"El puerto de Málaga es algo sagrado y con el rascacielos pasaría a ser entorno y no protagonista"

Víctor Fernández Salinas, catedrático de Geografía Humana

El experto en paisaje fue uno de los miembros que asesoró a Icomos en sus cuatro pronunciamientos contra el edificio por la afección que supondría

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Víctor Fernández Salinas.
Víctor Fernández Salinas. / D. S.

Víctor Fernández Salinas es catedrático de Geografía Humana en la Universidad de Sevilla. Da clases en la Escuela Superior de Arquitectura y la Facultad de Geografía, es malagueño de cuna y fue uno de los expertos que formó parte del equipo de ICOMOS (Comité Nacional Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), uno de los organismos internacionales que asesoran a la UNESCO, en los cuatro pronunciamientos en contra de la torre del puerto, por su dilatada trayectoria en el estudio del paisaje.

Pregunta.Icomos alertó de lo que supondría para Málaga la torre del puerto, y no la ve con buenos ojos.

Respuesta.No puedo hablar en nombre de ICOMOS. Parece obvio que a partir de los informes que se han hecho, la opinión de Icomos es que es un ámbito muy sensible para Málaga y para su puerto. Habida cuenta de que está al lado de La Farola, que es BIC y un símbolo de la ciudad de Málaga, es empequeñecerlo y dejarlo fuera de juego. Ahora mismo detrás de La Farola atravesaría el propio rascacielos. Ni patrimonial ni funcionalmente parece que se sostenga el proyecto.

P.Ahora, además, se plantea la posibilidad de crecer hasta los 150 metros que permite el planeamiento.

R.Empezamos por una volumetría concreta, luego se redujo, ahora se vuelve a aumentar... Esto recuerda a un mercado. Cuando además, no es una cuestión de 50 ni de 30 metros arriba o abajo, sino de que es una volumetría inadecuada para ese ámbito. Cualquier mirada mínimamente sensible de Málaga entiende que hay unos elementos clave que han sido los invariantes durante al menos dos siglos. Introducir un elemento con una volumetría tan grande primero hace el puerto más pequeño. Y aumenta la volumetría, que ya es muy excesiva, por la parte de La Malagueta. Más allá de que el Plan Especial permita esa volumetría, cuestión que ya de por sí es bastante debatible desde el punto de vista de armonía del paisaje urbano. No es una cuestión de ir contra el edificio, sino contra el lugar del edificio. Málaga tiene su puerto, que en los últimos tiempos se está convirtiendo en otra cosa más allá de un puerto comercial. Está muy bien que se compartan los usos, Málaga es otra Málaga. Todo con un toque muy comercial, pero el paseo, palmeral, la pérgola, todo eso es una parte muy importante de la ciudad que debe tener un hito concreto y no aumentar la volumetría, que convertiría aquello en algo completamente opuesto a un centro histórico, y el de Málaga es un puerto histórico. Se está banalizando la función tradicional para favorecer intereses privados. También hay que tener en cuenta qué modelo de ciudad queremos. Hay que estar muy atentos a lo que una parte importe de la población está requiriendo. Se puede convertir Málaga en un Montecarlo, lleno de rascacielos, creo que hay ejemplos que hablan de ciudades con modelos fallidos. Si es más alto o más bajo, lo importante es que tenga una buena calidad arquitectónica y que esté en el lugar que le corresponde, Málaga tiene muchos sitios para ofrecer. No tiene que imponerse en un espacio con una dominante pública como el puerto.

P.También han firmado al arquitecto con premio Pritzker, David Chipperfield, que aporta esa calidad arquitectónica. Pero, ¿la firma cambia la afección?

R.Se entiende que un edificio de esa altura en una ciudad debe tener calidad arquitectónica, porque la imposición que va a tener en el paisaje urbano es muy fuerte. En Málaga tenemos muchísimos edificios de una calidad bajísima y con un impacto altísimo. Como el edificio junto a La Coracha, con una calidad mediocre, combina todo lo nefasto. Pero la calidad arquitectónica no lo es todo, también depende de dónde se ubica. Ese lugar tiene una dominante pública importante, que es el puerto de Málaga, su origen. Málaga tiene un puerto trimilenario sin el que no existiría. Banalizar el paisaje del puerto significa banalizar la historia de Málaga, su fachada urbana, lo que ve una persona que viene en crucero... Ya hay estudios de impacto suficientemente hechos, está el informe de Icomos... Lo que debería imponerse es el sentido común. Y se está ofreciendo uno de los mejores espacios de la ciudad a los intereses privados. Por mucho que se diga que el malagueño va a poder ir a subir a la terraza, ¿pero eso quién lo hace? Ya se puede subir al Málaga Palacio, pero quién lo hace en su vida cotidiana? El Málaga Palacio es un edificio interesante, pero en su día ya fue una primera intervención nefasta en Málaga. Fue separar dos de sus referentes paisajísticos, como son la Catedral y el Puerto. ¿No aprendemos? Eso ya está medio metabolizado, porque uno se acostumbra a verlo, pero no hemos aprendido esa lección y ahora la vamos a hacer a una escala aún mayor en el puerto de la ciudad. Creo que es una cuestión de plegarse los intereses públicos a los privados. Los puertos deben acercarse a la ciudad, pero también alejarse de estas operaciones crematísticas. Es de libro, la historia de este hotel de cómo una ciudad promociona los intereses privados por encima de los públicos.

