Los aires de renovación avanzan, imparables, impulsados por tendencias y modas. Hasta tal punto que ya han alcanzado la forma de vivir de las familias. O, mejor dicho, de las parejas. Es el caso de las denominadas DINK, acrónimo del término inglés Dual Income No Kids, que viene a significar que ambos miembros generan ingresos pero no tienen hijos ni lo planean. Sólo en la provincia de Málaga, según un estudio de Habits, big data desarrollado por AIS Group, que tiene en cuenta casi 2.000 indicadores económicos y sociodemográficos, las parejas que reúnen estas características se cifran en un 14,2%.  

Un tipo de noviazgo o matrimonio que, por otra parte, tiene como seña de identidad, dado que no tienen que mantener a ningún descendiente, un poder adquisitivo medio-alto. Una particularidad que hace que las marcas se froten las manos porque, salvo excepciones, un mayor capital suele venir acompañado de una mayor inversión. También acostumbran a tener predisposición por las actividades lúdicas, viajar a menudo, poseer varias propiedades, tener deseos de autorrealizarse y estar a la última en tecnología. 

Otro de los rasgos distintivos de los DINKs, siguiendo lo esbozado en el estudio, es su rango de edad. Normalmente, son más frecuentes entre la horquilla que va desde los 35 hasta los 65 años que en los jóvenes. Los datos, asimismo, revelan que del total nacional un 9,2% de las parejas son DINK pertenecientes a la categoría adulta, mientras que la cifra baja al 5,8% para los más jóvenes. Un contraste entre grupos que, según deja entrever el estudio, va en aumento con el paso de los años. Este fenómeno, además, se traslada a todas las provincias y comunidades del país. 

En Andalucía, la provincia que reúne a más perfiles de este tipo es Granada, donde representan un 16,2%. Le van a la zaga Córdoba, que aglutina a un 16,1%; Huelva, que agrupa a 15,7%; o Jaén, con un no muy lejano 15,4%. Por grupos de edad, la fotografía se mueve, aunque no mucho: lidera, de nuevo, Granada (10,1% adultos; y 6,1% jóvenes), seguida de Córdoba (9,9% adultos; y 6,2% jóvenes), Málaga (9,7% adultos; y 4,2% jóvenes) o Huelva (9,5% adultos; 6,2% y jóvenes). 

Un ejemplo de todo lo anterior es, entre otros, la relación entre Mayka Pérez (45 años) y Rafa Arévalo (40), quienes decidieron no tener hijos por una mera "elección de vida" en algún punto de los 22 años que llevan juntos. Tampoco están casados ni saben muy bien si llegarán a hacerlo en el futuro. "Lo tenemos pendiente", desliza ella. 

En el plano laboral, siguiendo el arquetipo de los DINKS, se desempeñan los dos en un trabajo que bien podría etiquetarse como acomodado: Mayka es psicóloga y Rafa es conductor turístico. Unos quehaceres que, al final, los hacen estar todo el día de un lado para otro. De Málaga a Sevilla y de Sevilla a Málaga. O lo que sea necesario. 

Mayka y Rafa en uno de sus viajes.

Sin embargo, tanto desplazamiento no les quita las ganas de hacer lo propio por disfrute. Al margen de sus obligaciones, lo hacen a menudo. Una media de cuatro viajes de larga distancia al año. En vacaciones de verano y de Navidad; además de en los momentos libres que vayan encontrando, que suelen tener Madrid como destino. Prefieren, no obstante, los viajes largos. Por Europa y ocasionalmente por EE.UU. El último día de 2022 optaron por pasarlo en Burdeos. Y, para este mes de noviembre, tienen previsto ir a un concierto a la capital y quizá aprovechar para quedarse unos días más por allí. 

En lo referente al ocio, lo que más figura en su agenda son salidas a cenar que, por su flexibilidad horaria y porque no se ven obligados a regirse por el calendario escolar, acostumbran a realizar los jueves o jornadas que, en principio, son menos concurridas para el público general por sus obligaciones. Reconocen que les cuesta cada vez más hacerlo acompañados de sus amigos que sí tienen hijos. 

Otro caso de pareja DINK adulta es la formada por el malagueño Antonio Sánchez (58 años) y la ciudarrealeña Cristina Cornejo (49), que llevan siendo pareja desde hace 27. Aunque, eso sí, su experiencia como pareja DINK es un poco particular, porque cada uno vive en su tierra natal. 

Antonio cuenta que no llegaron a tener hijos por diversos motivos. Ninguno destaca sobre otro, en realidad. Podría decirse que, simplemente, "pasaron los años y no nos lo planteamos". Ni tan siquiera la distancia es un factor que esgrimir al respecto para él, porque se ven por temporadas, pero, de cualquier forma, si hubiera de señalar uno, ese sería el plano laboral: "Entonces cada uno teníamos un trabajo fijo y ni podíamos ni queríamos dejarlos", apunta. De momento, ella sigue desempeñándose en el sector hotelero; él fue chófer de autobús durante años, ahora está jubilado. 

Normalmente, se reúnen cuando encuentran un hueco, tanto en Málaga como en Ciudad Real, lo que no significa que se priven de viajar de vez en cuando un poco más lejos. "Solemos hacer uno o dos al año, por Europa u otro sitio. Entre los dos juntamos un buen sueldo y lo dedicamos a eso", afirma. En distancias más cortas, prefieren "salir a almorzar con los amigos, de vinos, de tiendas, a visitar algún pueblo...". Las alternativas son muchas. Tampoco hay que olvidar, claro, en qué emplean el tiempo libre. Él, reconoce, se decanta por el ciclismo; mientras que ella, como demuestran las anteriores línea, prefiere los viajes. 

Un tercer ejemplo de parejas de esta tipología es la formada por los sevillanos Robledo y Jesús que, además, también pertenecen al grupo de DINK adultos. Ambos, asimismo, se desempeñan en oficios liberales. Y ninguno de los dos ha dado prioridad a tener descendencia. 

Con los años, y a medida que nuestros amigos fueron teniendo hijos, reafirmamos nuestra decisión por la responsabilidad que conlleva ser padres. Decidimos que queríamos tener las riendas de nuestra vida. Que nadie dependiese de nosotros", afirma ella. "Nuestra filosofía de la vida es la de disfrutarla solos y con la familia, aunque, según está comúnmente extendido, si no tienes hijo, no tienes familia", añade.