Bajos y amplificadores en un concierto de punk, asistentes saltando descontroladamente y un edificio okupado, apuntalado y con una urgente necesidad de rehabilitación. Toda esta coctelera se ha reunido en el centro de Málaga este fin de semana en La Invisible, un inmueble de titularidad pública okupado hace 16 años. 

"Conocen perfectamente que no pueden celebrar actos de libre concurrencia", aseguran desde el Ayuntamiento de Málaga. Tanto es así que hace un mes, coincidiendo con la festividad de Halloween, la Policía Municipal levantó acta y la trasladó a Aperturas para su apercibimiento, además de cercar las entradas, imposibilitando que pudiera celebrarse una fiesta programada en el interior del edificio. 

"Seguimos pendientes de las posibles fiestas que celebren en todos los lugares que no cuentan con permiso para ello", apuntan desde el área de Seguridad Ciudadana. Recientemente, a tenor del suceso acaecido en una discoteca de Murcia, donde fallecieron 13 personas y que contaba con una orden de cierre, el Ayuntamiento de Málaga aprobó en comisión de Pleno aumentar las inspecciones de los locales de ocio. 

En estos momentos, La Invisible, no sólo no consta con ninguno de los permisos necesarios para organizar un evento público de este tipo, sino que parte del edificio está apuntalado, con los suelos y techos combados, por las deficiencias estructurales que presenta el inmueble. Por el mismo motivo, muchas de sus salas deben estar clausuradas al público por el riesgo que suponen. 

El Ayuntamiento licitó en agosto de este año la redacción del Proyecto Básico y de Ejecución, del Estudio de Seguridad y Salud y la Dirección de Obra de los trabajos para reformar el inmueble situado en calle Nosquera 9 y 11, de titularidad municipal y que tuvo un coste de 4 millones de euros para el Consistorio. 

El inmueble municipal, cuenta con un nivel de protección arquitectónica Grado II, según el catálogo de edificios protegidos del Pepri Centro, y está calificado como equipamiento de acuerdo con el Plan General de Ordenación Urbana vigente.

La Invisible está en estos momentos en una situación de cesión en precario del edificio, con dos procedimientos judiciales pendientes para determinar su futuro. El edificio, lleva okupado desde 2007 por el colectivo de La Invisible para desarrollar actividades culturales y sociales. El pasado mes de mayo, el juez denegó al Ayuntamiento de Málaga la autorización para desalojar La Casa Invisible. Con esta decisión se desestimaba la orden de entrada que el consistorio solicitó por segunda vez en octubre de 2022, y el Juzgado recordaba que ya existe un procedimiento judicial principal que solo está a la espera de sentencia.

Este procedimiento se inició en 2018, cuando La Casa Invisible recurrió la denegación de la cesión del espacio y el desalojo acordado por el Ayuntamiento en ese momento. El Juzgado señaló que no es posible llevar a cabo el desalojo del inmueble sin vulnerar el derecho a la tutela judicial efectiva, lo que obliga a esperar al dictado de la sentencia. De esta forma se trataba de evitar que una futura sentencia favorable a La Casa Invisible no pudiera llevarse a cabo si previamente se ha desalojado el edificio.

A comienzos de año parecía que Ayuntamiento e Invisible acercaban posturas en una negociación en la que incluso llegaron a exponer que el Ayuntamiento estudiaría el plan de rehabilitación por fases que propone La Invisible para comprobar su viabilidad. Sin embargo, no se produjeron más movimientos en este sentido y, tras las elecciones, el Ayuntamiento licitó los estudios para rehabilitar el edificio mediante el IMV.