Málaga

El afán por colgarse medallas

ME ronda por la cabeza la idea de que si buena parte de la clase política malagueña pasara por la consulta de un siquiatra les serían advertidos síntomas de ciclotimia e incluso de un leve desdoblamiento de personalidad. Puede que sea un pensamiento absurdo, pero resulta llamativo que los acontecimientos que jalonan la vida de la ciudad provoquen estados de ánimo tan opuestos. Por ejemplo, en los días previos a la criba de las candidatas a ser Capital Europea de la Cultura durante 2016 se vivió un momento de auténtica euforia bajo la divisa del sagrado consenso y las bondades de la precisa colaboración entre las diferentes instituciones. Después del tropiezo ya se sabe lo que pasó. Llegó la depresión y la agresividad. Sólo faltó correr a alguno a gorrazos. Otra ilustración reciente de los altibajos que presenta, al menos en sus expresiones públicas, la clase política, se produjo con motivo de la reunión entre los más altos dignatarios de la ciudad para abordar varios proyectos importantes, entre ellos el del futuro parque sobre los terrenos del antiguo Campamento Benítez y el de la construcción de un bulevar sobre las vías del AVE. A la salida de aquel encuentro, que tuvo como escenario la sede de la Delegación del Gobierno andaluz, todo parecía ir como miel sobre hojuelas. Pocas horas después ya estaba montado el belén.

Una situación que se recondujo, al menos parcialmente, gracias a las artes de los técnicos de las partes que trabajan entre bambalinas y, sin duda, debido a los buenos oficios del subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, que con diplomacia aguantó el chaparrón y luego no se le cayeron los anillos cuando hubo que achicar agua. Lo cierto es que ayer, en poco menos de una hora, y después de semanas de tiroteo, el alcalde de Málaga y el presidente de Adif llegaban a un acuerdo para iniciar la obra del famoso bulevar.

Casi 24 horas después lo pactado se mantiene, pero se ha producido un nuevo síntoma que habla del estado emocional de los representantes de los partidos mayoritarios. Se trata de su necesidad de buscar protagonismo, que se traduce en el afán por colgarse las medallas. Al secretario general del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, le faltó tiempo para salir a la palestra y pronunciar una verdad innegable. El citado acuerdo cierra una cicatriz de injusticia con miles de malagueños de la zona más densamente poblada de Málaga. Para añadir después, "gracias a la voluntad y a la apuesta del Gobierno por Málaga". Y puestos ya a barrer para casa, Heredia recordó el papel que jugó Magdalena Álvarez en esta causa, sin dejar de darle la correspondiente patada en la espinilla a los populares, "la ex ministra de Fomento apoyó el convenio para soterrar las vías, en cambio el PP, con Cascos como ministro, siempre se negó a financiar el soterramiento". Tampoco se privó el dirigente del PSOE de lanzar un mensaje al alcalde, diciendo que "De la Torre entierre el hacha de guerra que tantos proyectos tiene bloqueados. Espero que se dé cuenta de las oportunidades perdidas con su estrategia de enfrentamiento y agravio. El Ayuntamiento debe ahora acometer la obra, destinar recursos, y más importante, consensuar el proyecto con los vecinos".

El presidente del PP, Elías Bendodo, no hizo esperar su respuesta diciendo que "una vez más el tesón del alcalde, su trabajo y su esfuerzo continuado por conseguir lo mejor para Málaga ha dado como fruto un acuerdo que tendría que haber sido una realidad hace bastante tiempo, si no hubiese sido por las dificultades planteadas por Adif". Y tras recordar que será el Ayuntamiento quien asumirá la inversión para la construcción del bulevar, que asciende a los 40 millones de euros, y ante las constantes dificultades planteadas por parte de la Junta de Andalucía y del Gobierno central, el dirigente popular resaltó que "ha sido el PP quien ha tenido que sacar adelante un proyecto que permanecía enquistado en el entramado de intereses socialistas".

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