Las baguettes de Gorki ganan peso fuera de Málaga

Cuando alguien pasa junto a alguno de los restaurantes de la cadena Gorki suele pensar que esta firma es vasca, pero no es así. De hecho es malagueña. Su nombre procede de un aspecto puramente sentimental, ya que responde al comienzo de los nombres de Gonzalo y Kike (Enrique), los dos hijos mayores de Gonzalo Ramírez y Luis Higuera, los fundadores y propietarios de esta empresa que cada vez tiene más adeptos no sólo en Málaga sino en el conjunto nacional.

El primer Gorki se creó en 1992 en la calle Strachan de la capital. "Intentamos dar un concepto diferente a la restauración con productos que apenas se usaban en la hostelería malagueña de aquella época como los derivados del pato, las baguettes o la posibilidad de servir vinos de calidad por copa", recuerda Luis Higuera. Animados por el buen resultado obtenido en Málaga, los dos socios decidieron abrir otro establecimiento en Marbella en 1995 que también tuvo éxito.

La cadena malagueña decidió entonces dar el salto a otras provincias y, en estos momentos, cuenta con un total de nueve establecimientos (3 en Málaga capital, 3 en Madrid, uno en Marbella, uno en Sevilla y uno en Córdoba), a los que hay que sumar otros dos locales en Madrid y Marbella que operan bajo el régimen de franquicia.

La crisis, aunque está afectando al sector, no ha frenado por ahora los planes de crecimiento de la firma malagueña. En lo que va de año ha abierto dos de los tres locales con los que cuenta en Madrid y el año pasado inauguró un restaurante en la barriada malagueña de Teatinos. La intención de los propietarios de la empresa es seguir ampliando su red propia por España y, según Higuera, "ya estamos viendo varios locales en Barcelona y en Valencia".

Por otra parte, en septiembre de este año Gorki empezará a gestionar el servicio de restauración de la Embajada de Estados Unidos en España (situada en Madrid) después de ganar un concurso público. "Vamos a dar desayunos y comidas a los casi 200 trabajadores que tiene la embajada y también podemos atender recepciones en momentos puntuales", afirma Higuera.

Gorki cuenta con una plantilla directa de unos 110 empleados y factura al año en torno a 6 millones de euros. Higuera, pese a los planes de expansión de la compañía, asegura que "la crisis se está notando y la gente está controlando más el gasto, sobre todo a la hora de pedir los productos más caros. Ahora en lugar de jamón serrano se pide salchichón pero, en cualquier caso, creo que la situación es menos grave de lo que aparece en las noticias".

La cadena malagueña puede considerarse una de las pioneras en el centro de Málaga. La proliferación de escuelas de hostelería ha provocado que en el centro se hayan abierto en los últimos años numerosos restaurantes a cada cual más moderno e innovador. Higuera, lejos de amedrentarse, considera que toda esa competencia "es buena porque la gente baja más al centro si hay muchos más sitios para comer o cenar" a la vez que destaca el potencial de la ciudad.