El campo de Málaga reza por un verano “normal” sin olvidar la amenaza de la sequía

Mucho ha cambiado el panorama para el campo malagueño en los últimos doce meses. El año pasado, tras una turbulenta primavera llena de protestas que llevaron los tractores de las fincas a las calles y carreteras, y el fugaz episodio de lluvias de finales de marzo que, coincidiendo con la Semana Santa, dio un respiro a la agricultura y la ganadería de la provincia, siguió marcado por los rigores de una pertinaz sequía que hasta el pasado noviembre no daba síntomas de remitir.

A día de hoy, mediados de mayo y tras varios episodios de danas y lluvias que han devuelto la vida a embalses, ríos, arroyos, montes y campos de trabajo de la provincia, el sector primario de Málaga encara el verano con el deseo de que este, a nivel meteorológico y productivo sea “normal”, sin dejar de reclamar a las instituciones el avance de las obras hídricas necesarias para estar preparados ante otro periodo prolongado de sequía que, temen los representantes de las principales asociaciones agrarias, se va a repetir.

“El año agrícola 2025 no se presenta malo”, asegura el secretario general de Asaja Málaga, Santiago Sánchez. “El campo ha mejorado, tiene otro color y tenemos una garantía de riego gracias a las lluvias, pero la sequía no se ha ido, y seguimos necesitando obras e infraestructuras hidráulicas para que, con las próximas lluvias, poder almacenar y evitar estos periodos tan malos de sequía que hemos ido padeciendo”. Idea que comparte Francisco Moscoso, secretario general de UPA Málaga, que insistía en la necesidad de “infraestructuras para la recogida del agua”. “No podemos perder el tren, y es verdad que en materia de conectividad hay que felicitar a la Junta de Andalucía”, en referencia a la puesta en marcha el pasado año del trasvase de agua desde el Peñón del Cuervo hacia la Axarquía y el anuncio de la construcción de dos balsas de agua en Benajarafe y el Cerro de la Encina. “Aliviado”, pero sin perder de vista que la sequía no ha terminado, se muestra por su parte Antonio Rodríguez, secretario general de COAG Málaga. “Podemos decir que hemos tenido un año hídrico normal y, a día de hoy, la campaña que viene del verano y del otoño/invierno vamos a tener una producción normal en todos los sectores”, confiesa Rodríguez que espera que la meteorología del verano no afecte a las perspectivas puestas en la recuperación de los subtropicales de la Axarquía, los cítricos del Guadalhorce, los cereales o el olivar, que salvo una inoportuna ola de calor en los meses estivales, permitiría una buena cosecha en el otoño, aspecto en el que se extiende el representante de Asaja: “En los subtropicales, tenemos las explotaciones muy dañadas. Hay muchas de ellas que se han tenido que arrancar o se han tenido que cortar o se ha secado gran parte de los árboles de aguacates que había plantados. Con lo cual, los que quedan esperemos que tengan cosecha, pero ese sector del aguacate está bastante malo. En cuanto al mango, que también padeciendo la sequía, pero es un árbol que necesita algo menos de agua, a priori no se prevé muy mala cosecha, y los cítricos, pues tres cuartas partes de lo mismo”.

“El sector agrario, en general, viene de una época de sequía bastante mala y ahora, bueno, pues tras la lluvia hay algunos acuíferos que se han recuperado un parte, que no al cien por cien, porque el agua que ha caído no los ha llenado al cien por cien. En el sector de los cereales, cuya cosecha es ahora mismo en junio, prevemos una buena cosecha, pero el problema es que los precios en las lonjas están por los suelos. ¿Qué es lo que va a provocar esto? Pues que la cuenta de resultados final del agricultor se va a ver mermada. Apunta el representante de Asaja a uno de los problemas endémicos del sector, como es el elevado coste de producción en el campo, situación a la que afecta directamente la subida del Salario Mínimo Interprofesional anunciada a comienzos de año.

Sobre este asunto, mientras que UPA Málaga habla de la necesidad de un convenio a nivel andaluz, COAG, en palabras de Antonio González, asegura que “¿cómo no vamos a estar de acuerdo en la subida? Pero lo que estamos demandando que nuestros productos tengan el precio que tienen que tener para poder pagar el salario digno a los trabajadores”. El sentimiento es el mismo en Asaja: “Se está perdiendo la negociación colectiva, porque nosotros teníamos una subida acordada ya con los sindicatos y la subida del SMI nos ha hecho que se duplique esas subidas salariales que nosotros teníamos acordadas. Entonces, ¿qué es lo que exigimos al Estado? Pues que no importa que suba el salario, pero que a las explotaciones agrarias, a los agricultores y ganaderos, a los empresarios agrícolas se les compense con unas reducciones de impuestos en esos sueldos, porque no podemos sufrir y soportar nuestras explotaciones agrarias más subida de coste.

¿Miedo a los aranceles?

Otros de los aspectos, más allá de las infraestructuras y de las inclemencias meteorológicas, que pueden afectar al presente y al futuro del campo malagueño es el de la entrada en vigor de los aranceles anunciados hace algunas semanas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y que actualmente se encuentran en un ‘stand by’ de 90 días. “Esperemos que por parte de la Unión Europea y del Estado español haya unas buenas negociaciones con Estados Unidos, con Donald Trump, y los aranceles se desaparezcan o se queden en su mínimo para que nuestros productos no se puedan ver perjudicados a la hora de competir en el mercado estadounidense. Porque lo único que va a ocurrir es que, si a nosotros nos ponen aranceles y a otros países terceros no se ven afectados por esos aranceles, pues nuestros productos no los van a querer comprar en terceros países”, lamenta Santiago Sánchez.

“Lo de los aranceles ha sido más la alarma que la noticia en sí”, tranquiliza el representante de UPA Francisco Moscoso, “y es que aunque suban los aranceles, en el caso del aceite de oliva, no vamos a llegar a los precios del año pasado -en descenso desde el inicio de la campaña del olivar del pasado mes de octubre-. Lo que habría que decirle a este señor (Trump) es que con el aceite de oliva le estamos inyectando salud a su país, ironiza Moscoso.