"La UVI es un sitio muy sensible donde siempre tienes que tener la cabeza fría"

El especialista cree que el 'megahospital' es posible a pesar de las crisis económica y que se priorizará porque es necesario para concentrar tecnología de alto coste sin necesidad de traslados entre pabellones como ahora

Guillermo Milano, delante del punto central de la UVI del Materno desde donde se controlan las constantes de todos los niños.
Guillermo Milano, delante del punto central de la UVI del Materno desde donde se controlan las constantes de todos los niños.

La entrevista con el jefe de Cuidados Críticos y Urgencias Pediátricas del Carlos Haya, Guillermo Milano, se hace en la UVI del Materno inaugurada hace un año y con la que los profesionales están encantados. Los niños tienen una tele en cada habitación, los padres pueden estar las 24 horas con sus hijos y todo está digitalizado. Las paredes ya lucen animalitos de colorines, regalo de una madre agradecida.

-Trabajan con niños críticos. ¿Mucha presión?

-Más que en una consulta externa o en una planta. Cuando un niño llega a la UVI, los papás se ponen siempre en la peor de las situaciones y ese es un factor más con el que tenemos que trabajar.

-Casi tienen que ser psicólogos...

-Aprendemos mucho... A los papás hay que mantenerlos bien informados, pero hay que ofrecerles siempre una luz de esperanza por muy mal que estén las cosas. Pero también las satisfacciones aquí son muy importantes y es lo que te infunde más ánimos.

-A veces salen a la luz agresiones. ¿Cómo lo viven aquí?

-Nosotros dedicamos mucho tiempo a hablar con la familia y en la mayoría de los casos, las relaciones son excelentes. La posibilidad de que haya conflictos existe en todo el campo de la sanidad, pero nosotros los que hemos tenido han sido mínimos. También hay que comprender el estrés de los familiares.

-Hace poco la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (Secip) ha celebrado su congreso en Málaga. Cuénteme lo más interesante.

-Ha sido muy enriquecedor. Es la única ocasión al año para los intensivistas para intercambiar opiniones. Por primera vez se ha hablado de la creación de una unidad de cuidados paliativos para niños. Solamente hay una unidad en Madrid, que yo conozca. Nosotros tenemos los cimientos porque hay una unidad de hospitalización domiciliaria que lleva a pacientes dependientes de tecnología. La unidad de cuidados paliativos [pediátricos] va dirigida a niños con patología crónica en los que no se espera mejoría y en los que el resultado final va a ser el fallecimiento. La misión, según nos han contado en el congreso, es proporcionar una calidad de vida al niño y a la familia lo mejor posible.

-¿Y eso se podría crear aquí?

-Sí. Lo mismo que nuestro hospital fue pionero en la creación de la hospitalización a domicilio, en Madrid han creado esta unidad de cuidados paliativos. En los niños hay menos frecuencia, pero hay enfermedades sin curación o procesos terminales y debe afrontarse el problema también. Además se han abordado problemas éticos, como la limitación del esfuerzo terapéutico en situaciones no viables. Vivimos en una Medicina muy tecnológica y no tenemos que pensar que la tecnología lo va a solucionar todo. Hay que utilizarla hasta tanto sea beneficiosa para el paciente.

-¿Por qué un niño llega a la UVI?

-Lo más frecuente es el seguimiento postoperatorio de cirugía compleja, sobre todo cardiaca. También la neurocirugía, la cirugía oncológica. También hay patología médica, como problemas respiratorios, infecciosos. Y los accidentes.

-¿Qué consejo da para evitarlos?

-El mejor tratamiento de los accidentes es la prevención. Las medidas las está diciendo la prensa. Los cinturones de seguridad en los coches no se deben olvidar nunca y ahora hay que tener especial cuidado con las piscinas. Ya hemos tenido algún niño este año con casi ahogamiento. Y no se puede dar a un niño pequeño cosas pequeñas porque se las puede tragar o las puede inhalar. También hay que tener más cuidado con la higiene de manos para evitar gastroenteritis, cuidado con las mayonesas... Los accidentes graves de tráfico están disminuyendo. Las nuevas autovías, las campañas de la DGT, los controles de velocidad, de alcoholemia sirven.

-Trabajar con niños críticos debe conmover. ¿Cómo logran el equilibrio entre humanización y distancia?

-Uno no es pediatra o intensivista de repente. Eso se va aprendiendo con la formación de residente y con el trabajo diario. La UVI es un sitio muy sensible donde siempre tienes que tener la cabeza fría porque es la mejor forma de hacer bien tu trabajo y hacerlo bien a la primera.

