La ejecución de los dos escoceses en un pub de Fuengirola: uno murió de un disparo certero y el otro recibió al menos cinco

11 de la noche de un sábado. La violencia retumba de nuevo en Fuengirola. Un pistolero con el rostro cubierto bajo una capucha dispara a dos personas que veían la final de la Champions League en el paseo marítimo. Se dirige a las mesas y, a uno de ellos, le dispara a bocajarro. No hay margen de reacción: la víctima, con un disparo certero en el pecho, muere en el acto. Hay un segundo objetivo, que huye para tratar de poner a salvo su vida del tiroteo. El sicario aprieta el gatillo varias veces y logra que al menos 5 o 6 balas le acaben alcanzando, según se desprende de los primeros resultados de la autopsia que en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga se le practicaron a los cadáveres.

Fueron dos los fallecidos en la enésima balacera que sacude la Costa del Sol. Medios escoceses identificaron a las víctimas como Ross Monaghan y Eddie Lyons Jr, dos presuntos mafiosos vinculados a un clan criminal que mantiene una lucha desde hace décadas con otra organización por hacerse con el control de la droga en tierras escocesas. La ejecución de Fuengirola señala al crimen organizado escocés e irlandés establecido en la provincia.

Las investigaciones apuntan a que el autor de los disparos, que salió huyendo tras el doble crimen, pudo ser un sicario que habría sido contratado para acabar con la vida de los dos miembros de Lyons de Glasgow. No había rastro de él cuando, tras los avisos al servicio de Emergencias 112 Andalucía, las primeras patrullas policiales se desplazaron hasta el lugar.

La Policía Nacional activó los protocolos del Plan Costa del Sol contra el crimen para localizar al pistolero. Los agentes se afanaron en encontrar pruebas en una exhaustiva inspección ocular. Según informó EFE, citando fuentes cercanas al caso, la Policía busca a un hombre rubio como autor de los disparos. Habría llegado a pie y con la cara tapada y, tras marcharse, se subió en un vehículo hacia Benalmádena. Según el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, fue solo uno el tirador, aunque "la investigación dirá si hubo más personas implicadas" que pudieran haber colaborado con él, pero, "en principio, los datos que hay es que solo fue una persona la que entró y disparó".

Cruce de acusaciones entre el subdelegado y la alcaldesa de Fuengirola

Los investigadores, en palabras del subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, sospechan que podría tratarse de un ajuste de cuentas. El asesinato de estos ha vuelto a levantar polvareda en el ámbito político, ahora entre el máximo representante de este Ejecutivo y la alcaldesa de Fuengirola, Ana Mula, que pidió al Gobierno central, a través de un mensaje en redes sociales, más medios y policías especializados en crimen organizado, "para mejorar la respuesta contra el creciente fenómeno de luchas de bandas relacionadas con el narcotráfico en la Costa del Sol".

La respuesta de Salas no se demoró. "Es lamentable que aproveche el crimen registrado este pasado fin de semana para arremeter contra el Gobierno de España, colándose en una reunión técnica prevista de antemano entre la Policía Nacional y la Policía Local, y en la que no estaba prevista su presencia, para hacerse la foto y atacar al Gobierno", señaló en unas declaraciones difundidas a los medios.

Asimismo, instó a la regidora a que "deje trabajar" a los efectivos policiales "en lugar de colarse en sus reuniones técnicas para confrontar con el Gobierno de España". "Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuentan con más plantilla que nunca en la provincia de Málaga y con los mejores medios con los que jamás ha contado", dijo. Al tiempo, defendió que los investigadores están en "plenamente especializados en todas las áreas en las que trabajan, incluido el crimen organizado". "No vamos a consentir que dude de la profesionalidad de nuestros agentes pidiendo personal especializado, que ya lo está", aseveró el subdelegado.

Ocho tiroteos en dos meses en la provincia, con cuatro muertos

El escenario ha cambiado respecto al de hace años. La Costa del Sol siempre ha sido un ecosistema propio de los narcos donde gozan del clima y el lujo. Los capos de la droga convivían con sus problemas pero los ajustes de cuentas no se habían afianzado. Su única preocupación no era otra que blanquear, según se desprende de las investigaciones, los beneficios en viviendas alejadas del foco de las autoridades. La Costa del Sol ya cerró 2024 siendo noticia por el aumento de los tiroteos por ajustes de cuentas entre traficantes.

El comienzo de 2025 no fue diferente. Y en los dos últimos dos meses se ha reavivado la alerta por la violencia creciente. En ese período, la provincia de Málaga ha sumado ocho tiroteos, aunque no todos ellos vinculados al crimen organizado. En abril se contabilizaron seis; en mayo, dos –el último el del sábado en Fuengirola–. El auge de la criminalidad preocupa especialmente en la Costa del Sol, de hecho, siete de estos incidentes con arma de fuego sucedieron en el litoral; y solo uno se registró en el interior, en el municipio de Humilladero.

En la capital hubo tres en abril, con seis heridos, todos ellos por “desavenencias familiares”, como en el caso de Humilladero, donde un joven murió y su madre resultó herida. Mijas, Marbella, Estepona y Fuengirola han sido las otras localidades en las que ha habido un desfile de balas. Aquí, salvo en el caso de Estepona, que se investigó como una refriega entre okupas, en el resto, los ajustes de cuentas y el narcotráfico se alzan como principales hipótesis. En Marbella fueron varias detonaciones en las inmediaciones de una discoteca, sin heridos. En Mijas, un joven inglés ejecutado en la calle y a plena luz del día. El autor, aún sin localizar, aguardaba su llegada. Con el rostro oculto, esperó a tenerlo cerca para acribillarlo a tiros. La autopsia reveló que recibió diez disparos. El sábado, similar estampa hubo en Fuengirola, con dos escoceses asesinados a tiros.