La proliferación de grandes empresas en el Real Cortijo de Torres ha ocasionado una división de opiniones entre algunas peñas del recinto. Los defensores de estos nuevos establecimientos consideran que la creciente aparición de estas casetas les repercute positivamente porque atraen a más personas al Real de la Feria. De hecho, el presidente de la Peña de La Paz, Dionisio Hinojosa, atribuye a la movilización que consiguen estas casetas parte del mérito por el que este año esté siendo el mejor desde que comenzó con su actividad. Por su parte, la postura contraria a estos nuevos establecimientos critica que muchas de estas empresas practican competencia desleal, puestos que están siendo patrocinadas y apoyadas por grandes marcas y adquieren productos a un coste bajo que después pueden vender más baratos al consumidor.

Sin embargo, según afirman desde la Peña La Asunción o la Peña Flamenca Casa de Alora Gibralfaro, lo más dañino no son los nuevos negocios en sí, sino aquellos peñistas que en muchos casos les vendieron la caseta "sólo por dinero".

Otro de los puntos que critican los detractores de los nuevos establecimiento es que hacen perder parte de la identidad de la feria.

Por su parte, los establecimientos que están en el ojo de mira en el mundo de las peñas críticas creen que simplemente se trata de una cuestión de "renovarse o morir".

El encargado de uno de estos negocios, que prefiere que no sea mencionado ni él ni el establecimiento, afirma que si están ahora en una situación de superioridad con respecto a las peñas es "simplemente porque invierten el dinero que ganan en mejorar sus servicios y no lo usan en beneficio personal como hacen muchos peñistas". Y ejemplifica esta inversión asegurando que, sólo para este año, hay negocios que se han gastado más de 50.000 euros en construir una barra y mejorar sus servicios.

Roberto Romero, trabajador en Lafama y firme defensor del nuevo modelo que plantean casetas más modernas, opina que uno de los motivos por el que tanta gente prefiere acudir a estos establecimientos en detrimento de las tradicionales peñas es porque se han adaptado a las nuevas necesidades que demanda un público que procede de la feria del Centro en búsqueda de un ambiente "más tranquilo y familiar".

Comisiones Obreras también ha valorado de manera negativa la presencia cada vez mayor de tantas empresas que cuenten con casetas. El secretario general del sindicato en Málaga, Fernando Muñoz Cubillo, considera que el Ayuntamiento no está fomentando y apoyando "a colectivos sociales y culturales", y, en su opinión, "debería financiarlos".

Además, califica de "a dedo" el método usado por el Ayuntamiento para el reparto de licencias y menciona directamente a la bodega El Pimpi (una de las casetas que que más éxito ha tenido desde que comenzó la Feria del Real) como uno de estos casos.

Para revertir esta situación, Cubillo afirma que a partir de septiembre CCOO presentará una iniciativa oficial a la concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, para que una de las calles que recorre en vertical todo el Real Cortijo de Torres se le otorgue a diversos colectivos sociales en exclusividad.

Asimismo, explica que otra de las demandas que le hará llegar a la edil será poner tener a disposición la caseta los doce meses del año para que así cada colectivo pueda desarrollar su actividad en todo momento sin haber interrupción.