-Hay un protocolo para detectar el maltrato infantil. ¿Hay que mejorarlo o funciona bien?

-En Urgencias hay mucha concienciación sobre este tema y el protocolo está muy rodado. Siempre te sorprende cuando llegan situaciones que podían haberse detectado previamente. El protocolo también comprende a los colegios, a los profesores. Está bien diseñado. El doctor Custodio Calvo [el anterior jefe de Críticos y Urgencias Pediátricas del Carlos Haya] ha trabajado muchísimo en ese tema y sigue trabajando. El protocolo está bien hecho. Aquí, en Urgencias, no acusamos a nadie, pero ante la más mínima duda [sobre maltrato] alguien tiene que investigar el caso. Siempre hablamos de sospechas de maltrato. Nosotros no juzgamos, lo que nos interesa es el niño. Hay situaciones terribles en las que llegan niños con maltrato severo, que tiene que ingresar en la UVI, incluso con peligro para su vida o que les cuesta la vida. Hemos tenido recientemente algún caso. Hay que detectarlo mucho antes.

-¿Y eso cómo se hace?

-Con un alto índice de sospecha en cuidadores, colegios, profesores. Lo ideal es que no lleguen aquí.

-¿Cómo se explica que un maltratador después traiga al niño al hospital por las lesiones?

-Pueden haber varias situaciones. Que el maltratador sea uno de la pareja y el otro no lo sea y éste lo traiga. O bien cuando [el maltratador] ve en peligro la vida del niño, cambiará su mecanismo mental y verá las cosas de otra manera. No soy psicólogo para dar una explicación racional, pero supongo que le entrará el miedo en el cuerpo de ver a un niño muy enfermo en casa.

-¿Qué hacen ante la negativa de los padres a ciertas técnicas?

-El ejemplo típico es el de los testigos de Jehová. Hay un protocolo claro. Siempre te tratas de adaptar a la ideología de los padres, pero cuando es necesario recurrimos al juez. Siempre nos autoriza a transfundir y la respuesta es muy rápida. Siempre manejamos un margen. Si se puede evitar la transfusión, ¿para qué agredir la ideología de la familia? Pero cuando consideramos que es necesaria, recurrimos al juez antes de que sea imprescindible para tener un margen de tiempo.

-La nueva UVI pediátrica lleva un año. ¿Qué cambios ha supuesto?

-Ohhh. Muchísimos. Lo primero, para los niños. Los niños disponen de un espacio por cama que no disponían antes, de una tecnología que hemos renovado. Además, tenemos una central donde se puede ver el estado de todos los niños desde el puesto de enfermería. Para los padres, que pueden estar las 24 horas con el niño. De las 13 camas que tenemos, en ocho, los padres pueden estar todo el día con el niño. Antes esto era imposible. La mayoría de los padres se sienten más a gusto estando con el niño la mayoría del tiempo y eso ha sido para mí lo más importante. Para los profesionales también ha habido muchos cambios. Es una UVI totalmente informatizada, ha desaparecido el papel de las historias clínicas. Eso ha supuesto un trabajo importante. Y no quiero dejar pasar por alto la labor tanto de las enfermeras como de las auxiliares que ha sido encomiable porque llevar niños en módulos separado supone mayor carga asistencial y mayor estrés. Y lo llevan fenomenal.

-¿Ha llegado a sufrir por la situación de un niño al que no conoce?

-Sí, en más de una ocasión te has llevado a casa el problema porque has tenido más feeling o te has implicado más... y no dejas de darles vueltas no sólo cuando estás trabajando. Pero ese es el precio de trabajar en Medicina.

-¿Cuánto le bajarán el sueldo?

-No lo sé [Se ríe]. Lo llevaremos con resignación. Las cosas están mal. La sanidad pública es un servicio público y los que tenemos algún cargo de responsabilidad somos conscientes de que las dificultades están ahí. De que la época de vacas gordas ha pasado y de que nos tenemos que apretar el cinturón. En cuanto al sueldo... A nadie le gusta que se lo bajen, pero hay gente que está peor. No creo que tengamos mucho derecho a quejarnos.

-¿Será posible el 'megahospital' en estas épocas de crisis?

-Yo veo que es posible y necesario. No creo que encuentre a ningún trabajador, sobre todo de los que están en los hospitales satélites como nosotros [Críticos y Urgencias Pediátricas está en el Materno] que diga que no es necesario. Creo que los recortes le afectarán poco porque supongo que en la reducción de las inversiones se establecerán prioridades. Y el megahospital es una prioridad para Málaga. Supongo que se verán afectadas otras infraestructuras. A mí no me gustaría que se viese afectado por la restricción en inversiones.

