El 70% de los accidentes mortales se produce en vías convencionales

Los datos manejados por la Dirección General de Tráfico constatan cómo son estas carreteras las más peligrosas para los conductores · Entre 2006 y 2011, 270 personas perdieron la vida en estos trazados

El 70% de los accidentes mortales se produce en vías convencionales
Sebastián Sánchez / Málaga

01 de julio 2012 - 01:00

Casi siete de cada diez personas que pierden la vida en accidentes de tráfico en la provincia de Málaga en los últimos seis años lo hicieron en carreteras convencionales. El dato, situado en la media nacional, pone de manifiesto que éstas son, estadísticamente, la vías en las que conducir tiene más riesgos, algo a lo que contribuye, no sólo la velocidad fijada como límite en las mismas, de 100 kilómetros por hora, sino su diseño, al tratarse de ejes con dos carriles, uno por sentido, pero sin ningún tipo de separación física. Una circunstancia que, según los expertos, favorece las colisiones que más defunciones provocan, las laterales y las frontales.

Estas estadísticas negativas vienen generando en los últimos meses cierto debate en el seno del Gobierno central, y, más en concreto, en el Ministerio del Interior. Al punto de que sus responsables están analizando seriamente la posibilidad de minimizar la velocidad máxima en este tipo de trazados, reduciendo el tope de 100 a 90 kilómetros por hora. El paso, aún no aplicado, tendría por objeto rebajar el riesgo de circular por estos puntos. Por el contrario, el mismo departamento, encabezado por el ministro Jorge Fernández Díaz, analiza la posibilidad de incrementar la velocidad hasta los 130 kilómetros por hora en las autopistas y las autovías.

En el caso de la provincia malagueña, la segmentación de los siniestros mortales desde 2006 hasta el pasado ejercicio es más que esclarecedor. De los 400 fallecidos en accidentes de tráfico registrados en las principales vías, autopistas, autovías y carreteras convencionales, el 68% tuvieron lugar en estas últimas, con más de 270 víctimas. Frente a este dato, otras 173 muertes fueron consecuencia de siniestros en los ejes de alta capacidad. Hay que tener en cuenta que estos datos no incluyen accidentes en otros tipos de eje, caso de los caminos vecinales, entre otros. A pesar de lo llamativo de los números, la tendencia dibuja una caída clara en lo que a siniestros se refiere. Como muestra, en el año 2006 fueron 66 los fallecidos en carreteras convencionales, mientras que en 2011 fueron 21.

La incidencia que tiene conducir por estas vías se observa igualmente en el caso de los heridos y de los heridos graves. En este sentido, según los datos oficiales de la Dirección General de Tráfico, entre 2006 y 2010 fueron 7.471 los heridos contabilizados en estas carreteras, frente a los 2.958 de las autovías y los 339 de las autopistas. En cuanto a la importancia de los daños, en vías convencionales, en este mismo periodo, hubo 1.288 lesionados graves, frente a los 437 de las autovías y los 66 de las autopistas.

La medida propuesta por la Administración central parece contar, de inicio, con los parabienes de los colectivos vinculados al sector de la conducción. El presidente de la Asociación de Autoescuelas de Málaga, Antonio Martín, es uno de los expertos que se muestra a favor de ello. Al ser preguntado por las razones de la enorme distancia que existe entre los siniestros que se registran en carreteras convencionales y las otras de alta capacidad, es claro. "En las autopistas y las autovías se eliminan lo más peligroso, que es el choque frontal y lateral", comenta.

Así, por ejemplo, el balance de Tráfico de 2011 en la provincia de Málaga constata que de los 21 siniestros con víctimas mortales contabilizados en carreteras convencionales cinco fueron consecuencia de la colisión frontal de vehículos, siete por salidas de la calzada (cuatro por el lado izquierdo y tres por el ladro derecho). En las vías de alta capacidad, la causa más común fueron los atropellos, con cuatro siniestros mortales (uno en la autopista y tres en las autovías).

No obstante, apunta que si bien está a favor de que se rebaje la velocidad en estos trazados, también es contundente al apuntar que es "el factor humano el que predomina en los siniestros". "Porque si tengo una carretera en mal estado, lo que tengo que hacer es adaptar la velocidad a las circunstancias, pero es verdad que hay algunas vías que dejan que desear", añade.

Martín también está a favor de que el límite máximo de velocidad se eleve en las autopistas y las autovías hasta los 130 kilómetros, recordando, por ejemplo, que en Alemania no existe tope alguno, si bien es el conductor el que asume las responsabilidades en caso de siniestro por encima de este límite. "Hay que recordar que cuando el límite de los 120 kilómetros se puso hace muchos años y fue para ahorrar combustible", apunta.

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