Detienen a un hombre que acompañaba al menor de 14 años desaparecido en Rincón de la Victoria

Giro en la investigación del menor de 14 años que anoche fue localizado tras permanecer en paradero desconocido desde el lunes, cuando se le perdió la pista en Rincón de la Victoria. El adolescente estaba en buen estado, en compañía de un adulto, que ha sido detenido por la Guardia Civil. Las pesquisas se centran en esclarecer si el hombre ha incurrido en algún delito por haberle dado, presuntamente, cobijo al joven.

Marc Ian había sido encontrado esta pasada noche en la zona de Playa Virginia, gracias a la "colaboración ciudadana", según han precisado fuentes del Instituto Armado. Una patrulla de la Policía Local acudió a la llamada de un testigo que avisaba de que un menor que respondía a la descripción del desaparecido podría encontrarse en la barriada de El Palo. Los efectivos comprobaron que estaba "en perfecto estado".

El adolescente se encontraba junto a un adulto, por lo que será la investigación la que determine el grado de participación del adulto en la desaparición del niño. Por el momento, desde la Guardia Civil se han limitado a precisar que el individuo se encuentra en dependencias policiales para dar su versión sobre los hechos.

Horas antes del hallazgo del menor, el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, explicaba en declaraciones a los medios que aunque la investigación estaba abierta, todo apuntaba a que se trataba de una fuga voluntaria. De confirmarse, los investigadores confirmarán si el adulto puede ser considerado autor de un delito de inducción al abandono del hogar tras supuestamente acoger al menor.

La versión de Marco Antonio, el padre del adolescente

Marco Antonio Campos, el padre de Marc Ian, había relatado que la noche anterior a su desaparición, la última vez que estuvo con sus padres, se mostró "feliz y alegre" y le dijo "adiós papá", si bien las sospechas sobre algún gesto extraño por parte de su hijo llegaron al día siguiente cuando el joven estaba con su abuela y sus padres ya se habían marchado a trabajar.

Marc metió en su mochila dos o tres pantalones, un pack de seis zumos y le pidió a su abuela que le preparara varios bocadillos. Además, como el adolescente no tiene teléfono móvil, se lo pidió a su abuela para mensajearse con al menos uno de sus mejores amigos.

El progenitor relató que, a pesar de que el joven vive a apenas 500 metros del instituto, salió a las 10.45 horas, es decir, una hora antes de que comenzaran las clases. Aquella mañana su abuela sospechó de que quisiera llevar tantas cosas en la mochila, pero durante el desayuno lo sintió "tranquilo, no se veía triste, no se veía asustado, no se veía preocupado, tranquilidad absoluta".