-¿Y por qué hace falta?

-Por lo que nosotros vivimos a diario. La Medicina está muy sofisticada, con mucha tecnología. Y esa tecnología no se puede tener en todos los pabellones. Nosotros tenemos que trasladar niños críticos al Carlos Haya a hacerles pruebas, con respiradores, en ambulancia... Aparte de las molestias para el niño, lleva un incremento de costes que si se pudiese evitar, mejor que mejor. Puede ser un hospital grande, con pabellones con cierta autonomía; pero que tengamos en el mismo recinto toda la tecnología que el hospital pueda ofrecer.

-¿Alguna reivindicación?

-Dentro de la subespecialidad de Cuidados Intensivos es conseguir que estos lleguen a todas las ciudades españolas con un volumen mínimo de niños para que no tengan que ser trasladados ante cualquier problema grave. No es el caso de Málaga. Sobre esta provincia, la mayor reivindicación es el megahospital. A nosotros [el Materno] nos va a venir muy bien porque en ocasiones, con más frecuencia de lo que quisiéramos, tenemos que trasladar a niños al Carlos Haya para determinadas pruebas y eso lo vamos a evitar.

-No hemos hablado de las Urgencias del Materno...

-Es de las que más casos de urgencias pediátricas ve de España. Ve más de 100.000 pacientes al año. Están sometidas a mucha presión asistencial, sobre todo en época invernal por los procesos virales respiratorios. Este año con la gripe A hemos tenido una presión asistencial tremenda y todos los profesionales han dado el do de pecho.

-¿Y cuántas urgencias no lo eran?

-Si usamos parámetros objetivos, urgencias hay bastante menos de las que vienen. La proporción es muy baja. Las emergencias son probablemente el 1% o menos. Hay problemas que se podrían solucionar en el centro de salud. Los dispositivos periféricos de urgencias funcionan bien, pero los padres se quedan más tranquilos y se sienten más seguros viniendo al hospital.

-¿Qué piensa sobre los altos índices de obesidad infantil?

-Es un precio del desarrollo. Cada vez se tiene menos cuidado con la alimentación, se abusa más de la comida basura, no se hace el suficiente deporte. El resultado final es la obesidad, que lleva aparejados muchos problemas que no llegamos a ver en los niños porque se van a manifestar en la edad adulta. ¿Solución? Educación, prevención, comida sana y ejercicio.

-¿Faltan camas en la sanidad pública malagueña?

-De la sanidad no tengo datos. En el Materno hay ciertos periodos al año que estamos un poco presionados de camas. El problema existe porque la variabilidad de ingresos en Pediatría es muy elevada. El periodo más crítico es el invierno. En esa época hay veces que estamos un poco apretados.

-Es complicado porque se necesitan más camas en una época ...

-Claro. El problema es que la situación es así y hay que dar respuesta a ese pico.

-¿Sufrió por el Málaga?

-Soy un poco futbolero, del Madrid y del Málaga. He sufrido. El último partido quería que se acabase cuanto antes. Yo hubiese pitado el final del partido en la primera parte.

-¿Muchas obras en la ciudad?

-Un poco pesadas son. Yo recuerdo una frase del actor Dani de Vito en una entrevista en Madrid cuando fue a presentar una película, le preguntó a Iñaki Gabilondo si ya habían encontrado el tesoro. Pues esto parece lo mismo. Esto es broma. Todas estas incomodidades, a la larga se agradecerán. El Metro va a ser importante. Málaga no es una ciudad equidistante. El Metro va a dar una calidad de vida importante a muchísimos ciudadanos.

-¿Qué le parecen tantos casos de corrupción en la provincia?

-La corrupción es un fracaso de toda la sociedad. Todos los elementos sociales hemos fracasado de una u otra manera. Hay mucha gente implicada y no debiera de ser así. Hay muchísima gente sana, muchísimos ciudadanos honrados, pero resulta descorazonador que se termine asumiendo la corrupción como algo más. Y eso no puede ser, hay que evitarlo como sea. Por eso los juicios me parecen fenomenal; pero tendrían que ser rápido, no dilatarse en el tiempo. Los ciudadanos no están por la labor de consentir ni de admitir situaciones corruptas.

Cuando se le pregunta si quiere añadir algo más, cuenta que el congreso de la Secip se hizo en Málaga en homenaje a su antecesor en la jefatura de Críticos y Urgencias, Custodio Calvo, ya jubilado. A quien, dice, le deben la "magnífica herencia" de la nueva UVI.

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