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A pocas semanas del verano el bombardeo de mensajes sobre el cuerpo perfecto y las denominadas dietas milagro vuelven a poner en la diana los efectos indeseables que pueden tener sobre la salud. Los especialistas insisten en las bondades de la alimentación equilibrada y advierten, de nuevo, de los perjuicios de pretender perder mucho peso en poco tiempo. "Las llamadas dietas milagro nos auguran un efecto rebote o efecto yoyó una vez finalizadas", explica Marta Fernández de Angulo Martínez, nutricionista.
El efecto yoyó se genera cuando el organismo comienza a recibir una cantidad escasa de calorías, de modo que aprende a reducir el consumo energético para sobrevivir. De este modo, el metabolismo tiende a adaptarse a las cantidades de alimento que una persona consume y limita el uso de las reservas. "Como nuestro cuerpo deja de tener la capacidad de quemar que antes sí tenía, cuando vuelve a ingerir más alimentos y calorías, nuestro cuerpo tiende a subir de peso", añade la especialista.
Fernández de Angulo también reseña que a este efecto yoyó se suma "la ansiedad por el apetito que se acumula en el transcurso de la dieta. Una vez que la abandonemos, inconscientemente comezamos a comer de forma más descontrolada haciendo, pues, que ganemos peso de nuevo". Las largas ayunas o la eliminación de determinados alimentos pueden provocar además hipoglucemias, mareos y debilidad generalizada, disminución de la capacidad de concentración; estreñimiento; anemia ferropenia; y en el caso de las dietas hiperproteicas, se puede llegar a padecer patologías del riñón y del hígado, gota o ácido úrico y aumento del riesgo de osteoporosis. "Lamentablemente la población sufre un bombardeo de publicidad engañosa que sólo saca la parte bonita", añade la nutricionista.
Son múltiples las denominaciones que reciben la dietas y productos milagro: de la piña, de ayuno, de la alcachofa, dieta OMG, las dietas altas en proteínas, etcétera. Entre estas últimas se encuentra la polémica dieta Dunkan, que se caracteriza en sus primeras fases por ser altamente hiperproteica. "Muchas personas alargan en el tiempo estas fases sin control buscando una mayor pérdida de peso o recurren a ella de manera frecuente cada vez que ganan unos kilos", explica la doctora Fernández de Angulo. Se trata de dietas que llegan a triplicar el aporte proteico que necesita el organismo para funcionar, lo cual es "una barbaridad", advierte la especialista.
Frente a estas técnicas radicales para perder peso en unas semanas, la especialista recuerda que "es mejor perder peso a ritmo más lento y progresivo pero que nos asegure un mantenimiento del peso deseado en el tiempo"; además de cambiar el sedentarismo por un estilo de vida más activo.
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