Los embalses de Málaga terminan el año con 17 hectómetros más que en 2021 gracias a las lluvias de diciembre
Los pantanos de la provincia acaban 2022 al 37% de su capacidad
Los embalses de Málaga recuperan 15 hectómetros en la última semana
En un año en el que las lluvias no han sido abundantes y la sequía se ha convertido en uno de los mayores problemas, tanto para los ciudadanos como para los agricultores, las lluvias de las últimas semanas les han dado un leve respiro, pero no han eliminado, ni mucho menos, la sequía. Los siete embalses de Málaga terminan el 2022 al 37% de su capacidad, con un total de 228 hectómetros cúbicos, que en comparación al año anterior son 17 hectómetros más.
La situación de los embalses malagueños lleva siendo preocupante todo el año, puesto que las precipitaciones han sido escasas. Así pues, las últimas lluvias les han beneficiado en gran medida. En este sentido, el embalse de la Concepción está actualmente al 69% de su capacidad total con casi 40 hectómetros cúbicos en su interior. Además, cabe señalar que en estas fechas el año pasado tenía 13 hectómetros cúbicos menos.
Esta misma situación ocurre en los embalses de Guadalteba, Guadalhorce y Conde del Guadalhorce, es decir, en estos tres pantanos actualmente hay más agua acumulada que hace un año, gracias a las lluvias de las últimas semanas. En primer lugar, el embalse de Guadalteba cuenta con 85 hectómetros, uno más que hace un año y está al 55,89%. El pantano del Guadalhorce al 35% de su capacidad, alberga 45 hectómetros, casi 10 más que en 2021. Por último, el del Conde del Guadalhorce con 19 hectómetros, cuatro más que el año pasado, se encuentra a casi el 30%.
Por otro lado, el embalse de Casasola cuenta con 10 hectómetros, los mismos que tenía en estas fechas en diciembre de 2021. Asimismo, la situación cambia en el embalse del Limonero y el de la Viñuela. En el primero, hay dos hectómetros menos que el año pasado y actualmente cuenta con ocho y está al 40% de su capacidad. Así pues, la Viñuela, el embalse más grande de la provincia, está al 11% y es el que está en peor estado, ya que solo tiene 18 hectómetros cúbicos de los 164 que puede albergar. Al observar los datos de 2021, el año pasado en estas fechas este embalse tenía casi 28 hectómetros cúbicos.
Este 2022 ha sido un año con pocas precipitaciones y altas temperaturas. Ejemplo de esto son los más de 20 grados que se están dando estas navidades en la provincia. Al echar la vista atrás y analizar este último año, los regantes del Valle del Guadalhorce y de la Axarquía coinciden en que ha sido un año “duro” y “nefasto”, en cuanto a lluvias se refiere.
A pesar de haber pasado un verano sin precipitaciones, “las lluvias han llegado al final y han producido un gran alivio”, asegura Francisco Díaz, presidente de la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema). En este sentido, insiste en que, a pesar de esas lluvias, no han podido regarse todos los cultivos del Valle del Guadalhorce. Debido a que sus instalaciones son del 74 y “no se han mejorado”, ha hecho que unas 2.000 hectáreas no tuvieran agua en el último riego de emergencia “por la rotura de un sifón que lleva 20 años parcheándose, hasta que no ha podido más y ha reventado”.
En cuanto a las cosechas, Díaz sostiene que han sido menores a otros años. Con respecto a los cultivos de cereales y olivar, han recogido un 50% menos y en los hortícolas y cítricos un 20% menos.
En la Axarquía, otra de las zonas de regantes más afectadas por la falta de lluvias de la provincia, José Campos, presidente de la Junta Central de Usuarios del Sur del Guaro y de la comunidad de regantes Cerro de la Encina (en Vélez-Málaga), señala que entre la calima y las altas temperaturas que ha habido hasta hace unas semanas han hecho que este año sea “malo y catastrófico”. Las últimas precipitaciones han ayudado a mantener los cultivos “un poco”. Así pues, la climatología de este año ha afectado a los cultivos subtropicales, como los de aguacate, cuya cosecha este año, según Campos, es “muy mala”.
A su juicio, las altas temperaturas de estos días tampoco están ayudando a los cultivos, puesto que son “impensables para diciembre”. Por ello, los regantes esperan que “el año que viene tengamos otra sintonía, venga agua, llueva y que la climatología nos dé un poco de tregua”.
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