Cobros por adelantado, la medida de un bar de Huelin para evitar que los 'simpas'
La presencia de clientes que abandonan los establecimientos sin pagar su cuenta se incrementa notablemente en verano
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Los simpas, irse sin pagar la cuenta de un bar, siempre, desgraciadamente para los hosteleros, han existido. Clientes a la carrera después de haberse hinchado de comer y beber, en muchos casos, y a los que la digestión les sale gratuita. Y ahora en verano, como no podía ser de otra forma porque los bares están llenos, cada vez hay más aficionados a esta práctica. Por ello, un bar de Huelin ha dicho que hasta aquí hemos llegado y ha establecido que para tomarse cualquier cosa antes hay que pagar por adelantado.
"Debido a la gran oleada de simpas que estamos sufriendo los hosteleros de Huelin, nos vemos obligados a cobrar las consumiciones al momento de efectuar el pedido". Así lo comunica un cartel ubicado a las puertas de El Mundo del Campero, un local regentado por Pablo Soria y que busca alejar a aquellos que pretendan abandonar el local sin pagar su cuenta. "En cualquiera de las grandes cadenas, la gente paga antes, recoge su comida y se sienta a comer sin quejarse ni protestar. Y hemos dicho, ¿y por qué no lo hacemos nosotros?", reconoce.
"El cartel lo hemos puesto antes de comenzar la temporada estival, hace unos tres meses, con la finalidad de evitar estos simpas que se producen sobre todo en verano, porque la mayor afluencia de gente externa del barrio es mayor", asegura el hostelero. "Somos un local de barrio donde la gente repite, nos conoce y nosotros conocemos al 90% de los clientes de estar aquí una y otra vez, pero es cierto que en verano con la afluencia de turistas no puedes controlar quién se sienta o se levanta y quién ha pagado la cuenta o quién no", añade. Soria señala que esta práctica no ha provocado quejas entre los clientes más habituales. Es más, asegura que no tiene problema en "fiarles" la cuenta y cobrarla posteriormente.
"La gente no puede venir y operar con esa impunidad. Porque, ¿qué se supone que tenemos que hacer? ¿Salir corriendo, pararlos en una esquina y encararnos con ellos? Terminas en Comisaría varias horas, perdiendo un tiempo muy valioso por un menú de 6,50 o por una comida de 10 euros. Nos sentimos bastante desprotegidos en cuanto a lo que nos ampara", indica Soria.
Los establecimientos están acostumbrados a sufrir estos robos varias veces al año, acentuándose en la temporada de verano. "Uno de los primeros que sufrimos aquí en Huelin fue de un grupo de varias chicas que se fueron corriendo en la semana de feria hace ya varios años. Nosotros tenemos una serie de repartidores, y justo un chico que estaba repartiendo en ese momento las pilló por la calle. La encargada de ese momento fue hasta allí a hablar con ellas, y se quedó con el móvil de una de las chicas hasta que viniesen a saldar la cuenta", recuerda Soria.
Pero desafortunadamente para los negocios de esta barriada, no se trata del único local que es víctima de esta práctica. "Hace ya dos meses, nos hicieron simpa. Fuimos detrás de ellos, pero se pusieron a correr. Llamamos a la Policía mientras corríamos detrás de ellos y acabaron dentro del Bulto. Allí la Policía se encargó ellos", asegura Gabriel Jiménez López, encargado del bar Tribu Tapera, otro de los locales de la barriada que se han visto afectados.
Sin embargo, pese a optar por el cobro previo a la consumición, esta no ha sido la única opción que han barajado. "Estamos por implementar todavía unos comanderos digitalizados. Tienes la carta, eliges tu menú y acercas el móvil o la tarjeta para pagar. Eso hace que el pedido salga en cocina y sea más efectivo y rápido", comenta el hostelero. "Es cierto que no todo el público que tenemos aquí está acostumbrado al tema digital. Tenemos la fortuna también de tener un margen de edad muy amplio en el local, pero no todo el mundo quiere venir y comandarse por sí solo. Entonces estamos adoptando esta medida más paulatinamente", añade.
"Tampoco queremos que se pierda el contacto con el camarero, porque uno viene a comer a un sitio y no quiere que sea todo robotizado. El mundo tira hacia ese lado, y la hostelería también. Cada vez vamos a ser más transportadores de platos que hosteleros. Hace 20 o 30 años atrás, podían atenderte, recomendarte y ofrecerte otra bebida. Esa opción todavía la estamos dejando que madure", concluye Soria entre risas.
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