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¿Quién no crió de pequeño gusanos de seda en una caja de zapatos? Seguro que forma parte de los entrañables recuerdos de la infancia de muchos y la base de la curiosa afición de un malagueño que ha terminado vendiendo estos insectos y sus huevos a pequeña escala por internet con un gran éxito. Colegios, tiendas de animales y particulares, que quieren enseñar a sus hijos o nietos el cuidado de los gusanos, son los principales clientes de este particular negocio casero.
Casero porque es en la propia casa de Claudio Zúñiga, situada en Alhaurín de la Torre, donde cría a los insectos que tanto le apasionan desde pequeño y compagina con su verdadera profesión que es la de asesor fiscal. Fue cuando intentó transmitir a su hija de 10 años esa afición de la infancia cuando se dio cuenta de que "era una práctica en el olvido que los niños de hoy en día ni conocen", contó.
Al rememorar su niñez decidió crear una página web (www.gusanodeseda.net) donde dar a conocer el curioso mundo de los gusanos de seda y el resultado inmediato fue un aluvión de llamadas desde distintos rincones del país solicitando el codiciado insecto dado que no existe ninguna granja dedicada a su cría en España y no son fáciles de encontrar.
No es de extrañar. Los gusanos requieren unos cuidados muy especiales y criar grandes cantidades para que la producción resulte rentable para poder competir con el principal mercado de seda que es oriente.
Claudio llegó a pensar en la posibilidad de embarcarse en el negocio del preciado tejido "pero era demasiado complicado y muy arriesgado". Dadas las trabas que entrañaba al final se conformó con criar gusanos a pequeña escala y compartirlos con los aficionados a la sericicultura, mucho más numerosos de lo que podría haber imaginado sobre todo en la zona del levante español, Cataluña y País Vasco.
Su particular granja de gusanos de seda se encuentra en el sótano de su casa. Allí los tiene en estos momentos unos mil distribuidos en cajas de cartón y de madera, e incluso en peceras a las que le introduce papel de periódico para que no salga humedad que es la principal causante de enfermedades en este insecto.
Tampoco les puede dar el sol y su alimentación se basa estrictamente en la hoja de morera, un árbol caduco que solo florece en la primavera. De ahí que la cría del gusano de seda se limite únicamente a los meses de marzo y junio que es cuando tienen el alimento asegurado.
Al igual que su periodo de cría, su ciclo de vida es especialmente corto. En apenas 40 días el gusano pasa de nacer a formar la crisálida, y a los cinco día de poner los huevos muere. La única forma de garantizar la supervivencia de los gusanos de un año para otro es guardar y conservar los huevos. Eso sí deben estar a una temperatura constante de más de cinco grados y menos de nueve y evitar el calor para que no nazcan antes de que hayan florecido las moreras.
"Hay cientos de especies y la mayoría son originarias de países como China, India o Japón", explicó este aficionado ya convertido en un experto. En su caso cría los blancos, cebrados, rayados, egipcios y los de Sierra Morena en Córdoba, que resultan ser los más valorados por la resistencia que le da a la seda.
Pero Claudio recordó que, aunque se tiene la creencia de que cuanto más alimento más hilo de seda son capaces de producir, "se debe controlar el alimento a una vez al día". También hay que ser muy cuidadoso con la limpieza de las cajas y, al menos, una vez a la semana "le dedicó una hora y media a limpiarlos bien".
Su hija, que ahora tiene 22 años, le ayuda en esta tarea que le sirve para evadirse de cualquier problema y de paso a seguir con una tradición que evoca tantos recuerdos de la infancia.
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