La recuperación del río Guadalmedina a su paso por la ciudad sigue sin definirse. Tras casi dos décadas de debates infructuosos sobre qué hacer con su cauce, ayer la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación provincial y la Autoridad Portuaria protagonizaron una puesta en escena sobre esta vieja reivindicación con la firma de un protocolo de intenciones sin contenido definido para tratar de avanzar en la concreción de la integración del río y su posible uso en algunos tramos. Pero sin fijar plazos ni compromisos presupuestarios por parte de ninguna administración.

Se trata de un acuerdo al que se quiso dar la condición de histórico sobre la integración del río, pero que no supone ningún avance en su ejecución. Será un comité director, formado por representantes de las partes firmantes, y comité técnico, en el que cada parte nombrará a expertos en la materia, los que velarán por el cumplimiento del pacto y los que irán determinando la ordenación de los espacios y los usos del cauce fluvial de este río.

A falta de que se forme el nuevo Gobierno central, que también forma parte de este protocolo, en uno o dos meses podrían echar a andar estos grupos de trabajo que aprovecharán, según dijo el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el trabajo realizado hasta ahora por la Fundación Ciedes mediante el concurso de ideas que se hizo en torno a la idea de recuperación del río para la ciudad "incluso trabajos previos". Pero el regidor insistió en que "debemos procurar que no pasen otros 18 años en decidir qué hacer en ese espacio", y precisó que "hay que ser prudente en el tema de la inversión, pero asumiendo el reto de que sea útil porque el río Guadalmedina no es el Sena" en relación a las contadas ocasiones en las que el cauce lleva agua.

De momento, no hay ninguna actuación decidida, si bien el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, reconoció que "siempre y cuando se respete el caudal mínimo posibilidades hay" como es el caso de los ya anunciados puentes plaza y de los que dijo que "si se adaptan técnicamente no debería haber ningún problema".

El consejero defendió la papel de la Junta de Andalucía en este asunto del que se lleva hablando varias décadas y aseguró que la principal preocupación del Gobierno andaluz "ha sido que este proceso de integración vele por la conservación del cauce, su capacidad de desagüe, su mantenimiento y la seguridad de las personas". Así, se mostró a favor de que el río Guadalmedina se integre en el núcleo urbano "siempre cumpliendo con la ley ambiental vigente" y confió en que "más pronto que tarde los ciudadanos de Málaga puedan disfrutar como merecen del lecho del río y que deje de ser una cicatriz".

El protocolo de intenciones firmado, también por la delegada de Medio Ambiente de la Diputación provincial, Marina Bravo, y el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, tendrá una vigencia de tres años y sus resultados serán el punto de partida para la elaboración del plan especial del Guadalmedina.