenta de la Fundación Dingonatura, Ana Chinarro, ha explicado la vinculación y la apuesta de la empresa de alimentación animal natural originaria de Barcelona así como el apoyo de la entidad al equipo paralímpico español, dado que muchas personas con discapacidad tienen un animal que les ayuda en su día a día, sobre todo perros.

Dentro de la vocación social de la Fundación Dingonatura, creada hace dos años, se enmarcan tanto el apoyo a la expedición Desafío Ártico, como en el fomento de la Cátedra de Animales y Sociedad o el proyecto 'Huellas compartidas' que busca impulsar la inclusión social de los animales en la sociedad.

En este contexto, ha valorado las razas de perros que tienen y han tenido su función, frente a la "demonización" que sufren en los últimos años.

Finalmente, Chinarro ha anunciado un proyecto que la fundación tiene en marcha y con el que quiere conseguir que los reclusos, igual que reciben la visita de sus familiares, puedan encontrarse con sus mascotas dentro de la cárcel y mejorar así la situación anímica de los presos.