Cae parte de la vidriera del mercado de Atarazanas de Málaga
El desprendimiento de uno de los cristales no ha ocasionado daños personales
Un policía herido con "policontusiones" en un enfrentamiento con vendedores ambulantes en un chiringuito de Marbella
Susto sin daños personales en pleno centro de Málaga. Uno de los cristales que conforman la histórica vidriera ubicada a las puertas del mercado de Atarazanas y que es un reclamo turístico se ha desprendido este mediodía. El Cuerpo de Bomberos y la Policía Local de Málaga han acudido al lugar de los hechos tras recibir el aviso. Más allá de los daños en el patrimonio, que deberán ser restaurados, el paño caído no ha ocasionado ningún herido, y ha sido recogido con celeridad. En la puerta norte del mercado, este mediodía, sólo quedaban unos conos como prueba del delito, además de operarios trabajando en la normalización de la situación.
La vidriera, que había sido restaurada entre 2008 y 2010 por la empresa Artevis, está formada por 108 paños que muestran monumentos significativos de la ciudad. Fue realizada en 1973 por los hermanos Atienza. Tras la gran reforma llevada a cabo, el mercado de atarazanas presentó una nueva estructura, con pasillos más diferenciados y separados por un esqueleto metálico. El mercado cuenta con 250 puestos en cada una de sus calles, que albergan fruterías, pescaderías e incluso bares donde degustar la gastronomía típica de Málaga.
Durante más de 50 años, las espaldas del mercado de Atarazanas han lucido rutilantes los símbolos de Málaga. El escudo, la jábega, la Catedral, la Alcazaba, entre otros, ilustraron las vidrieras que los hermanos Atienza decoraron para el inmueble en 1973. Pero el paso del tiempo dejó algunas mellas en su estructura hasta el momento de su restauración.
La orientación de esta pared vidriada, ubicada "al norte sin que le dé el sol" ha beneficiado su permanencia en el tiempo. Los hermanos Atienza eran especialistas en grabado al ácido "y puede que no solo hayan pintado al frío, sino que utilizaran alguna mezcla más duradera", sugirió Francisco Cascón, encargado de la restauración en 2008. Como matizó el experto, el proceso más complicado es "dar con la curva de la temperatura". Si no se alcanza la graduación exacta "se pueden partir los cristales", añadió Cascón. Al ser un mosaico concebido para contemplarlo de lejos, el trabajo pictórico "es fácil, no necesita recrearse en los detalles", comentó.
El edificio ha tenido diversos usos a lo largo de los años. Fue un cuartel, un hospital civil e incluso una escuela, hasta que se acordó su demolición tras la Revolución de 1868.
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