El 'Washington Post' destaca la historia de Bernardo de Gálvez y Teresa Valcarce

A. Recio Málaga

03 de noviembre 2014 - 01:00

"A veces el Congreso se toma un tiempo para cumplir sus promesas. Esta solo le ha llevado 231 años". Así comienza el conocido periódico norteamericano The Washington Post un artículo sobre la colocación de un retrato del malagueño Bernardo de Gálvez en el Capitolio publicado el pasado 30 de octubre.

No obstante, más que en la figura del gobernador español de Luisiana que luchó en la guerra de la Independencia norteamericana y que fue considerado un héroe, el reportaje se centra en la odisea de la malagueña asentada en Washington desde hace más de una década, Teresa Valcarce, para que se cumpliera la promesa realizada a Gálvez en 1783 de que se colocaría un retrato suyo en el Congreso como agradecimiento a su labor en la victoria de la batalla de Pensacola en 1781 contra los ingleses.

El artículo relata como Valcarce, ya conocida como la señora del retrato, trabajó en el aeropuerto de Málaga antes de trasladarse a Washington y que se enteró del caso de Gálvez porque su madre le envió un reportaje sobre el asunto. Valcarce pensaba que podría ayudar a la causa de una forma muy fácil: "ir al Congreso y decirles que lo pongan".

Sin embargo, nada fue tan sencillo. De hecho, Valcarce ha tenido que emplear tres años en este cometido, aunque su tenacidad, destacada por el rotativo norteamericano, tuvo al final su recompensa. Se lo tomó como algo personal y el propio senador Robert Menendez, que apoyó al final su reclamación y la trasladó al Congreso, dijo de Valcarce que es "encantadora y tenaz, por lo que es difícil decirle que no".

Al principio, relata el reportaje, no le hicieron ni caso pero, al más puro estilo norteamericano, el artículo señala que Valcarce dijo: "Esto es América, mantenemos nuestras promesas y es el legado de mis hijos". Se apoyaba en una carta firmada en mayo de 1783 en la que el presidente del Congreso, Elias Boudinot, aceptaba la petición lanzada por Oliver Pollock de homenajear a Gálvez poniendo un retrato suyo.

Valcarce llamó infinidad de veces al Senado, conoció y recibió la ayuda del congresista Chris Van Hollen a través del programa de televisión Españoles por el mundo, y posteriormente se comunicó con el senador Menendez, quien le reconoció que nada era fácil en el Congreso. La española recabó todo tipo de documentos y firmas de asociaciones hasta que, tras tanto trabajo, se dio cuenta de lo esencial: no tenía ningún cuadro de Bernardo de Gálvez. Lo buscó en varios estados sin éxito, hasta que llamó a Manuel Olmedo, miembro de la Asociación Bernardo de Gálvez, y encontraron uno en una colección privada en Málaga del que hicieron una copia.

El sueño de Valcarce es que el rey Felipe VI pudiera posar junto al cuadro. "Tiene que venir. Voy a llamarle", dijo Valcarce. "Llegados a este punto, ¿quién podría dudar de ella?", se pregunta el periódico.

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