Málaga

El contencioso iniciado por el Bosque Urbano paraliza la mesa de contratación de las torres Repsol

Infografía de la vista general del proyecto de Urbania de noche para las torres Repsol.

Infografía de la vista general del proyecto de Urbania de noche para las torres Repsol. / M. H.

Segunda vez que se convoca la mesa de contratación para la enajenación de los terrenos de Repsol, segunda vez que se pospone. Esta vez no es un defecto de literatura en la valoración técnica de los proyectos, sino el proceso contencioso administrativo iniciado por la Plataforma Bosque Urbano Málaga el que devuelve a casa a los licitadores que esperaban conocer la mañana de esta jueves la valoración técnica y económica de las distintas ofertas sobre las parcelas. 

Parece ser que esta paralización se dará hasta que el Ayuntamiento se persone en el procedimiento judicial, cuyo plazo máximo cumple este viernes, por lo que podrá volverse a convocar la mesa de contratación en fechas próximas

El edil de Urbanismo, Raúl López, ha defendido que "no hay ninguna irregularidad" en el proceso y se está cumpliendo "estrictamente nuestro Plan General, que tiene todos los parabienes. Contra eso podemos no estar de acuerdo, pero de ahí a que eso sea irregular hay un largo camino", en referencia a que el contencioso iniciado por Bosque Urbano iría contra el PGOU, no contra la enajenación de los terrenos.  

Esto, después de que un informe jurídico de un prestigioso despacho nacional de abogados señala que el proceso que se está siguiendo en el proyecto urbanístico de los antiguos suelos de Repsol en Málaga corre el riesgo de ser declarado nulo por un defecto de tramitación. En el documento se subraya que el estudio de detalle no ha sido publicado íntegramente en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y, por tanto, podría declararse nulo, afectando al resto de instrumentos de planeamiento como el proyecto de reparcelación o de urbanización.

El documento detalla que en el BOP del pasado 9 de marzo solo se han publicado unas ordenanzas específicas del estudio de detalle, pero no las generales, que se inscribieron hace diez años. Los abogados que han hecho el informe afirman que la falta de cumplimiento del requisito de publicación determina la ineficacia de los planes y que éstos, por tanto, no pueden ejecutarse ni se pueden imponer a los particulares. En este sentido, subrayan que se trata de una irregularidad que determina la nulidad de todos aquellos actos que sean dictados en el proceso de desarrollo del plan no publicado. 

El proyecto contempla la edificación de tres torres de 28, 30 y 32 plantas (además de una cuarta de 34 plantas en un terreno que es propiedad de la Sareb, por las otras pastillas que ahora son del Ayuntamiento) y por los que se pretende obtener 53 millones de euros. 

En el expediente se desglosan los precios de partida de los distintos suelos; de esta manera, el que está reservado para la torre más alta será a su vez el más caro, con un precio de partida de 9,96 millones de euros. Así, el rascacielos de 30 plantas partirá de 9,28 millones y el de 28, de 8,59 millones. Las tres torres están reservadas para uso residencial con aparcamientos, pero el planteamiento deja la posibilidad de destinar la mitad de las mismas a oficinas, concediendo más puntos a esta opción en el concurso.

Los dos terrenos reservados para uso terciario (dentro de la calificación estarán los usos comerciales, oficinas, hoteleros, recreativos, o salas de reunión, hostelería, ocio...) y aparcamientos; tendrán un precio de salida de 7,95 millones de euros. 

El alcalde de Málaga aseguró este miércoles preguntado acerca de la denuncia de la plataforma que la construcción de estos tres rascacielos que cuentan con oficinas son más amistosas con el medio ambiente que los árboles que pudieran plantar en su huella. La ecuación que defendió es la siguiente: "Dos mil personas trabajando –no digo más si son cuatro mil– que puedan trabajar en las oficinas allí y no tengan que ir al Parque Tecnológico produce un ahorro de dióxido de carbono infinitamente superior a la absorción de CO2 de árboles que pudiéramos poner en la huella de esos edificios". Todo esto, contando con que los trabajadores decidan vivir en el entorno de las torres que se levantarán y no en Campanillas o El Limonar.

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