Málaga

Del banquillo a San Telmo: adiós al líder que "revolucionó la política educativa"

Juan Marín, emocionado, en Parcemasa donde se ofició la misa por Imbroda

Juan Marín, emocionado, en Parcemasa donde se ofició la misa por Imbroda / Javier Albiñana

La muerte hace honorables a las personas. Y Javier Imbroda, defienden desde su círculo más cercano, ya lo era. Incluso los contrincantes con los que se enzarzó en lógicas batallas de la política se han volcado en elogios a su persona, con muestras de condolencias que no solo han llegado del mundo del baloncesto sino también de otras esferas. El consejero de Educación y Deportes (Cs) –reconocen algunos de los que trabajaron con él codo con codo durante años– ha dejado su impronta en todos los ámbitos en los que participó. Una huella imborrable y, también, “en marcha”, el cambio del modelo educativo en el que “tanto ha trabajado” como consejero de este área. “Nos dejas tu legado y nos queda tu memoria”, afirmaba ayer el responsable de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que, con el “corazón roto”, ensalzaba su entrega a Andalucía y, al tiempo, agradecía el telegrama de condolencia enviado por el Rey, Felipe VI.

También desde el Gobierno central tuvieron palabras para Imbroda, a quien el presidente, Pedro Sánchez, definía a través de sus redes sociales como “un luchador, dialogante y comprometido servidor público”. El mismo tono empleó el flamante responsable del PP, Alberto Núñez Feijóo, que inició su comparecencia pública en la primera reunión del comité ejecutivo nacional reconociendo la labor del consejero fallecido. Así, trasladaba “un abrazo” a sus hijos, a su viuda, a su hermano (Juan José Imbroda, que fue presidente de Melilla por el PP) y también a su familia política, a la del Gobierno andaluz que forman populares y Ciudadanos.

Paralelamente se sucedieron los mensajes de sus compañeros del partido naranja, entre ellos el que fue líder hasta 2019, Albert Rivera, cuya confianza Imbroda se ganó para adentrarse hace años en la vida política. “Se ha ido un gran hombre, un sabio del deporte, de la empresa, de la educación...de la vida. Y también uno de mis mejores amigos, a quien admiraba y quería profundamente. Pero él nunca morirá, siempre nos quedará su luz y sabiduría”, escribió el ex presidente de Ciudadanos. Su mensaje era compartido por la actual responsable, Inés Arrimadas, que aseguraba sentirse consternada “con esta noticia que nunca quisimos tener que leer”, y al tiempo, destacaba su “lucha”, “inteligencia” y “optimismo por naturaleza”.

Juan Marín, "roto de dolor"

Muchos de los mensajes difundidos tras la pérdida de Imbroda trascendían lo estrictamente profesional y daban cuenta de los vínculos afectuosos que el político había entablado. “Rotos de dolor por la muerte de nuestro amigo. Una persona buena, sencilla, humilde y enorme en valores. Gracias por todo lo que nos has enseñado. Jamás te olvidaremos. Seguirás presente cada día en nuestra memoria. Te quiero, hermano”, publicaba el vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de Turismo, Justicia, Administración Local y Regeneración, Juan Marín (Cs), con quien mantenía relación incluso antes de su fichaje por parte de Ciudadanos como cargo independiente para el gobierno regional en 2019.

“Muy entristecido” por su fallecimiento se mostró también el eurodiputado de la formación naranja Luis Garicano, que destacaba las “alegrías” que Imbroda –también ex seleccionador nacional de baloncesto y entrenador del Real Madrid o el Unicaja– aportó a España. Era, expresaba, “un hombre cálido, un gran profesional, un buen español”.

En Andalucía, donde ocupó el cargo de consejero de Educación y Deporte desde 2018, han sido muchas las voces que ayer lamentaron la pérdida, entre ellas la de la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, que lo recordaba como un “hombre humano, inteligente, un compañero comprometido y un gran amigo”. Pero también otros líderes políticos quisieron ensalzar su figura, como el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, para recordar, además, la relación “especialmente cordial” que mantenía con él.

Su faceta más humana

Horas después de su muerte, los restos de Imbroda fueron trasladados al tanatorio del Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa), donde una multitud de personas le dieron su último adiós. El alcalde, Francisco de la Torre, instó a “hacer realidad” su legado de investigar más sobre la enfermedad que acabó con su vida, mientras que el coordinador provincial de Ciudadanos, Guillermo Díaz, se pronunciaba, en declaraciones a este periódico, sobre su faceta humana. “Tenía una sonrisa permanente. Buscaba no confiarse en la victoria y no hundirse en la derrota”, manifestaba.

"Nunca bajó los brazos"

Imbroda, melillense pero malagueño de adopción, “revolucionó la política educativa”, en la que, recalcaba, supo capear la pandemia del coronavirus de la que ya se cumplen dos años, y “nunca bajó los brazos”. “Era perfectamente consciente de su enfermedad, pero también de que, si no se rendía, ganaría días a la vida”, aseguraba Díaz. Tampoco solía dejar una “llamada por hacer”. Supo, reconoce el portavoz de Cs, conectar con todos. “El mismo esfuerzo que puso en el deporte lo empleaba en entender al adversario del ámbito que fuera y llegar a un acuerdo”, destacaba. Pero no por ello “asumía los éxitos en primera persona”. Y, de hecho, sostiene, “nunca se dio importancia a sí mismo”.

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