La dramática experiencia que deja 2020 debido a los efectos que el coronavirus ha tenido sobre el funcionamiento de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT) marca a fuego las previsiones económicas para 2021. El detalle contenido en el proyecto de presupuestos del Ayuntamiento para este ejercicio, puesto sobre la mesa el pasado lunes, deja patente la incidencia que la brutal caída de pasajeros que se sigue esperando hasta se normalice la situación sanitaria tiene sobre esta sociedad pública y, por ende, sobre las arcas del Ayuntamiento.

Conforme a lo recogido en las cuentas de la EMT, se produce una clara vinculación entre la pérdida de ingresos por viajero estimadas y el aumento exponencial de las transferencias que deberá hacer el Consistorio para cuadrar el déficit esperado. En términos numéricos, el equipo de gobierno espera que en 2021 la aportación que hagan los pasajeros sea de unos 22,6 millones de euros, 10,3 millones menos que lo previsto el año pasado. Bien es cierto que esa estimación se hizo cuando el Covid no se podía imaginar. La diferencia entre una anualidad y otra es del 31,3%. 

Pero no es el único concepto que se ve claramente alterado en el actual escenario. Más allá de los usuarios que se suben a los autobuses urbanos pagando su billete, hay varios millones que lo hacen beneficiándose de importantes bonificaciones en el transporte. Esta rebaja en el coste de uso, de la que se benefician, por ejemplo, pensionistas o parados, es compensada habitualmente por el Ayuntamiento con la firma de convenios con la EMT.

Estos acuerdos iban a suponer el año pasado, cuando se esperaba un desarrollo normal de la actividad, una inyección de casi 12,9 millones de euros. Sin embrago, el montante desciende ahora en las previsiones para 2021 a poco más de 7,7 millones. Esto es, 6,4 millones de euros menos.

Y como se apuntó con anterioridad, en la misma medida en que bajan los ingresos procedentes de la explotación comercial, suben las transferencias municipales para cubrir el déficit. Para este año, la previsión es que la suma sea de unos 31,4 millones de euros, 12,7 millones más que lo contemplado en las cuentas del año pasado. Hay una variación de casi el 68%.

Las estimaciones que se hacen para esta anualidad vienen a coincidir, de manera más o menos parecida, con el comportamiento del año pasado, en el que la demanda de pasajeros quedó desplomada como consecuencia del Covid y las medidas restrictivas aplicadas para contener su expansión. Muestra de ello es que el año pasado cerró con 25.826.510 viajeros, frente a los De los 47.168.000 de 2019. Es decir, un 45% menos, lo que se traduce en algo más de 21,3 millones menos.

Otros conceptos incluidos en el capítulo de ingresos, como los relacionados con el servicio de la estación central de autobuses, también disminuyen. En este caso se pasa de una previsión en 2020 de 1.007.750 euros a 646.400 euros.

En el capítulo de inversiones, la sociedad municipal vuelve a incluir dos partidas para sentar las bases de las que serán sus nuevas instalaciones en unos terrenos junto al Auditorio al aire libre. De manera precisa, incorpora 550.000 para acometer el embovedado de un arroyo que pasa por la parcela y que afecta a la ocupación de la misma, y, de otro, reserva 270.000 euros para el proyecto de nuevas instalaciones. Son las mismas cantidades que ya fueron recogidas en el documento de 2020. Lo que desaparece, tras haber sido descartado por el equipo de gobierno, es la aportación de 250.000 euros para la implantación de una línea Bus Rapid Train (BRT) en la zona Este de la ciudad.