El asesor de Icomos sobre la torre del puerto de Málaga: "Es la estrategia de acudir a una firma de prestigio para hacerlo más amable"
Fernández Salinas afirma que si el diseño "es tan bueno, que se lo lleven a otro lugar, a ser posible que no sea público"
"El puerto de Málaga es algo sagrado y con el rascacielos pasaría a ser entorno y no protagonista"

Víctor Fernández Salinas es catedrático de Geografía Humana en la Universidad de Sevilla. Da clases en la Escuela Superior de Arquitectura y la Facultad de Geografía, es malagueño de cuna y fue uno de los expertos que formó parte del equipo de Icomos (Comité Nacional Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), uno de los organismos internacionales que asesoran a la UNESCO, en los cuatro pronunciamientos en contra de la torre del puerto, por su dilatada trayectoria en el estudio del paisaje. Su opinión acerca del nuevo diseño no dirime mucho de la que expresaba hace unos meses a este periódico, cuando afirmaba que el "puerto de Málaga es algo sagrado y con el rascacielos pasaría a ser entorno y no protagonista".
Entiende Fernández que el diseño en las infografías facilitadas por la promotora "apenas se ve" y que lo que destaca ahora "es la vieja estrategia de acudir a una firma arquitectónica de prestigio para hacer más amable una operación que cambiará la esencia del paisaje de Málaga, de su puerto y de toda su bahía". El proyecto ha crecido, bajo la autoría de David Chipperfield, premio Pritzker en 2023 –una suerte de Nobel de la arquitectura– hasta los 144 metros, desde los 116 metros que tenía el diseño anterior, firmado por José Seguí.
"Se habla de abrir el puerto a la ciudad cuando lo que se construye es un hotel de gran lujo", afirma, a la vez que señala que esto supone una "privatización de suelos públicos con un impacto irreparable en la imagen de la ciudad". Por eso se pregunta: "¿Si esto se hace por interés general, a qué llamarán privatización de los espacios públicos?". Este punto es relevante porque para obtener el último de los permisos del Consejo de Ministros necesitan justificar el interés para la ciudad para la luz verde a la construcción del rascacielos.
Aunque Fernández también señala al diseño, "si es tan bueno, que no lo dudo teniendo en cuenta a su autor, que le busquen un sitio mejor y, a ser posible, que no sea público". El catedrático ya señaló que el problema no "es el edficio, sino el lugar del edificio" apuntando que "la calidad arquitectónica no lo es todo, también depende de dónde se ubica. Ese lugar tiene una dominante pública importante, que es el puerto de Málaga, su origen. Málaga tiene un puerto trimilenario sin el que no existiría. Banalizar el paisaje del puerto significa banalizar la historia de Málaga".
Cabe recordar que Icomos lleva desde 2017 realizando un seguimiento al proyecto en el puerto de Málaga, y en la última de sus cuatro declaraciones ya señaló que la declaración de La Farola como Bien de Interés Cultural refuerza su postura en contra del hotel-rascacielos que, a juicio de este organismo, iría en contra de lo que dice la Ley de Patrimonio Histórico Español.
También señaló a las torres de Martiricos para decir que el Ayuntamiento de Málaga debería tomar "buena cuenta" de cómo "la integración de rascacielos sin criterio paisajístico ya ha alterado recientemente la imagen de la parte septentrional de la ciudad" y cómo la incorporación del hotel rascacielos, "en un lugar mucho más comprometido respecto a los espacios de mayor significado histórico y cultural malagueños, podría ser aún mucho más impactante y negativa".
Además, reiteró el ofrecimiento de asesoramiento altruista de sus especialistas a todas las entidades y agentes implicados en el desarrollo del proyecto, "esperando que puedan alcanzarse soluciones respetuosas con los valores patrimoniales del paisaje histórico de Málaga".
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