P.Le he leído alguna vez comparando la ciudad con Florencia y diciendo que allí no se les ocurriría algo así.

R.Ojalá pudiéramos compararnos con Florencia. Con Florencia y con tantas otras. Si se les ocurre plantar al lado del centro histórico, les tacharían de locos. Menos mal que a los responsables del urbanismo malagueño no se les da a gestionar Florencia, porque claro, si en aras de esta modernidad, que es un poco cateta esta idea de tener que expresar la modernidad en altura, la modernidad se da en altura y en bajura, la modernidad es otra cosa. Entonces, si en Florencia o en Roma, se les ocurriera algo así, les tacharían de locos, porque estarían conculcando algunas de las claves de los paisajes de esa ciudad, porque es su identidad.

P.Pero las ciudades también van cambiando durante su historia.

R.Y eso espero que haga Málaga siempre. Las ciudades no se pueden meter en formol y aislarse dentro de una campana. Naturalmente, quiero que avance con un urbanismo adecuado, sostenible, con buena arquitectura. Que se haga una arquitectura ultramoderna, lo último y lo mejor que se haga en Málaga, pero que se haga donde hay que hacerlo. Sería horroroso que Málaga se hubiera quedado en la Málaga de los años 70, con los desastres que se hicieron en aquellos años. Me encanta la buena arquitectura y no estoy en contra de todos los rascacielos, pero hay que pensarlo más. Málaga posee ámbitos, sobre todo en su parte occidental, ámbitos donde el crecimiento en altura y sobre todo el crecimiento de proyectos más potentes son bienvenidos frente a ámbitos como el puerto o el Centro histórico y la Malagueta que están ya muy hechos. En los que cualquier intervención suponen una amenaza contra valores que ya existen. No quiero que Málaga sea la del siglo XIX, vivíamos mucho peor en el XIX, porque las ciudades no son sólo sus centros. Málaga hoy afortunadamente es otra y por eso mismo debe tener más control de lo que se hace en los lugares más sensibles y el puerto de Málaga es un punto que ya está muy hecho, la Farola redondea y de alguna manera restaña todo lo que es la mala arquitectura que hay en La Malagueta, en la que salvo cuatro o cinco edificios el resto es de una arquitectura mediocre. En otras ciudades habrían hecho un barrio magnífico. Ponerle un rascacielos es poner un elefante en una cacharrería, es romper el juego de equilibrios que allí se han dado. Es un BIC y lo empequeñeces por un edificio que no es su sitio.

P.Icomos señaló también a Liverpool avisando sobre la afección de un edificio al Puerto.

R.Málaga no está en la lista del Patrimonio de la Humanidad. No quiero comparar el puerto de Liverpool con el de Málaga, que tiene una Tate Gallery incluso allí. Pero en Liverpool fue hace unos años expulsado de la Lista de Patrimonio a causa de proyectos inmobiliarios. La utilización de los puertos como vórtices de una dinámica de transformación urbanística tiene su sentido en la medida que revierta en espacios de calidad y aportación a los ciudadanos. Eso puede estar aparejado a la concesión a privados, pero hay que buscar el equilibrio. En el caso de Málaga, el Muelle 1 es un buen ejemplo de cesión para usos comerciales y hosteleros y ya está bien. La propia configuración del puerto hace que el puerto sea el protagonista, y con la construcción, sería el entorno del edificio. No entiendo que se pueda defender. Si habría que hacer una pastilla de un edificio de dos plantas, no estaríamos hablando porque no competiría con La Farola y con el paisaje del puerto, esto reinventa el paisaje de Málaga en su conjunto. No es ni de ideología, ni de gustos, ni de nada. El puerto es algo sagrado y con la torre pasaría de ser protagonista del paisaje a ser su entorno.

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