La cafetería de Parcemasa cerrará casi 40 años después si no hay acuerdo de última hora
El establecimiento cesará su actividad a finales de julio, según se ha comunicado a los trabajadores, pese a que hay dos empresas interesadas en gestionarla
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La cafetería de Parcemasa, en el cementerio de San Gabriel, tiene los días contados. Fuentes de UGT confirman a este periódico que este establecimiento, en el que tantos malagueños han hecho parada alguna vez, dejará de funcionar a finales del mes de julio, según se ha transmitido a los trabajadores, tras un acuerdo judicial y entrar en fase de liquidación. Un cierre con el que se pondría fin, al menos por el momento y si no hay ningún acuerdo de última hora, a un servicio que tiene casi 40 años de historia y que lleva varios de los últimos bajo los focos de la opinión pública por incumplimientos con los empleados o huelgas, entre otros.
El Ayuntamiento de Málaga, que externaliza el servicio, lo sacó a concurso en enero de 2024, sin embargo, aunque hubo una empresa interesada este quedó desierto tras comunicarse el desistimiento. Ahora, como señalan las fuentes sindicales, entre ellas Sergio de Oses, miembro del sector estatal de Hostelería y Turismo de UGT, todo apunta a que no volverá a realizarse otro concurso y a que "deberá buscar otra alternativa" para brindar este servicio. El Consistorio ha declinado pronunciarse al respecto.
Esta situación se produce, además, a pesar de que, como denuncia el portavoz de Con Málaga, Nicolás Sguiglia, habría dos empresas interesadas en gestionar la cafetería, siendo el principal escollo para llevar a buen puerto el proyecto la deuda de "en torno a un millón de euros" que pesa sobre el negocio, que en estos momentos está siendo gestionado por los propios trabajadores y que "según el plan de los interventores sería viable". "Nos parece una decisión vergonzosa fruto de una pésima gestión", señala Sguiglia, quien apunta directamente "al gerente de Parcemasa y de forma subsidiaria al alcalde" como responsables del futuro cese de la actividad, que considera "un servicio público, esencial y clave que se brinda en un momento doloroso más que pura hostelería".

A la salida del concurso, hace algo más de un año medio, ya se explicitaba que la actual concesionaria, GOOD4US, estaba en fase de liquidación tras ser declarada en concurso de acreedores por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Málaga. El importe fijado para la liquidación fue de 336.000 euros (sin IVA) a abonar a lo largo de los 12 años en los que fue fijada duración del contrato (12.000 euros anuales los primeros cinco años; 36.000 euros anuales del sexto al décimo; y 48.000 euros anuales durante los dos últimos ejercicios), aunque se establecía la posibilidad de prorrogarlo durante tres años más.
Además, según se recogía en el pliego de condiciones, la empresa que resultase adjudicataria debía subrogar a los 16 empleados (encargados, cocineros, ayudantes de cocina y dependientes) que conforman la plantilla, así como abonar la deuda que el todavía titular del servicio de cafetería-bar mantiene con la Tesorería General de la Seguridad Social, que según la última certificación aportada por el administrador concursal con fecha de 10 de octubre de 2023 asciende a 770.263,38 euros. Por ello, la presentación del aval por este importe era requisito imprescindible para poder suscribir el contrato.
Respecto a la presentación del servicio, se valoraba con mayor puntuación aquellas ofertas que contemplasen un mayor número de horas y días al año de apertura, recomendándose que el establecimiento funcione los 365 días del año con un horario mínimo de 15 horas diarias. Además, de ofrecer servicio de catering en las tanatosalas. Igualmente, se valoraba aquella oferta que contemplase un menú diario completo que sea variado a lo largo de la semana y que incluyese, como mínimo, un primer plato a elegir entre al menos dos, un segundo plato a elegir entre al menos tres, postre o café/infusión, una bebida y pan. Sobre los precios, se dejan a criterio del adjudicatario. Asimismo, pese a que la concesionaria debía sufragar los gastos, Parcemasa se comprometía a destinar una inversión máxima de 250.000 euros, a razón de hasta 50.000 euros anuales durante los cinco primeros años de concesión, para la mejora o el acondicionamiento de las instalaciones.
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