Los concejales y sus retos

La entrada en vigor del nuevo Plan General, la coordinación de la obra del Metro en el centro, la limpieza en los barrios y la futura subida del IBI, algunas desafíos para los próximos cuatro años

Sebastián Sánchez / Málaga

10 de junio 2011 - 07:25

Cuatro años para proyectar y ejecutar una nueva ciudad, para potenciar sus virtudes y sanear sus debilidades. Ésta es la tarea que les queda por delante a los que desde mañana serán nuevos integrantes del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga y a los que toca en suerte plasmar en realidad lo prometido en las semanas previas al paso por las urbe. Aunque no todos los ediles tendrán que soportar el mismo peso sobre sus espaldas.

El organigrama diseñado por el alcalde, Francisco de la Torre, fija claramente aquellos que habrán de asumir los grandes restos del mandato. Diego Maldonado, Carolina España, Raúl López, Damián Caneda... Nombres vinculados a las tareas de Urbanismo y Vivienda; Accesibilidad y Movilidad; Economía y Turismo, y Cultura.

Pediatra de profesión y rescatado por el regidor tras no haberlo incluido en la candidatura del PP a los comicios del pasado 22 de marzo, Maldonado será el que, tras un lustro de dimes y diretes, pondrá en marcha la maquinaria del nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), cuya entrada en vigor se antoja próxima. En torno al planeamiento local surgen ramificaciones varias que habrá de gestionar y entre las que destaca la más que segura renegociación de los convenios urbanísticos suscritos para las nuevas centralidades de Martiricos, La Térmica y Repsol.

Será el delegado no electo el que habrá de sentarse a la mesa y analizar qué aplazamientos son los razonables para que las firmas privadas puedan abonar las cuantías comprometidas y que ascienden a unos 150 millones de euros. Cifra que, mayoritariamente, tendría que ser abonada entre el primero y tercer mes desde la entrada en vigor del Plan General.

A ello se suma la cuestión de Arraijanal y la ciudad deportiva que el jeque propietario del Málaga CF quiere ejecutar en esta parcela. De hecho, los propietarios del terreno están esperando a sentarse con el nuevo edil para tomar una decisión respecto al futuro de la pastilla. Es su departamento el que también asume la tarea de avanzar en las obras del bulevar sobre el soterramiento del AVE y habrá de empujar en el impulso de los estudios e informes del río Guadalmedina, el soterramiento de Cánovas del Castillo y los intercambiadores de La Marina y la Explanada de la Estación. Y el soho de Málaga y el funicular a Gibralfaro...

En su otra condición de concejal de Vivienda, Maldonado verá cómo echa a andar la nueva Sociedad Pública de Vivienda, que asume la ejecución del millar de viviendas protegidas proyectada en el sector Universidad, a lo que sumar la culminación de la venta de los pisos de Soliva (resta aún más de un centenar pendientes de adjudicación). Otro reto es el de revitalizar la línea de subvenciones a privados para la rehabilitación en el centro histórico, a cero en el actual presupuesto.

Mucho de lo que se haga en materia urbanística estará vinculado a Accesibilidad y Movilidad. Raúl López, de inicio, deberá seguir trazando la red de carriles bici y de autobuses comprometida por el PP en su programa electoral. Pero su horizonte está especialmente marcado por la obra del Metro, que el próximo verano hará su entrada en la Alameda Principal, y la posible peatonalización posterior del eje central de esta avenida. A ello se suma la tramitación del ambicioso Plan de Movilidad Sostenible que dejó listo su antecesor en el cargo, Juan Ramón Casero, y que apuesta por reducir el uso del vehículo privado un 30%.

Por otro lado, habrá de poner calma en el conflicto con el sector del taxi, especialmente en lo relativo a la queja de los profesionales por las denuncias de la Policía Local, y diseñar una política de aparcamientos acorde con las nuevas perspectivas de movilidad sostenible y afectada por la crisis económica.

Pero todo lo que se quiera hacer dependerá muy mucho del dinero que haya en las arcas municipales. Con una deuda de 743 millones de euros, a Carolina España le seguirá tocando echar números. El primer paso es ver cómo se gestionan unas cuentas, las de 2011, mermadas por la crisis y que pueden estarlo más aún si no se concretan los ingresos de los convenios urbanísticos.

Lo que puede generarle más de un dolor de cabeza es la aplicación de la revisión catastral y el modo en que ésta incidirá sobre el recibido del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Agotado el plazo legalmente establecido para fijar bonificaciones, al equipo de gobierno no le queda más que subirlo en 2012, aunque se mantiene la duda de cuánto. Será España la que también tendrá que ver de dónde reduce el 10% de altos cargos comprometido por el alcalde y si es factible rebajar los salarios.

En su tarea más amable, la de Turismo, la primera teniente de alcalde y portavoz del PP, tiene el camino marcado en materia de promoción y en obras de mejora, puesto que habrá de avanzar y culminar los trabajos previstos en el Plan Turístico de Málaga firmado con la Junta de Andalucía y que en los próximos años hará especial hincapié en el paseo marítimo de Pedregalejo.

La limpieza es otra de las cuestiones siempre pendiente de examen. Su nueva responsable, Ana Navarro, parece tener claro que la labor de saneamiento no puede quedarse en el centro histórico y se marca desde el primer momento el reto de adecuar las acciones de Limasa en los barrios. A ello hay que agregar el futuro de los contenedores soterrados y los problemas generados con la recogida de basura en el centro. Las políticas energéticas y su empleo como medio de ahorro y la gestión de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa), cuyas tarifas habrá que ver en qué medida varían en los próximos años, son otras áreas de gestión, como también lo es el mantenimiento de zonas verdes.

A la independiente María del Mar Martín le ha tocado en suerte un departamento estanco en el que tiene cabida todo lo relativo con las políticas productivas del Ayuntamiento: comercio, empleo, mercados, vía pública, nuevas tecnologías... Pero, probablemente, la que viene siendo en los últimos años una de las asignaturas pendientes es la de los polígonos industriales, carentes de aparcamientos, con problemas de urbanización... A ello se suma la promesa de De la Torre de crear 3.500 trabajos a través del IMFE y Promálaga; la ampliación del sistema de videovigilancia en el centro y en los polígonos; hacer de Málaga un ciudad wifi y seguir trabajando en el Málaga Valley.

A Julio Andrade le toca, sobre todo, mantener calmadas las siempre complicadas aguas de la Policía Local y sus sindicatos. Tras la polémica suscitada por los traslados realizados meses atrás, Andrade tiene ante sí la tarea de suplir a Antonio Cordero, veterano en estas lides, y culminar la red de instalaciones necesarias en materia de comisarías de barrio y parques de bomberos, como el de Campanillas.

Asimismo, Francisco Pomares, como responsable del área Derechos Sociales, ha de solucionar el problema de la prostitución y la aplicación de la ordenanza de convivencia y el de responder al cada vez mayor número de familias con escasos ingresos y con necesidades perentorias.

El fichaje estrella del PP en la lista, Damián Caneda, va a tener que tirar de sus capacidades negociadoras para suavizar la tensión que en las últimas semanas ha manado con la crisis del Festival de Cine de Málaga y minimizar las grietas surgidas en las relaciones con los socios de Art Natura, cuya apertura oficial en las instalaciones de Tabacalera sigue siendo una incógnita. A él le corresponderá velar por los primeros pasos del nuevo espacio cultural de la manzana de los antiguos cines Astoria y Victoria.

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