El brillante negocio de Art Natura

Municipal

Siete empresas de Royal Collections recibieron más de 3 millones entre 2007 y 2010 sólo por disponer de las joyas y otros objetos a exponer en un museo que sólo abrió dos horas.

El que fuera presidente de Royal Collections y el alcalde de Málaga, en octubre de 2006.
S. Sánchez Málaga

02 de junio 2016 - 01:00

21 de noviembre del año 2006. Esa es la fecha que figura en el contrato administrativo que el Ayuntamiento de Málaga, en la persona de la entonces concejala de Economía, Carolina España, y el representante de Royal Collections, Fulgencio Alcaraz, pusieron la rúbrica al acuerdo mediante el que impulsar la instalación de centro cultural dedicado a las gemas, la naturaleza y las ciencias en parte de las instalaciones de la antigua fábrica de tabacos, Tabacalera. El documento obligaba al Consistorio a abonar anualmente, durante seis ejercicios, la suma de 1,2 millones de euros (sin IVA) al socio privado para costear, previa justificación, los trabajos y servicios necesarios para la puesta en funcionamiento del citado museo, bautizado como Art Natura.

De esta cuantía global, de las arcas municipales salieron algo más de 5 millones de euros, suma hoy reclamada tanto en la vía judicial como ejecutiva por el equipo de gobierno del PP ante el incumplimiento del objetivo primero, la apertura de las instalaciones culturales. Las mismas, tras un desembolso de 22,3 millones en la rehabilitación de las dependencias físicas y el citado canon, apenas abrieron al público dos horas.

Este es, grosso modo, el resumen de una historia mucho más amplia, compleja y repleta de sombras y dudas, que conforman el que probablemente es el mayor fiasco en la gestión de Francisco de la Torre al frente de la Casona del Parque. El análisis pormenorizado de la ingente documentación existente en el expediente de Art Natura, objeto de estudio desde hace años por parte de los grupos de la oposición, pone de manifiesto el negocio que supuso la relación contractual creada entre Royal Collections y el Ayuntamiento para las empresas que formaban parte de la nómina de la promotora.

Tanto es así que, de acuerdo con los informes oficiales, sólo por ostentar los derechos sobre los elementos que iban a ser objeto de las diversas exposiciones, principalmente las piedras preciosas, las siete firmas principales llegaron a percibir algo más de 3 millones de euros. Una aportación con la que, supuestamente, el Consistorio se garantizaba la exclusividad a la hora de mostrar dicho material. A este ingreso se acabó añadiendo otro millón más por proyectos que estas mismas mercantiles se contrataban a sí mismas.

El modus operandi de esta "trama empresarial de enriquecimiento", como la calificó el PSOE, tuvo como límite los primeros meses del año 2011. Si hasta esa fecha la aceptación de las facturas por parte del Consistorio fue evidente, a partir de ese momento, cuando las relaciones entre quedaron rotas, la Administración local paralizó en seco los abonos en concepto de canon y otros servicios a Royal Collections. El expediente recoge la existencia de informes de Intervención incidiendo en que la documentación que se entregaba por parte de las empresas era inadecuada. Sólo por el canon, Mundi Mineral obtuvo 742.911 euros entre 2007 y 2011; Gemart, 715.868 euros; Rutas Culturales, 628.286 euros; Geociencias S.L., 442.864 euros; Japan Communications, 418.260 euros; Framart, 225.792 euros, y Diseños y Proyectos Monasterio, 172.224 euros. Varias de estas sociedades quedaron extinguidas en 2009.

El funcionamiento amparado por el contrato fue objeto ayer de denuncia de PSOE y Málaga para la Gente. Sobre ello, la portavoz socialista, María Gámez, incidió en que "el 99% de los trabajos realizados eran de empresas que pertenecían a esta agrupación de interés económico o estaban muy relacionadas con ella, y sólo 1% eran sociedades de Málaga". "Hubo mucho trabajo de asesoría, de patrocinio... y resulta sospechoso que se hiciera endogámicamente", indicó. A modo de ejemplo, aludió al casi de "una persona que era apoderada a la vez de tres empresas, que facturaban por tener las gemas en su poder y por hacer servicios, y también estaba contratada como empleada de Art Natura".

"El alcalde consintió esto, ya que se pagaba sin cuestionar nada y deberían haber saltado las alarmas", manifestó Gámez, para la que "el problema está en el origen", en que se optase por un contrato que avalaba la concesión de una subvención a la promotora, sin incluir garantías en caso de incumplimiento.

Ante este, se preguntó: "¿Qué responsabilidad patrimonial, personal y política tendría en este asunto, con una obra de más de 20 millones de euros y una subvención sin garantías de 5,6 millones, que aún no hemos recuperado?" Para el portavoz de Málaga para la Gente, "el fiasco de Art Natura se enmarca en un fiasco mayor, el de la Capitalidad Europea de la Cultura para 2016", asunto en el que "se derrocharon cantidades ingentes de dinero debido a una gestión nefasta".

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