Del Hall M al altar: el gran sí quiero en el concurso de cosplay de la Cómic Con Málaga 2025
Una pareja cambió la ficción por la vida real con una pedida de mano que acabó con el mejor premio: dos entradas para la convención el año que viene como regalo de boda de la organización
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Sí quiero cosplay. Sí quiero Comic Con. “Sí, quiero”. Así el el Hall M, que ha sido el punto principal y más espectacular, estalló en aplausos, vítores y alguna lágrima. No era un grito de guerra ni una cita de cómic: era un “sí quiero” real, de los que se dicen con voz temblorosa ilusión brillando en los ojos y sonrisa nerviosa en los labios.
Una pedida de matrimonio, al finalizar el concurso de cosplay de la Comic Con de Málaga 2025, donde crearon desde la organización un “premio” especial para hacerlos subir al escenario tras anunciar a los ganadores, convirtió el lugar en algo más que pasarela de superhéroes y personajes de anime. Fue ahí, durante unos m segundos donde la ficción y la vida se besaron con la misma intensidad que el público aplaudía a los personajes de Kimetsu no Yaiba (Demon Slayer): Tanjiro Kamado y Sakonji Urokodaki, que escondían tras sus prendas y pelucas a una pareja enamorada de la cultura pop y, por supuesto, de ellos. Además, se convirtieron en los primeros en conseguir entradas para la Cómic Con 2026, ya que ese es el regalo de boda que les da la organización.
Y aunque ese fue el gran sí quiero del día, muchos otros pequeños síes paseaban por el Palacio de Ferias y Congresos durante toda la jornada, porque en el fondo, eso es el cosplay: un “sí quiero” rotundo. Sí quiero ser Batman, sí quiero ser Sailor Moon, sí quiero construir con mis manos un traje que parece imposible y al detalle, sí quiero subirme al escenario y ser, por unos minutos, algo más grande que yo mismo. Y, sobre todo, sí quiero compartirlo con quienes entienden que esto no es disfrazarse y ya: es habitar un universo, es amar un personaje tanto como para hacerlo parte de uno mismo y su personalidad.
Así cuatro ganadores entre capas capas ondeando, pelucas imposibles y trajes que parecen sacados directamente de las viñetas de Marvel, DC o de los universos más fantásticos del anime, ponen la guinda al pastel de uno de los rasgos más llamativos, personales y divertidos de todo el evento.
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