Más austero, pero más profesional
El Simed permite la entrada libre y gratis desde el primer día
La crisis del sector de la construcción ha provocado que la quinta edición del Simed que ayer arrancó en el Palacio de Ferias sea la que menos empresas haya congregado. Apenas una treintena frente al centenar de los años anteriores. El salón es más austero pero más profesional, más auténtico. Los promotores han dejado atrás los fastos de los grandes expositores, los megacarteles, las maquetas de todos los colores, los platos de jamón serrano, los canapés a mansalva y las copas de buen vino. Ahora toca remangarse, dejarse de gastos superfluos y hacer lo que han hecho toda la vida: convencer a los clientes de que sus pisos son los mejores del mundo y que sus precios son inigualables.
"Ahora vamos a saco", decía ayer un comercial. Y se notaba. Apenas había abierto sus puertas el salón, a las 11:00, y ya había un nutrido grupo de personas pidiendo información. "Sólo llevamos una hora y media y ya he tenido que reponer dos veces la estantería con las carpetas", afirmaba otro comercial.
Se veía todo tipo de público. Desde parejas jóvenes que intentaban encontrar un chollo hasta otras más talluditas que buscaban pisos para sus hijos. Es el caso de José Vázquez y Felicidad López, que ayer recorrieron varios expositores para encontrarle una vivienda a su hija. "Ella quiere algo de dos dormitorios en Campanillas, Alhaurín o Churriana pero la verdad es que no vemos nada que nos interese. Todo sigue estando caro", afirman. Cabe decir que todos los precios que se ponen en el Simed, incluyendo las ofertas, no incluyen el IVA, por lo que el coste final es más alto.
Este año no hay días para profesionales. El público general puede entrar desde el primer día gratis y, además, te invitan a desayunar. Los protagonistas, este año sí, son los ciudadanos de a pie y no los canapés.
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