EDITORIAL
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Educación
Padres, madres y profesores del Colegio Público Rural Atalaya, perteneciente a las pedanías de La Joya, La Higuera y Los Nogales, en Antequera, se apostaron esta mañana a las puertas del edificio blanco para exigir que la Delegación de Educación flexibilice la normativa para que, a pesar de no llegar al mínimo de alumnos, no supriman los tres maestros y las dos unidades que deberían.
Después de todo un verano manifestándose y negociando con la Junta de Andalucía, han conseguido que al menos se les mantenga un profesor. “Soy partidario de la discriminación positiva en las zonas rurales. Se cumple la normativa, pero los padres luchan por modificar lo que consideramos una injusticia”, ha asegurado Antonio Romero, director del colegio que actualmente tiene 14 profesores fijos más tres que también compatibilizan otros centros para 97 alumnos.
La manifestación, que también fue apoyada por diversos miembros de las mareas verdes y CCOO, pedía que la delegada de Educación, Patricia Alba Luque, bajara a dialogar con ellos, aunque finalmente esta no lo hizo. También acudió Manuel Barón, alcalde de Antequera, municipio perteneciente a las pedanías y que asistió “en calidad de antiguo profesor de escuela pública y regidor”.
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