El comité de empresa de la FGUMA alerta de que los salarios de más de 100 trabajadores corren peligro

El comité de empresa de la Fundación General de la Universidad de Málaga (FGUMA) ha denunciado la "grave crisis financiera" que atraviesa la entidad y advierte que, "de no producirse cambios en las próximas semanas", tanto la continuidad de la actividad de la misma como los salarios de las 101 personas que integran la plantilla de la entidad "podrían estar en riesgo".

A este respecto, desde la presidencia del comité señalan a este periódico la "inquietud e incertidumbre" experimentada por los trabajadores, que habrían sufrido un "impacto negativo en su salud mental", así como su "voluntad" a la hora de intentar garantizar la supervivencia de la Fundación realizando "movimientos y ajustes para que la rentabilidad sea más clara". Y así evitar que los "problemas financieros de la UMA se viertan sobre la Fundación, igual que se hace con el resto de la comunidad universitaria". "Consideramos que se trata de una herramienta imprescindible de la que la UMA obtiene una gran proyección". En este sentido, realzan la labor ejercida al frente del Centro Internacional de Español (CIE-UMA), el Centro de Idiomas, el Centro de Investigaciones Médico-Sanitarias (CIMES), los Cursos de Verano o el programa UMA en la Provincia, entre otros.

A principios de 2024, reseña el comité, la reducción del presupuesto asignado por la UMA a la FGUMA "marcó el inicio de una recesión económica que ha conducido a la situación actual". Ese ajuste presupuestario "afectó directamente" a varios de los programas e incluyó, entre otras modificaciones, "un recorte del 32% en el presupuesto del Centro de Idiomas", en el que se suprimieron las clases de idiomas minoritarios (alemán, italiano y coreano) y se despidió a cinco personas en el mes de agosto.

Ante esta situación, el rector, Teodomiro López, en una reunión mantenida con el comité empresarial, aseguró la continuidad de la Fundación y garantizó tanto los salarios como los puestos de trabajo de la plantilla. Sin embargo, "la infrafinanciación de los presupuestos aprobados apenas dos semanas después ha puesto en riesgo la estabilidad de la entidad", señalan en alusión a que estos estuvieron dotados con un millón menos que los inmediatamente anteriores.

De igual manera, desde el comité afirman que la UMA "aún no ha liquidado la totalidad de los encargos correspondientes a 2024", elevando la deuda de la universidad malagueña con la fundación en "más de 722.000 euros". Y lamentan que en su Consejo de Dirección el pasado 6 de mayo "se acordó no reconocer formalmente las cantidades pendientes con la plantilla, cuyos salarios permanecen congelados desde 2023, y que ascienden por encima de los 173.000 euros".

Al plano económico el comité suma decisiones que consideran "difíciles de comprender", como "no aprovechar el capital humano existente para generar sinergias que potencien la actividad de los centros que constituyen una fuente de ingresos". Asimismo, expresan su preocupación por "la aceptación de encargos previamente externalizados por la UMA sin el correspondiente incremento presupuestario, así como la sugerencia de una posible subrogación de siete puestos de trabajo del CIMES". Este periódico ha intentado contactar con la UMA para obtener su versión de los hechos, aunque sin éxito.

Por su parte, UGT Málaga ha emitido un comunicado en el que abunda en estos hechos, anuncia que ha interpuesto una denuncia por el incumplimiento del convenio colectivo, y afirma que "la Universidad de Málaga está dejando morir su propia fundación, una pieza clave en su funcionamiento diario". Algo que, apostillan, hacen "con conocimiento, con premeditación y con absoluta irresponsabilidad institucional", así como que con ello se "condena a la inseguridad y a la angustia a más de 100 familias que forman parte de la plantilla, mientras continúa recortando, ocultando información y actuando de espaldas a la comunidad universitaria".

Igualmente, el sindicato considera que lo que se experimenta es "una agonía sostenida y encubierta". "La Universidad está intervenida económicamente, aunque el rector se niega a admitirlo públicamente, y lo que llega a los centros y a las plantillas es la letra pequeña de una operación que avanza a base de recortes, retrasos, decisiones unilaterales y deterioro de lo público". Es por esto que desde UGT y SIAM se comprometen a no permitir que "se vacíe, se trocee y se deje morir una fundación que ha sido durante años pilar esencial en el funcionamiento de la UMA".

En este punto, es preciso recordar la dimisión del director de la FGUMA, Diego Vera, el pasado mes de enero, tras una década en el cargo. Una decisión que Vera calificó como "reflexionada" y desvinculó de la difícil situación financiera de la UMA y de la estructura que lideraba. Vera también valoró entonces que tal vez pudo haberse marchado antes, pero que no le pareció "muy adecuado" precisamente por la "crisis" que atravesaba la Universidad. Un escenario que calificó de "complicado". "Había que solventar muchas cuestiones, ahora parece que las cosas pueden estar algo más claras y el escenario daba más juego para que me pudiera marchar", añadió. "Me parecía que después de este primer año de crisis que hemos pasado, y que se han solucionado algunos de los problemas, no todos, era una buena oportunidad para volver a mi puesto como Catedrático de Derecho y hacer un nuevo cambio de ciclo de la manera más armónica y coordinada".