Desde que comenzó la crisis económica en 2008, la espiral de los robos en el campo ha sido imparable. Solamente el año pasado se tuvo conocimiento de 444 robos y hurtos de frutos, animales o maquinaria en las explotaciones agrícolas y ganaderas de la provincia de Málaga. Sin embargo, apenas 71 de esos sucesos han podido ser esclarecidos. La mayoría de estos sucesos se quedaron en hurtos, es decir, cuando lo robado tiene un valor inferior a los 400 euros, lo que supone que los ladrones se enfrentan a una mera falta administrativa. Según los datos publicados esta misma semana en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, fueron denunciados 236 hurtos y de ellos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado consiguieron resolver 43.

Le siguieron en número de sucesos los robos con violencia en el material sustraído por los ladrones, que suelen actuar en grupos muchos de ellos procedentes de países del Este y la mayoría son itinerantes que vienen de otras provincias como las de Sevilla. En este caso, pudieron ser esclarecidas 27 denuncias.

La evolución del número de sustracciones cometidas en explotaciones agrícolas y ganaderas entre 2008 y septiembre de 2013 en la provincia reflejan que el año pasado no fue de los peores para el campo malagueño. Hubo, por ejemplo, menos robos que en 2011 y 2012 cuando se registraron 631 y 571, respectivamente en Málaga. Y tampoco esos años hubo mucha suerte en lo que al esclarecimiento de los mismos se refiere, puesto que únicamente pudieron ser resueltos 88 y 80 casos, respectivamente.

Parte de la explicación radica en el hecho de que todos estos datos publicados en el Boletín Oficial de las Cortes Generales son anteriores a la puesta en marcha en octubre del año pasado de los llamados equipos Roca de la Guardia Civil, conocidos así por las siglas de las llamadas patrullas de lucha contra el robo en el campo y que en la provincia de Málaga tienen su sede en Antequera y Coín. Su principal misión es vigilar que no se produzcan delitos en las explotaciones agrícolas y ganaderas y eso no resulta tarea fácil teniendo en cuenta que, por ejemplo la de Antequera, abarca 18 municipios de toda la zona norte de la provincia de Málaga.

Pero, según la respuesta del Gobierno central por el grupo parlamentario socialista, el número de equipos y su composición no son fijos y "partiendo de un mínimo de dos efectivos se irán actualizando en función de las necesidades operativas de cada momento y de la evolución de la tipología delictiva". De ahí que el coordinador para los robos de Asaja en Málaga, Santiago Sánchez, destaque la necesidad de que los agricultores y ganaderos víctimas de estos robos denuncien "para que la Guardia Civil pueda investigarlos y se pueda dotar de más patrullas para la vigilancia".

Hasta ahora, su presencia en el campo está resultando disuasoria, si bien "la realidad es que los robos se siguen produciendo", dijo Sánchez. La clave, en su opinión, está en el control de los puntos de venta porque "si no se compra el material robado no tendrá sentido que roben".

La crisis hizo que estos sucesos aumentaran de forma creciente desde 2008 y los 347 casos registrados que hubo ese año han ido aumentando sin excepción cada año hasta que el año pasado se produjo un ligero descenso. Aún así, atajarlos por completo no resulta tarea fácil porque la mayoría se estos robos se producen por la tarde-noche cuando ya los agricultores y temporeros han terminado su jornada laboral. Según la Guardia Civil, hay veces incluso en que son los propios jornaleros contratados en una finca los que después de terminar su día de trabajo se dedican a ir a otras para sustraer todo aquello que después puedan vender y sacarse un dinero extra.

Los ladrones se llevan todo lo que encuentran en su camino. Los grupos electrógenos, por las bovinas de cobre que tienen, son algunos de los objetos más codiciados, además de los sistemas de riego y los cortijos de donde se llevan herramientas, aperos, remolques y cualquier maquinaria.